Dejame curar tus heridas... (Levi Ackerman x Reader)

Cap 13: La luz detras de tu sonrisa

Apoye mi cabeza en su hombro y empecé a sollozar, el dolor aún no se iba, pero al menos me sentía algo más aliviada, como si de alguna forma, el me estuviese permitiendo entrar más a su vida. El escondió su rostro en mi cabello, cerca de mi cuello, y suspiró con alivio.

 

—No lo hagas de nuevo.

 

Oh no... Claro que no me alejaría más de él.

 

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—Muéstrame. —Dijo suavemente ___ mientras estaba sentada en la cama de Levi, frente a él. Tenía su mano extendida a él, esperando que su amigo cumpliese su petición. El solo la miro por unos segundos, hasta que ella nuevamente hablo. — Vamos... —Y sonrió para transmitirle cierta confianza.

—No soy un mocoso ¿Sabes? —Le respondió él, y extendió su brazo.

— ¿Puedo? —Pregunto ella, el asintió levemente, a lo que ella lentamente fue subiendo la manga de su chaqueta y luego la remera que llevaba puesta, que en efecto, esta estaba manchada de sangre.

—Mierda. —Susurro la muchacha mientras fruncía el ceño y miraba con detenimiento las heridas de él. Eran hondas, no estaban curadas, y aún estaban abiertas y cualquier tipo de presión las haría sangrar de nuevo. — Estarán bien, no te preocupes. —Trato ella de calmarlo, aunque él estaba bien, quizá solo trataba de calmarse a ella misma.

Fue a parar al baño y saco un pequeño botiquín de primeros auxilios del cual estaban equipados, volvió con Levi, acercándose mas para poder tener mayor acceso a él.

Tomo el algodón y lo introdujo en el alcohol, cuando estuvo lo suficientemente húmedo, lo paso por las heridas de Levi delicadamente. Este solo suspiro hondo.

—Lo siento. —Se disculpó sonriendo.

—No tienes que hacerlo.

—Lo sé. —Respondió ______, dejo el algodón a un lado y saco unos vendas y gazas del botiquín, acompañados de una cinta, de aquellas que se utilizaban en esos casos de accidentes. — Solo pensé que Petra te atendería...

—No permito que nadie lo haga. —Confeso. Por una parte ella no pudo evitar sentirse feliz por ello, ya que solo se dejaba atender por ella, pero por otro lado era algo egoísta la razón por la cual se sentía feliz, estábamos hablando de autolesiones.

—Hey. —Coloco las gazas en sus heridas, y las pego con cinta para que no se perdieran. Sus manos temblaban, y actuaba un poco nerviosa. — ¿Q-Que puedo hacer para ayudarte? —Pregunto ahora, con timidez.

—No te estoy obligando a quedarte _____. —Ella frunció el ceño al oír la respuesta de este, y tomo las vendas.

—Lo sé, claro que lo sé. —Respondió mientras que con delicadeza vendaba el brazo del chico. — Yo quiero quedarme. —Insistió.

—Te hare daño. —Susurro el con pesadez. —Lloraste. —Le recordó, y vio como ella concentradamente terminaba de vendar su brazo. — No entiendo.

—Te quiero mucho. —Confeso, bajo las mangas del chico y se acercó más a él. El abrió los ojos más de lo normal, fue visible como un rubor se esparcía por las mejillas de ambos adolescentes. —Permíteme...

—No. —Volvió a repetir él. — No te metas.

—Escúchame. —Exclamo. — No pretendo saber tu pasado, si no quieres contármelo, está bien. Pero no arruines tu futuro, porque yo estaré ahí.