16. La genia Tatiana

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—¿Por qué diablos tuvimos que dejar el coche aquí? ¡No tiene sentido!—Me gritó Justin fuera del coche preguntándose qué demonios vamos a hacer.

No podemos llamar a mi madre. Ella querrá saber que hacíamos. Tampoco podemos llamar a mi hermano. Él probablemente acabará atando cabos sueltos; nosotros juntos en un coche vacío al lado de una vieja carretera. Sumaría dos y dos y luego nos mataría a ambos.

Solo tenía a Tatiana... genial. Tengo que llamar a Tatiana y entonces oír algún sermón.

—Bueno, sabes a lo que vinimos. Era buena idea hace un rato. Llamaré a Tatiana a ver si puede ayudar. ¿Está bien?

Fui al contacto de Tatiana y presioné su número, puse mi teléfono junto a mi oído y esperé.

—¿Qué pasa, puta?—Respondió.

—Necesito un favor.—Solté desesperadamente.

—¿Estas embarazada?—Me preguntó.—Porque si es Justin no hay manera de que lo abortes, los genes son demasiado perfectos para dejarlos ir.

—No, no estoy embarazada. Necesito gasolina.—Le dije.

—Bueno, come comida mexicana. Siempre me da gasolina para el cuerpo. Especialmente una enchilada de grasa.—Resopló.

—No necesito tirarme pedos. Necesito gasolina para el coche.—Expliqué.

—¿De cuánto gas estamos hablando?¿Suficiente como para llegar a una gasolinera o suficiente para salir del estado?—Me preguntó.

—Gasolinera. Lo que es mucho teniendo en cuenta que estoy completamente alejada.—Suspiré.

—¿Cómo demonios te quedas sin gasolina estando tan lejos? Si ves que está baja, ¿por qué no te detienes en una estación de servicio antes de ir demasiado lejos?—Exclamó a través del teléfono sonando totalmente sorprendida.

—Es una larga historia.— Suspiré mientras me apoyaba contra el coche.

—Bueno, no estás apurada así que tienes tiempo.— Ella se rió entre dientes.

—Justin y yo, ya sabes.—Le dije sin explicarle todo.

—Te pone caliente, zorra.—Tatiana se echó a reír.—¡Debéis haber dejado el coche horrible!

—¡Olivia!¿La puerta está cerrada?— Justin me gritó. Moví la manija de la puerta, y fui hasta las puertas traseras moviendo el mango también.—Por favor, dime que no cerrastes el coche con las llaves puestas.—Justin suspiró mientras se apartaba de mi lado.

—Uhm...bueno, sí.—Suspiré ante la derrota.

—Sí, ¿qué?—Cuestionó Tatiana.

—Necesito otro favor...—Le dije en voz baja.

—¿Qué demonios? ¿Soy un genio o qué...?— Ella se rió, pero no de una manera divertida.

—Mira. Eres a la única persona que puedo llamar. Realmente necesito tu ayuda.—Traté de convencerla con voz desesperada.

—Tienes suerte de que no sea una de esas perras ocupadas que aman su trabajo y todo eso.

—¡Sí! No es que odie tu trabajo, debes conseguir un nuev o. Pero...

—¿Que más necesitas?—Me interrumpió ella.

—Necesito que entres en mi casa y consigas la llave de repuesto del coche.—Le dije fácilmente.

—¿Tu...tu quieres que yo, un ángel dulce, inocente, y perfecto entre en tu casa y robe las llaves del coche?—Preguntó lentamente señalando las palabras más "locas".—Sí. Bueno.—Ella estuvo de acuerdo.

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⏰ Última actualización: Aug 30, 2016 ⏰

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