14. El lema del shopping

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Me quedé allí en la cama, mi pecho subía y bajaba mientras tomaba respiraciones profundas. Justin rodó sobre la cama, puso su mano en su pecho respirarando igual de profundo que yo.

-Santa mierda. Eso fue increíble. - Dijo con voz ronca, mirando por encima de mí.

-Sí, eres bueno. - Asentí, apartando el pelo de mi cara.

-Tu lo eres. -Él resopló.

-Voy a por algo de beber. ¿Quieres? - Pregunté sentada. Él negó con la cabeza, cerrando sus ojos mientras dejaba caer la cabeza hacia atrás.
En broma, puse mi pierna por encima de él, apretando mi cuerpo contra el suyo a propósito. Me senté sobre su pene. Me incliné hacia abajo, uniendo poco a poco a mis labios a su cuello, dejando pequeños besos hasta llegar a sus labios.

- Ya vuelvo. - Susurré, mis labios rozaron los suyos. Él gimió, mientras me deslizaba hacia el suelo. Su mano se puso en contacto con mi culo y no tardó en dar una fuerte bofetada, me guiño un ojo mordiéndose el labio cuando lo miré.

Cogí una camiseta larga del piso. Hice mi camino hacia abajo y cogí un vaso de los gabinetes para luego llenarlo de agua.

-¡Tu teléfono está sonando! - Justin gritó desde arriba.

-¡Responde por mí, por favor! - Grité, agarrando mi vaso para volver a la habitación.

-¿Hola? No, soy Justin. ¿Quién eres? - Oí que decía Justin mientras yo subía las escaleras.

Llegué a la habitación, y miré a Justin con el teléfono en mano y su trasero desnudo. Él se rasco el pecho y la boca.

-¿Quién es?

-¿Erik? - Él se paró de la cama.

Extendí mi mano y me pasó el teléfono.

-¿Hola? - Respondí.

-Oye Olivia, soy Erik. Te llamaba para preguntarte si querías salir mañana, pero veo que hay alguien contigo así que llamo más tarde. - Dijo Erik torpemente al otro lado de la línea.

-¡Oh no, está bien! Um, supongo que podríamos salir mañana, voy a tener que decírselo a mi madre...

-Ya tienes planes. - Justin susurró en mi oído detrás de mí mientras deslizaba sus manos por debajo de la camisa buscando mis pecho. Di un grito ahogado con mis ojos cerrados mientras Justin unía sus labios con mi cuello y empezaba a chupar.

-¿Estás bien? - Erik me preguntó.

-S... Sí, pero me acabo de acordar que yo...Tengo algo que hacer mañana y no puedo salir. - Tartamudeé sintiendo como Justin pellizcaba mis pezones.

-Esta bien, otro día entonces...- Dijo, sonando decepcionado.

-Sí, suena bien. - Colgué, dejando caer mi teléfono, dándome la vuelta y rápidamente desasiéndome de la camisa tirándola por algún lado de la habitación para luego unir nuestros labios.

Con entusiasmo él se apoderó de mi culo en sus manos. Envolví mis piernas alrededor de su cintura, mi manos volaron a su cuello mientras nuestras lenguas se enfrentaban entre sí por el dominio.

Justin me apretó la espalda contra la pared, con sus labios haciendo su camino hasta mis pechos besó y chupó, todavía con sus manos agarrando mi culo. Sentí su erección en mi muslo, pasé una mano por debajo de mí y cogí la base de su pene, deslizando hacia arriba y abajo en mi entrada. Lo coloqué en mi agujero. Poco a poco metiendo su pene dentro, el sentimiento de tenerlo profundo en mí me hacía temblar desde las puntas de mi pelo hasta los dedos de mis pies.

Enemigos con beneficiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora