Capítulo 1

527 32 5
                                    


No me había percatado de como había llegado aquí. No me había percatado que estaba lloviendo. No me había percatado que él estaba delante mía.

—¿Estás bien? —pregunto con una media sonrisa.

No respondió. Su pelo estaba mojado y le tapaba parte de la frente. Aún así era el chico más guapo.

—¿Matt? —pregunté otra vez, con una expresión nerviosa.

—Adiós, Summer —habló por fin.

Se dio la vuelta y comenzó a andar por el medio de la carretera. Sus pisadas hacían que el agua se levantase. Cada vez estaba más lejos y, por una extraña razón, yo no me podía mover para ir detrás de él.

—¡Matt! —grité—. Matt, no me dejes. ¡Lo siento! ¡Matt! ¡Matt!

No sabía porque lloraba. No sabía porque no me podía mover. Quería arrancarme el pelo y gritar, pero tampoco podía.

Su cuerpo se fue difuminando y sólo podía ver una mancha negra, cada vez más lejos.

—¡No! —sollocé.

Y de repente desperté en la cama, empapada en sudor y con la respiración entrecortada. Todo había sido un sueño, un horrible sueño.

Y así había empezado uno de los mejores días de mi vida: con una pesadilla. Hacía tiempo que no tenía una.

—Venga Summer, levántate —dice mi padre a través de la puerta—. O perderás el vuelo.

Suspiré mientras apoyaba la cabeza en las palmas de las manos.

Me estiré a coger el móvil cuando este sonó. Era un mensaje de Matt.

  Espinarosauros Rex 😍 te ha enviado una imagen.

  ¿Preparada para New York?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Preparada para New York?

Sonreí para mis adentros y después de contestarle corrí a prepararme. Después de estar lista y coger todo bajé a la cocina.

—¿Tienes todo?

—Sí, Peter —contesté.

Bostecé y me froté los ojos. Eran las cinco de la madrugada y estaba deseando coger el avión para dormir.

—Te voy a extrañar.

Reí y me abracé a él.

—Sólo va a ser una semana.

—Pues disfrútala —contesta con una expresión seria.

—Lo haré —susurro—. Te quiero.

Y de ahí a nada, un coche aparcó delante de nuestra casa, el claxon sonó y supe que era Matt.

Cogí mi maleta y salí con ella hacia su coche. Me regaló una cálida sonrisa provocando que la pesadilla desapareciese de mi mente. 

Guardé la maleta en el maletero y después me senté en el asiento del copiloto.

  —Hola —lo saludé.

  —¿Qué tal?

Quería contarle que estaba de los nervios por viajar con él, por ir a New York y conocer a sus amigos. También quería contarle el mal sueño, pero simplemente me limité a encogerme de hombros y sonreír emocionada.

  —Me lo tomaré como un bien —bromeó para después darme un cálido y corto beso en los labios.

Mi chico de Virginia.© #ECDV2 |Pausada| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora