Me agradecí mentalmente por haberme quitado los tacones
El aire fresco de la ciudad nos golpeó cuando salimos del local, el cambio de temperatura fue notable. Afuera había mucha gente, unos cuantos grupos de chicos y chicas.
Veo a dos chicas conversando y Justin caminando en su dirección, dejándome total y completamente sola.
Menudo Cabron.
Mi ira comienza a incrementarse rápidamente, gire los talones y me dispuse a entrar de nuevo pensando en lo imbecil que era por reaccionar de esa forma.
Me regañé mentalmente por darle importancia.
Entre al club de nuevo hecha una fiera, tome mis tacones me los coloque.
Me agarre fuertemente de la barra para no perder el equilibrio y tome mi cartera.
Joder..
Estaba muy ebria.
-¿Vosotras se irán con los chicos?- pregunto a Erin y a Adriana.
-¿Acaso te irás?-Asentí a modo de respuesta.
Erin hizo un mohín y trato de darme mil razones para quedarme. Pero yo lo único que quería era irme de allí.
Me preocupaba el hecho de que no tenía una razón contundente para largarme, simplemente ya no quería seguir en el club.
Me subí a mi coche y me encamine a la casa. En el camino me detuve en un restaurante de hamburguesas.
El local era bastante amplio y su decoración era muy llamativa. Habían chicos y chicas de 17 entre 20 años, algunos comiendo y otros charlando mientras bebían cerveza.
El lugar era bastante agradable. Camine hasta la barra, estaba decidiendo que iba a ordenar cuando siento una mano posarse en mi hombro.
-¡Vaya! mirad a quien tenemos aquí
-¡Francisco!-exclame antes de abalanzarme a él.
Francisco era un amigo que hace mucho tiempo conocí en una fiesta. El era ese tipo de amigos que se vuelven muy importantes en tu vida a pesar de haberse conocido de una manera bastante inesperada.
-¿Que hacéis aquí?-le pregunte.
-He decidido tomarme unas vacaciones-comentó sonriendo -Y a ti que te trae por aquí?
Sonreí y le conté que estaba de vacaciones con unos amigos del instituto. Pedimos unas cervezas y nos pusimos al día, yo no podía parar de reír por las anécdotas que Francisco contaba. No me había dado cuenta de cuanto lo extrañaba.
-Y tu no tenéis nada que contarme?No me digas que estáis enamoradilla de un gilipollas. Me pondré muy celoso-dijo fingiendo estar enfado, las comisuras de mis labios se elevaron.
-No tienes idea de cuánto te extrañe.
(...)
Después de terminar de charlar con Francisco. Nos pusimos de acuerdo para salir mientras estemos ambos de vacaciones.
Me encontraba manejando en dirección a la casa. Eran las 3:30 de la madrugada, había hablado tanto con Francisco que perdí la noción del tiempo. Sin embargo me encontraba bastante contenta de habérmelo encontrado.
Me estacioné y vi el auto mal aparcado de Peter. Se escuchaba música a todo volumen en la casa.
¿Y es que no se cansan?
Me baje del coche y el sonido de un motor llamo mi atención. Un ferrari negro aparcándose detrás de mi coche. Justin salió del coche y camino en dirección a la casa.
