Venganza -BanKag Lemon

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Pedido por anethmendezgonzalez

Kagome observo escondida entre la maleza como Kikyo besaba a Inuyasha con fervor mientras los dos disfrutaban, era una idiota al pensar que ese hanyou cambiaria

Parecia una completa masoquista, asi que decidio irse, pero en cuanto se dio la vuelta, unos brazos impidieron sus pasos.

- eres un poco cotilla sabes?

Dios! Era Bankotsu, su enemigo y el lider de los 7 guerreros... por que no habia cogido su arco?

Bankotsu se acercó a ella lentamente haciéndola retroceder hasta quedar presa entre un árbol y su cuerpo.

- te puedo hacer olvidar...- susurro antes de besarla

La mente de Kagome se apagó ante la idea de olvidarse de todo su dolor y de Inuyasha....

Los ojos del mercenario se encendieron al pensar en tener su merecida venganza

Sus besos bajaron al cuello de la miko mientras su pesada armadura y su arma yacían a un lado de sus cuerpos.

Pronto tanto la camisa de Kagome, como el obi de Bankotsu acompañaron a sus demás pertenencias.

Ese guerrero era realmente apuesto, su esbelta figura, sus fuertes brazos, sus músculos, su ancha espalda...

Ella no se veía mal a los ojos del joven de la trenza. Sus pechos eran grandes y suaves, toda su piel era así. Su cara era angelical, sus curvas eran de infarto.

Quitó esa extraña prenda como pudo y dejó sus senos libres y a su vista. Acostó a la sacerdotisa en el Prado y comenzó a lamer sus suaves pechos.

Las manos de Kagome no paraban quietas, acariciaban sus brazos y hombros y dibujaba formas en su espalda

La ropa sobró y de repente solo eran dos cuerpos hundiéndose mientras gemidos llenaban el ambiente acompañados de un sonido acuoso proveniente del vaivén de caderas.

Ambos gimieron y las embestidas se volvieron más profundas y salvajes mientras el ojizarco atacaba su cuello dejando marcas de besos y lamentones...

Un momento antes de llegar a correrse, sacó su miembro de allí sustituyendolo por su mano y se corrió sobre el sudado cuerpo de la pelinegra.

El moreno beso sus labio una última vez antes de empezar a vestirse. Kagome hizo lo mismo aún con la respiración agitada.

Ambos se irían por su propio camino, serían enemigos... No habría un segundo encuentro así. O eso pensaba Kagome hasta que Bankotsu colocó un trozo de tela sobre su cabeza.

- veamonos mañana, aquí, y a la misma hora.- habló antes de agarrar su arma, besar una última vez a la confundida azabache y largarse.























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































































One-shot Inuyasha!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora