Inevitable Destino (Vegeta Y Tu)

Capitulo 13 (Penúltimo)

De nuevo los días siguieron pasando y desde nuestro encuentro con Zangya habían pasado dos semanas, Vegeta desde ese momento había cambiado mucho conmigo, ante los demás seguía siendo el mismo orgulloso de siempre, pero en privado y en la soledad de su habitación las cosas eran diferentes, tal vez no era el típico romántico y cariñoso, no era para nada demostrativo, pero había dejado de ser tan cortante y gruñón, me escuchaba un poco mas e incluso estaba mas conversador, me había contado cosas sobre su planeta, costumbres de su raza, incluso me había hablado de su madre.

Al parecer la Reina del planeta Vegita había sufrido mucho, la habían obligado a casarse con el padre de Vegeta pues por su poder era la indicada para engendrar al próximo gobernador, pero a pesar de haber nacido y crecido en un planeta donde predominaba la  violencia y la frialdad, ella estaba llena de amor y paz, y por eso después de que naciera Vegeta, el Rey la había despreciado y descuidado, había conseguido amantes por montones y no perdí oportunidad para criticarle sus debilidades, aunque para el resto del planeta eran la pareja ideal, en privado eran los peores enemigos.

El Rey le había prohibido que tratara al príncipe con delicadeza y amor, solo podían enseñarle violencia y guerra, por eso y por ser el, el futuro gobernante, desde niño lo habían obligado a entrenar el doble que a los demás, y hasta le prohibían hablar en ocasiones con su madre, pero ella se las arreglaba para verlo, e incluso Kakarotto en ocasiones mentía solo para darles unos minutos a solas para charlar, el se había convertido en su cómplice, y gracias a la Reina en su hermano, de ahí había surgido el cariño mudo que sentían el uno por el otro.

Después de largas conversaciones, Vegeta y yo terminábamos haciendo el amor, todas las noches la habitación era testigo de los apasionados encuentros que teníamos y de las caricias y besos que compartíamos. Incluso una mañana había aparecido Nappa reprochandole a Vegeta que por culpa de mis gemidos la noche anterior, el había amanecido con una erección inaguantable, como única respuesta Vegeta le había golpeado el rostro y lo había mandado callar, desde ese día trate de controlarme para que no me escuchara nadie mas, aunque Vegeta me lo hacia cada vez mas imposible.

Esa mañana me encontraba en la bodega con Milk, a pedido de Vegeta estaba terminando otra nave un poco mas pequeña pero ideal para las dos, pues si las cosas se complicaban era necesario que nosotras también tuviéramos un medio de escape, a estas alturas era lógico que ninguna de las dos se iría a ningún lado sin ellos, pero había aceptado construirla por si llegaba a ser necesario. Al ser mas pequeña me había llevado menos tiempo construirla, los detalles que le estábamos haciendo no tenían mucha importancia, Milk se había encargado de abastecerla de comida así que esta nave también estaba lista para despegar.

Revise como de costumbre la computadora en donde me llegaba la información de la investigación de Freezer, cuando leí el ultimo informe me levante de golpe y nerviosa empece a buscar el rastreador. Las manos me temblaban descontroladas, Milk me miraba asustada y me preguntaba que pasaba, pero yo no podía articular una sola palabra, cuando por fin encontré el endemoniado aparato di un par de respiraciones para poder hablar.

-¡Vegeta!- llame desesperada -¿Me escuchas?-

-¿Que pasa ___?- pregunto Kakarotto preocupado -Vegeta esta entrenando, no tiene puesto el rastreador-

-¡Necesito que paren su entrenamiento y vengan de inmediato, es muy importante!-

-Ya mismo vamos para allá- respondió serio, cinco minutos después los cuatro Sayajin estaban en la bodega con el ceño fruncido

-¡¿Que encontraste?!- exigió Vegeta con el ceño fruncido, sabia que no los llamaría de esa forma si no fuera importante

-Al parecer Freezer ha encontrado el planeta que buscaba, en estos momentos esta preparando la cámara en la que se encuentra Cooler para el viaje y piensa despegar en cuanto todo este listo-