Cuestión de temperatura

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Otro punto que debemos considerar al efectuar la lectura de las manos tiene que ver con el temperamento que transmite la mano.

En este aspecto, existen cuatro temperamentos bien diferenciados:

Temperamento nervioso 

Manos: Frías, secas, tirando a huesudas.

Dedos: Lisos, largos, ahuesados o cónicos.

Líneas: Finas, bastantes numerosas y no claras.

Tendencias más notables: Imaginación desbordante, con capacidad creativa, brillantes iniciativas, pero sin facultad de realización; meticuloso, excesivamente detallista.

Exagerado en sus impresiones; cualquier hecho normal lo amplía, lo agiganta, haciendo una tragedia de una insignificancia; versátil e impresionable.

Temperamento bilioso

Manos: Secas, calientes, duras.

Dedos: Largos, lisos, gruesos, cónicos o de espátula.

Líneas: Profundas, numerosas, bien dibujadas y largas.

Tendencias más notables: autoritarios, ambiciosos, muy susceptibles, voluntad fuerte. Bastante nobles, fuertes. Su forma de actuar es lenta y metódica.

Temperamento linfático

Manos: Húmedos, frías, más bien blandas.

Dedos: Cortos, nudosos, cuadrados o de espátula.

Líneas: Largas o cortas, escasas.

Tendencias más notables: Coléricos, pero de cólera fría, controlada; glotones y sensuales. Pocos proyectos, apáticos, indiferentes. Muy calmosos.

Temperamento sanguíneo

Manos: Calientes y húmedas, duras o elásticas.

Dedos: Cortos, nudosos, cuadrados o ahuesados.

Líneas: Fuertes, bien dibujadas, poco numerosas.

Tendencias más notables: Paternalistas, protectores, muy cambiantes en sus impresiones; ideas obsesivas, rápidas, vitales y resistentes.




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