13. Otra vez

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¿Conoces la sensación de cuando sabes que algo malo va a suceder? No sabes que va a ser, ni cuándo, ni a quién, pero sólo sabes en el fondo que va a suceder y que no va a ser bonito.

Sí, bueno, eso es lo que estoy sintiendo en este momento sentada en una mesa a la espera de Steven. Sí, acabo de decir Steven, el novio de Alexis. Me mando un mensaje de texto preguntando si estaba libre porque necesitaba hablar conmigo y que era urgente. Así que aquí estoy. Esperando.

-¡Olivia, gracias a Dios que has podido venir! - Corrió, y me abrazó antes de que pudiera empezar a ponerme de pie.

-Hola. - Lo saludé. - ¿Qué va mal?¿Qué era tan urgente? - Fruncí mis cejas mientras él se sentaba frente a mí y sacaba algo de su chaqueta.

-Esto. - Abrió una caja que revelaba el anillo de diamante más precioso que había visto en toda mi vida. Teniendo en cuenta que es uno de los pocos que había visto en mi vida.

-¿Qué...qué es, ¿qué haces? - Hice un gesto hacia la caja.

-Quiero pedirle a Alexis que se case conmigo.- Sonrió, sosteniendo la caja.

-Espera. ¿Has dicho casarse? - Pregunté desconcertada.

-Sí. - Sonrió aún más, moviendo la cabeza rápidamente.

-Oh wow. - Parpadeé, mirando el anillo de nuevo. -¿Estás seguro? Quiero decir, es un gran paso.

-Cien por ciento. - Cerró la caja y se la puso en el bolsillo de la chaqueta. - Estoy enamorado de ella y quiero pasar el resto de mi vida a su lado.

-Steven, dios mío. ¿Cuándo piensas hacerlo?

-Eso es para lo que necesito tu ayuda. No sé cómo, ni dónde, ni cuándo, ni siquiera que vestir. - Cogió el vaso de agua que había pedido para él y tomó un sorbo. - Estoy nervioso sólo de pensarlo.

-¿Quieres hacerlo en un restaurante, o estar solo los dos? O esperar en su cumpleaños y...

-¡Olivia! No lo sé. No tengo idea, sólo sé que esto es lo que quiero hacer.

-Sabrás cuándo es el momento adecuado. - Sonreí, poniendo mi mano sobre la suya.

-¿Steven?¿Olivia? - Oí un grito de voz. Miré a mi derecha y vi Alexis caminando hacia nosotros. Oh, mierda. ¿Recuerdan cuando dije que tenía una sensación de que algo malo estaba a punto de suceder? Sí, bueno, ahora sería un buen momento para decir que ya sucedió.

-¡Alexis! ¡Hola! - Salté de la silla.

-¿Qué estás haciendo aquí con él? - Se acercó a mí apuntando a Steven detrás de mí.

-No es lo que parece. Lo prometo. Me preguntó si podía reunirme con él aquí porque necesitaba hablar conmigo sobre algo. - Le dije.

-¿Acerca de...? - Cuestionó.

-Acerca...- Miré a Steven.

-Acerca de ti. Estaba preguntándome lo que querías para Navidad, así que le pregunté, porque no quiero que sepas lo que te estaba haciendo, quería que fuera una sorpresa. - Rápidamente mintió.

Alexis dudó, hasta que estuvo de acuerdo con la mentira y luego se sentó en la silla.

- Espera, ¿por qué estás aquí? - Le pregunte a ella.

-Estaba en la zona y quería almorzar, así que aquí estoy. No me puedes culpar por estar hambrienta. - Ella se rió, dejando su bolso a un lado.

-Supongo que no. Debo irme de todos modos. Los dejo solos. - Sonreí y me dirigí a la puerta para ver mi coche aparcado en la acera de enfrente. Puse el coche en marcha y me retiré de la zona de aparcamiento. La radio estaba apagada, y lo único que se escuchaba era el ronroneo del motor y los engranajes del cambio. Puse mi luz intermitente y miré el espejo retrovisor y lateral. Un coche estaba acercándose demasiado por lo que en un abrir y cerrar de ojos tuve que salir de la carretera haciendo rechinar los frenos. Apoyé la mano sobre la bocina.

Enemigos con beneficiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora