Capítulo 61

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-Hola Alice, has crecido mucho desde la última vez - dijo Porty abrazando a la adolescente. 

-Tu también has cambiado mucho Porty - dijo Alice sonriendo.

-Bueno, será mejor que nos pongamos cuanto ante con kos muebles, ya que hay que hacer muchas cosas y tenemos poco tiempo, ¿no crees, Pablo? - Pablo asintió y se fue con Porty indicándole donde debían de ir todos os muebles que en es momento debían mover. Unos 15 minutos después de la llegada de Porty comenzaron a mover las camas y los muebles a sus respectivas habitaciones hasta que todo quedó ordenado tal y como lo dicho. 

-Muchas gracias por ayudarnos Porty - dijo Julia con una dulce sonrisa - y disculpa que te hayamos retenido aquí hasta estas horas.

-No es molestia ninguna, para eso estamos - dijo este sonriendo. Los tres despidieron a Porty en la entrada, cuando abandonó la estancia eran cerca de las 22 de la noche. 

-Papá tengo hambre 

-Yo y los mellizos también - dijo Julia.

-Podemos encargar unas pizzas ya que a esta hora no me da tiempo a preparar nada en condiciones - las dos mujeres se miraron y dijeron un sonoro si al unísono. Pablo llamó a una pizzería para que les llevase unas pizzas a casa y mientras Julia y Pablo se pusieron a ver la tele.

-Voy a ensayar un poco - dijo Alice levantándose del sofá y subiendo los 20 escalones que separaban su cuarto del salón. Fue a su nuevo cuarto, aun no se acababa de acostumbrar al saber que su cuarto ya no era rosa como de princesas, ahora era un cuarto vacío y sin vida que ella misma debía de empezar a decorar para así empezar su nueva vida. Su cuarto tenía una cama grande que se encontraba al abrir la puerta, a su lado una mesita de noche. Al lado izquierdo había un escritorio con su ordenador y la maleta del instituto, en la pared izquierda estaba el armario donde guardaba toda su ropa y en frente de la cama había una fran estantería donde se encontraban algunas fotos y todos los libros que hasta el momento había comprado, y lo mas importante de todo, había un piano en su cuarto, aquel piano que Porty le había regalado ahora estaba en su cuarto y podía pasarse el día allí, tocando delicadamente cada una de sus teclas produciendo una hermosa melodía. Se sentó delante del piano, descubrió la teclas y comenzó a tocar la melodía para, acto seguido, cuando llegase el momento comenzar a entonar la melodía que acompañaba a aquella canción. ''Tengo que ganar el concurso ... si lo hago, tal vez James se fije en mi''

Adoptada por Pablo AlboránDonde viven las historias. Descúbrelo ahora