Uno.

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Mía.

No me gustaba que Gemma estuviera enojada conmigo, pero es que, ¿por qué juzgar a una persona sin siquiera conocerla? Alan Navarro era un idiota, sí, lo admito, pero no por eso tengo que juzgarlo exactamente como un idiota, como dije antes, tal vez hay algo que lo hace ser así, casi siempre hay un motivo para ser un idiota. Además Alan solía ser agradable muchas veces, o bueno, eso era lo que yo veía cuando estaba con sus amigos.

Eso quería decir que no era del todo un idiota, y por eso es que quería hacerme su amiga. Sería interesante ser amiga de alguien como él, digo, es que quiero saber qué es lo que lo hace tan encantador, además de su físico de típico chico que tiene a todas las chicas del instituto babeando por él. Quiero saber qué es lo que lo hace tan especial.

En mis planes no está enamorarme, y por supuesto, yo no me enamoraría de alguien como Alan Navarro, porque tal vez no lo conozca, pero con una chica nunca se ha portado bien y no quisiera ser otra más de ellas que termina con el corazón roto. No señor.

*

-Gemma está muy molesta contigo- Me dijo Angela, llevándose un pedazo de ensalada a la boca. 

-Vamos, no es para tanto- Rodé los ojos.

-Bueno, si lo que quieres es salir con el corazón roto como las demás, está bien, adelante, hazlo- Se encogió de hombros.

-Pero yo no voy a salir con el corazón roto, ni que fuera a enamorarme de él- Me reí.

-¿Enamorarte de quién?- Preguntaron a la vez Danielle y Daniela, las gemelas.

-Alan Navarro- Contestó Ángela- Mía cree  que es una buena idea acercarse a Alan Navarro y hacerse su amiga- Les explicó.

-Oh sí, vas a salir lastimada- Asintieron las dos.

-¡Pero no sé por qué voy a salir lastimada! ¡No es como si fuera a enamorarme de él!- Exclamé desesperada.

-Todas dicen eso- Dijo Danielle rodando los ojos- Cree en lo que te decimos y no te acerques a Alan Navarro.

-Además no exactamente tienes que enamorarte de él para salir lastimada, con el simple hecho de ser su amiga ya tienes asegurado un corazón roto- Me dijo Daniela mientras tomaba de su jugo.

-Vamos, dejemos que lo intente- Habló Natalie llegando y sentándose a mi lado- En todo caso, si sale lastimada sabrá que se lo advertimos- Se encogió de hombros.

-No saldré lastimada- Rodé los ojos.

-Y bueno...- Habló Danielle  mirándome- ¿Cuándo piensas acercarte a él?

-En este momento viene hacia la mesa de al lado- Dijo Natalie mirando hacia atrás.

-No es una buena idea, está con sus amigos- Dijo Angela haciendo una mueca.

-Creo que mejor esperaré a la clase de química, la maestra nos cambiará de compañero y creo que es una buena idea que aproveche esa oportunidad para acercarme a él- Me encogí de hombros.

*

-Ya saben como funciona esto, los alumnos de buen promedio escogerán al compañero con el que trabajarán por todo el bimestre- Explicó la maestra y después fue nombrando a todos los que tenían buen promedio.

-Mía Fuentes- Me levanté cuando dijo mi nombre.

Una vez que terminó, nos hizo escoger a nuestros compañeros. Tenía algo de nervios por escoger a Alan como mi compañero, digo, es que en mi vida le he hablado y sería como que algo muy extraño escogerlo como compañero.

Estaba por cambiar mi idea de escogerlo de compañero, cuando la maestra habló. 

-Necesito que alguien escoja al joven Navarro de compañero, necesito que alguno de ustedes trabaje con él para que sus notas puedan mejorar- Soltó un suspiro.

Alan se quejó, pero la maestra se negó a cambiar su idea.

-Yo lo haré- Hablé con nerviosismo en mi voz, y todo el salón volteó a verme.

Vaya, no es como si fuera una locura aceptar ser la compañera de Alan.

Caminé hasta Alan, lo admito estaba nerviosa, pero supongo que era menos extraño ofrecerme como su compañera si la maestra se lo había pedido a alguno de nosotros. No podía ser tan malo.

Llegué hasta la banca y medio sonreí cuando estuve a su lado, pero él lo ignoró y solamente me miraba seriamente. Parecía molesto de verdad. Borré la sonrisa y solo me senté a su lado, mientras los demás escogían a sus compañeros. Daniela me miró del otro lado del salón y solamente negó con la cabeza con los labios fruncidos. Solté un suspiro y me encogí de hombros.

Cuando la clase comenzó, saqué mi cuaderno de química y comencé a anotar todo lo que había anotado la maestra, era lo que teníamos que hacer. Alan no hacía nada, ni siquiera prestaba atención, estaba jugando con una bolita de papel. 

-Tienes que hacer más que ser su compañera- Me susurró el chico que estaba a mi lado- Cuando yo era su compañero, él no hacía completamente nada, simplemente se quedaba sentado jugando con una pluma o mirando su celular- Hizo una mueca.

Solté un largo suspiro y miré a Alan. Si estaba aquí, era para hacerme su amiga y también para hacerlo trabajar. 

Le quité de las manos la bolita de papel y me miró con el ceño fruncido, parecía molesto. Tragué saliva antes de hablar.

-Estoy aquí para hacerte trabajar, así que me vas a ayudar- Le dije dejando a un lado la bolita de papel.

-Yo no sé hacer eso, todo lo hacen los demás- Me contestó indiferente.

-Sí sabes, pero no lo intentas- Me crucé de brazos.

-Ni lo quiero intentar- Soltó una risa burlona. 

-Pues estoy aquí para hacerte trabajar, así que vas a trabajar- Alcé ambas cejas.

No sabía de donde sacaba tanto coraje para contestarle así a alguien que ni conocía. Normalmente siempre les hablaba tranquilamente, porque la verdad es que soy muy sensible y lloro muy fácilmente. Un gran defecto en mí.

*

Y pues no logré que Alan trabajara, hice todo el trabajo yo y él terminó pasándolo. Fue lo único que hizo. Hubiera sido una mejor idea haber intentado acercarme a él de otra manera que no fuera esta, porque yo terminaba haciendo todo el trabajo, apenas y había logrado que siquiera pasara el trabajo para que la maestra no se fuera a molestar.

Pero lo seguiría intentando, y también el acercarme a él, ese era mi propósito.

*** 



FOOLS →A. N←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora