capitulo 57 (Editado)

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Sentí sus labios recorrer mi espalda lentamente, solté un quejido y me acomodé para seguir durmiendo.

—Carther...- bajo aún más hasta morder mi culo, voltee de inmediato y me cubrí hasta la cabeza para seguir durmiendo-

—No , solo dame un minuto mas - cerré mis ojos nuevamente e intente volver a dormir, pero mi novio saco las sabanas y tomándome de la cintura me dio vuelta y se coloco sobre mi, comenzó a hacerme cosquillas con su nariz en el cuello y sus manos acariciaron mis costillas. su barba comenzaba a aparecer, se que no le gustaba, pero se veía condenadamente bien con ella, intente apartarlo con mis manos, pero mi fuerza no era tanta como par moverle.

—¿Te vas a levantar? ¿ eh? - comenzó a dar mordiscos en mi cuello, tendría marcas luego y no sabría como explicarlas- 

—Si! si que si me levanto! para ya -dije entre risas y me levante rápidamente en cuanto salió de encima, tome la sabana y me cubrí con ella buscando mi ropa-

—Vuelve acá, te falta algo - me acerque y tome su rostro entre mis manos - buenos días pesado -tomo mi cintura haciéndome caer a la cama con el otra vez, sus labios eran como imanes, no lograba separarme de ellos ni un segundo-

—Buenos días pesada - froto su nariz contra la mía- me iré a dar una ducha, preparas tu el desayuno? -asentí y bese sus labios otra vez. Se levanto desnudo caminando por el cuarto en busca de su ropa, es ahora cuando pienso en que Dios se tomo su tiempo con algunas personas, vaya novio tenia.

—¿Ves algo que te guste? - su cabello estaba desordenado e intentaba apartarlo de su cara mientras me miraba con malicia-

—Puede que si... pero tengo que ir preparar el desayuno - me levante colocándome su camiseta y unas bragas nuevas, le di un rápido beso y salí de la habitación. Era un lindo día, por primera vez sentía que solo me esperaban cosas buenas de aquí en adelante, tal vez deberé esperar hasta que podamos contarle a los demás, pero definitivamente era feliz ahora mismo, no quiere decir que no sigan pasando cosas malas  mi alrededor, pero esto que sentía y tenia con el,  hacia que no todo fuera tan malo. Aproveche de mandarle un mensaje a Carlos para decirle que me encontraba bien y preguntarle si el también lo estaba.

Todo estaba un poco mejor, su padre estaba pidiendo un traslado para venir a vivir con ellos, pero nada era seguro, temía tener que irse con el a otra ciudad y la verdad también yo, Carlos era uno de mis únicos amigos. Saque un sarten y huevos para prepararlos, tristemente era lo único que sabia hacer, no era una experta en la cocina, papa siempre era el que preparaba algo para dos, o pedía una pizza. Saque el pastel del refrigerador para servirme un poco, no me explico como aun no me ha dado algo por tanto dulce.

Sentí como una puerta se cerraba y me apresure a terminar el desayuno, para Stephen prepare un café y saque sus cereales, si algo le gustaba era eso. Estaba buscando té pero no podía encontrarlo, asique supongo que será solo jugo de frambuesa.

Sus manos abrazaron mi cintura haciéndome dar un brinco, juro que la próxima vez que me hiciera eso me las iba a pagar.

—Stephen! cuantas veces te lo debo pedir? deja de hacer eso! - me estire para alcanzar un vaso, y lo deje sobre la mesa, cuando mire sus manos, el pánico se apodero de mi. Esas no eran las manos de mi chico. Voltee asustada.

—¿Hacer que Ángel? - mire a todos lados intentado encontrar a Stephen pero no estaba, ¿y si gritaba para que viniera? , comencé a retroceder alejándome de el, esto era raro,¿por que estaba aquí? ¿ como podía saberlo?, su mirada me daba miedo, no era el mismo chico que se acerco a mi para ofrecerme su amistad, este era como una persona completamente diferente, di media vuelta para comenzar a caminar hasta donde estuviera Stephen.

—No , no bonita  - se adelanto atrapando mi cintura y apegándome a el, su mejilla se apego a la mía y susurro en mi oído- - ¿ por que te vas? ¿ me tienes miedo ángel?

No quería entrar en pánico, pero se estaba comportando de una manera muy extraña, intente apartarme pero no me dejo.

—No tienes que tenerme miedo ángel, yo solo quiero ayudarte ¿recuerdas?, ahora vas a volver a la cocina y me vas a hacer caso en todo lo que yo te diga ¿ fui claro?- Asentí nerviosa, tenia dos opciones correr hasta la habitación o hacer lo que me pedía. Tome la primera.

Su mano tomo mi cabello tirando fuerte de el hasta hacerme retroceder, chille del dolor que me produjo, me llevo hasta el sofá sin soltarme y me empujo a el. Ahora si comenzaria a gritar, que demonios estaba mal con el?. Paso la mano por detrás de su espalda y saco un arma, mierda...

—Vas a cerrar la puta boca si no quieres que te de un tiro ahora mismo, ¿ me has oído? Ahora vas a ir hasta la cocina y vas a hacer como si nada hubiera pasado ¿ estamos de acuerdo? - asentí con lagrimas en los ojos y me levante con cuidado, sentía que cualquier cosa que hiciera podía hacerle reaccionar. Me acompaño hasta la mesa de la cocina  y se sentó en una de las sillas como si nada estuviera ocurriendo.

—Sírveme café , no alcance a desayunar - dijo con un tono demasiado frívolo estaba demente si creía que algo haría por el. Al ver que no me movía comenzó a rozar la pistola por mis muslos con una sonrisa arrogante en su rostro- vas a prepararme el café? 

Asentí intentando no sollozar, me aparte y comencé preparar su taza, mi mano tiritaba demasiado, con suerte pude llenarla con agua sin derramar nada, Stefano no me sacaba los ojos de encima, como una persona que parecía tan buena podía estar haciendo esto?

De pronto vi a Stephen aparecer en el pasillo con una sonrisa que desapareció al instante que vio a Stefano, su rostro empalideció. 

—Hermanito - sonrió con suficiencia - no vienes a saludarme? no te molesta que desayune con ustedes o si? - Stephen no se movía de su lugar, el pánico se apodero de su mirada, se acerco intentando estar tranquilo pero podía ver que no era así.

—Stefano, que haces aquí - su hermano se levanto quedando frente a el, esto no pintaba nada bueno, quería acercarme a Stephen y decirle que su hermano tenia un arma que no era quien creía que era, que se apartara de el porque podía hacerle daño.

—¿ como? - comenzó a reír y me miro como si no entendiera la pregunta de Stephen y yo tuviera la respuesta- tu sabes bien que hago aquí Stephen...¿quieres que le contemos a Carther nuestra sorpresa?

Deseos Prohibidos {#DP 1}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora