capitulo 39 (Editado)

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Stephen

Te aconsejaré lo mismo que le he dicho a Carther miles de veces y no quiere escuchar, no confíes en mí, no creas nada de lo que digo... yo solamente se para quien juego y no sabrás mis intensiones hasta mi última movida.

Cuando encontré ese papel sentí una ira que no pude controlar, Carlos, Stefano? Quien mierda quería citarla en ese barrio? En esa casa!.

Tenía que asegurarme que a Carther no se le ocurriera aparecer por allá, me la llevaría a mi casa, accedió de inmediato con la excusa de que no quería que se quedará sola en esa enorme casa, me sorprendía cada día más la forma en la que confiaba en mi ciegamente ¿como es posible?. A veces creo que las personas son adictas al dolor, hay dolores que pueden evitar y aún así lo prefieren.

Enamorarse es uno de ellos, no puedes enamorarte sin sufrir, por no ser correspondido, por celos, por terminar una relación, parece que el amor sin sufrir no es real.

La idea de Carther con alguien más produjo un dolor en el pecho que no había sentido nunca, sentí que se estaba burlando de mí, burlando de mis sentimientos, le estaba entregando lo único que tenía de valor para darle, y ella se estaba burlando de eso.

Parecía muy asustada ¿de que se asustaba? No ha visto nada aún, debía ir donde mi hermano, asique Ian tendría que ayudarme con esto, me lo debía por el y su idea de cita fallida.

—No te molesta quedarte con el entonces? Debo hacer un par de cosas - luego de nuestra discusión me miraba distinto, no estaba seguro de si eso era bueno o no-

—No, está bien descuida - la ayude a bajar del auto, hasta yo me sorprendía lo rápido que podía cambiar cuando la tenia solo para mí. Subimos hasta mi piso, no estaba muy comunicativa , eso si me preocupaba, debía doblegarla, pero sin su confianza no podría hacer nada.

—¿Puedo tomar una ducha? Necesito sacarme el cansancio de encima - acarició su cuello mientras se quitaba los zapatos-

—No necesitas pedirme permiso, sabes donde está el baño - asintió y camino hasta el, comenzó a quitarse la camiseta a mitad del pasillo, sus jeans quedaron atrás junto con el resto de su ropa, por un demonio...¿ quien la había hecho tan insegura? Su cuerpo era perfecto, no había parte de ella que no me gustara, de hecho creo que ya tenía mi favorita.

A la mierda Stefano, podía esperar.

Me quite la camiseta y la vi entrar al cuarto se baño, deje mi teléfono afuera, estaba consciente que mi hermano intentaría contactarme y no estaba dispuesto a ser interrumpido en este momento. Me desnude quedando a la par de mi chica.

Entre detrás de ella y cerré la puerta, volteo aparentemente sorprendida, y llevo sus manos a sus senos, sonreí, no había parte de ella que no conociera ya.

Camine hasta quedar detrás de ella, era posible que estuviera empalmado tan rápido? Ni siquiera la había tocado, no me gustaba que tuviera ese poder sobre mi, se suponía que yo debía controlarla a ella.

—Stephen...debes - lleve mis manos a sus caderas, no entiendo porque las odia tanto, sus curvas están hechas a mano, la forma en que me miraba a través del espejo sólo me ponía más-

—Entra a la ducha - mordí su cuello con cuidado, sus manos buscaron mi cuerpo, con un suave movimiento hice que volteara quedando frente a mi, sus ojos marrones me miraban atentos, esperando el siguiente movimiento, estaba comenzando a necesitar de ella las veinticuatro horas del día, y no para follar, no para tenerla en mi cama, solo necesitaba verla, que me mirara como lo hace ahora, como si no hubiera nada mas importante en este momento, solo ella y yo, ¿ es ridículo? si Stefano me escuchara decir esto, pensaría que es una estupidez, pero ella me hace pensar que no lo es del todo, si querer a alguien se siente asi... quería quererla para toda la vida.

Sus manos tomaron mis mejillas para acercarme a su rostro y besarme , sus labios eran suaves, cálidos, siempre esperando encontrarse con los míos. Tome sus muslos haciendo que rodeara mi  cintura con sus piernas, no deje de besarla un solo momento, deje que sus pies tocaran el suelo y abrí el grifo para dar el agua. Sus manos acariciaron mis espalda, viajando hasta mi abdomen, sus manos bajaron hasta mis oblicuos y deje que siguiera hasta donde pretendía llegar, cerré mis ojos al sentir el tacto de sus manos, no pretendía dejarla llegar muy lejos, tenia otros planes para ella. Voltee para llevarla hasta la pared haciendo que enrollara sus piernas alrededor de mi cintura, baje una mano por su estomago lentamente hasta llegar a su sexo, estaba tan lista, la acaricie lentamente hasta hacer que me rogara por ello.

—Stephen.. -sus ojos estaban cerrados, sus manos se sostenían de mis hombros, mientras yo besaba su cuello sin cansancio-

—Dime que quieres ...dímelo Carther - jadee sobre sus labios mientras esperaba su respuesta, sus manos subieron a mi cabello, enredando sus dedos en el-

—Follame - mi dulce Carther hablando sucio era un placer para mí, pero para ella tenía algo especial, algo que no le había dado a nadie-

—No...- bese su cuello dejando marcas, la escuche quejarse y reclamar, ¿qur estaba haciendo con ella?- por que no..

—Quiero hacerte el amor Carther - sus ojos se encontraron con los míos, sus labios me besaron con desesperación, la baje con cuidado y acariciando sus caderas  baje lentamente por su cuerpo besando cada rincón de su cuerpo, amaba cada detalle, sus cicatrices, sus lunares, todo en ella era perfecto.

Sus manos jalaron de mi cabello cuando mi boca encontró su sexo, movía sus caderas a un ritmo doloroso, observarla disfrutar de esta manera era realmente bello de admirar, sólo cuando estaba lo suficientemente lista me detuve.
Sentado sobre el suelo de la ducha tome sus caderas y me deslice dolorosamente lento dentro de ella, sus brazos rodearon mi cuello escondiendo su rostro en mi hombro-

—Mírame Carther, vas a recordar cada segundo en el que te hice el amor - tome sus caderas impulsándola a levantarlas, para luego bajar nuevamente, bese su mentón, mordí sus labios y volví a su cuello una y otra vez, cuando ya encontró el ritmo adecuado quite mis manos de sus caderas y acaricie su espalda regando besos por su clavícula, estaba tan perdido en ella, tan jodidamente perdido...

—dios...- echo su cabeza hacia atrás moviendo lentamente sus caderas-

—No te detengas ...necesito más de ti nena, mucho más- estaba apunto, sus uñas se clavaron en mi espalda y se dejó ir conmigo junto a ella-

—Te quiero...te quiero tanto Stephen - dijo entre jadeos, todo mi cuerpo temblaba junto a ella ¿que ha dicho?-

—Repítelo ...- tome su rostro entre mis manos besándola sin parar- te quiero Stephen..- repitió otra vez para mi, la bese aún más fuerte y escondí mi rostro en su hombro, simplemente porque no era capaz de mirarla a la cara...porque lo peor de todo esto, es que yo también la quería... la quería  para mí, para cuidarla, para todas esas cursilerías de mierda, la quería...pero ya era demasiado tarde para mí, no importa lo que pase ...ya está escrito que voy a perderla.

Deseos Prohibidos {#DP 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora