Ocean Eyes || A. G.

Prólogo.

   —Koke, apártate. [...] Koke, por favor. [...] Koke, como pierda esta jugada por tu culpa no sé lo que te hago. [...] ¡Koke! —Grité, intentando lograr que mi hermano se apartase de delante del televisor. —¡Jorge Resurrección, estoy a punto de ganar la Champions, haz el favor de apártate de la maldita...! —Volví a exclamar, mientras veía correr el tiempo en la esquina superior de la pantalla, a la vez que movía frenéticamente los pulgares sobre el control de la PlayStation 4, tratando de ver con claridad el juego. —¡GOOOL! —Exclamé, al ver como mi avatar chutaba el balón y éste entraba directamente en la red. —¡Gol, gol, gol! ¡El Valencia, campeón de la Champions League! ¡Vámonos! —Grité, cayendo de rodillas frente al televisor.

   Mi hermano se limitó a observarme de brazos cruzados con una leve sonrisa mientras yo celebraba mi victoria. Después de unos minutos, me levanté del suelo y me puse frente a él.

   —Ahora sí, ¿qué querías? —Pregunté, mientas colocaba bien mi camiseta.

   —Martina, tenemos que hablar de algo serio. —Dijo mientras me observaba.

   En aquel momento, mi madre entró al salón, secando sus manos en el delantal de cocinar. Se sentó en el sofá, indicándome que hiciese lo mismo, mientras que Jorge se quedaba en pie frente a nosotras. Pude notar la seriedad en su mirada, al igual que en el tono de su voz. Dirigí mi mirada hacia mi madre, y luego volví a observar a mi hermano.

   —¿Me vais a decir qué demonios pasa? -Pregunté de nuevo, esta vez más seria.

   Empezaba a preocuparme su actitud, hasta que vi asomar una pequeña sonrisa en los labios de mi hermano, antes de echar un vistazo a mi madre.

    —Mamá, ¿se lo dices tú? —Preguntó, ensanchando su sonrisa.

   —Me da igual cuál de los dos me lo diga, pero hacedlo de una vez. —Dije, empezando a ponerme nerviosa por tanto secretismo.

   —Cariño... -Empezó a hablar mi madre, tomando mi mano. —Jorge y yo lo hemos estado pensando, y... —Miró a mi hermano, en busca de ayuda.

    —Quiero que te vengas a vivir conmigo, a Madrid. —Finalizó Koke, con una amplia sonrisa. —Creo que allí tendrás más oportunidades de seguir en la carrera que tu quieres, además, es una ciudad grande, y seguro que por allí lo pasas genial. Te compraremos un coche, para que seas más independiente, y vivirás conmigo, en mi casa. ¿Qué te parece?

   Me quedé completamente en shock. Yo, viviendo en Madrid. Con mi propio coche. Prácticamente tenía total libertad para moverme por la ciudad, además podría estudiar la carrera que yo quería... ¿cómo decir que no?

   —Martina... Entendemos que no quieras dejar Valencia, sé que estás muy a gusto aquí, y que tienes a tus amigas, y a Santi, y el ballet, y es nor... -Dijo mi madre, pero no la dejé terminar.

   —¿Estás de coña? —Exclamé, dejando que una sonrisa se posara en mi rostro. —¡Es la mejor idea del mundo! ¡Me encanta! —Exclamé de nuevo, antes de levantarme y abrazar a mi hermano.