Capítulo 16. Kris

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Tocaron la puerta del departamento y ella seguía absorta, mirando aquel símbolo que la aterraba.
Volvieron a tocar la puerta. Estaba segura de que no era Quentin. Tal vez era Jayden.
No quiso abrir. Se quedó quieta para que no supieran que ella estaba ahí. Pronto los golpes cesaron y unas pisadas se alejaron por el pasillo. Si alguien la viera con esos papeles estaría muerta.
Acomodó los documentos y volvió a meterlos en el sobre.
Salió sigilosa por el pasillo hasta el elevador. Cuando la puerta se abrió miró la silueta de la pistola que había enfundado debajo de la chamarra ceñida que llevaba puesta.
El elevador se abrió en el piso de la familia de Irving. Ahí vivía Jayden también. Ahí encontraría algo.
Caminó por la enorme estancia de colores blancos y negros hasta llegar a un pasillo aislado, donde estaban los cuartos de los tres. Abrió la primer puerta y vio un cuarto que olía a perfume, el perfume de Edith. Cerró la puerta convencida de que ese era su cuarto y después abrió la puerta de al lado. El cuarto no olía a nada, pero había una chaqueta de tela militar sobre la cama. Significado de que ahí era donde tenía que buscar. Abrió la puerta del armario y encontró varías prendas casi idénticas una a la otra, solo eran distintas por las tonalidades. Pero más allá de eso no vio nada anormal.
Buscó en el tocador y tampoco encontró nada, solo cajones vacíos o llenos de ropa interior.
De pronto se sentó en la cama, agotada después de revisar cada centímetro del piso, de la cama y de todos los muebles.
Escuchó en medio del silencio un ligero tintineo. Se acercó sin hacer ruido hacia la puerta del armario de nuevo. Procuró no hacer ruido para no perder el sonido.
Abrió la puerta y el tintineo se hizo más fuerte a pesar de seguir siendo ligero. Encontró en el suelo una especie de chapa, debajo de un par de botas. Ese era el lugar que tenía que ver para saber que pasaba.
-¿Que demonios haces aquí?- preguntó Jayden.
Kris saltó y lo miró, el no esperó nada más y la tomó del cabello para lanzarla contra la puerta de la entrada. El dolor se hizo presente en una de sus sienes y cayó al suelo.
-Lárgate de aquí- exigió Jayden como intentando evitar que alguien lo escuchara.
Kris sacó la pistola y de dio un tiro limpio en el corazón. La sangre comenzó a enrojecer su camisa antes de que cayera al suelo muerto con los ojos abiertos. En cuanto abriera aquella puerta secreta tendría pruebas para demostrar que era un traidor y que su muerte valía la pena.
Miró debajo de aquella chapa de color plata. Había una pantalla especial para huellas digitales.
Kris arrastró por el suelo el cadáver de Jayden. Puso su dedo pulgar sobre la pantalla, pero no hubo reacción. Intentó con cada uno de sus dedos de ambas manos y ninguno abrió la cerradura. Resultaba extraño.
Su celular sonó, ella se asustó y salió corriendo hacia el elevador, abandonado su cuerpo bajo el cual había demasiada sangre ya.
Tenía las manos llenas de sangre, pero su ropa y sus zapatos estaban intactos. Corrió al departamento y se lavó las manos hasta que la sangre se salió de la cutícula de sus uñas y de sus dedos.
El teléfono volvió a sonar. Miró la pantalla y vio que era Quentin.
-¿Que pasa?- preguntó Kris intentando no sonar nerviosa.
-Sal del edificio ahora y dirígete a la zona de los Mercenarios- Quentin fue directo.
-¿Que esta pasando?- preguntó ella.
-Solo sal de ahí por favor, yo te alcanzo en unas horas. Confía en mi.
Kris instintivamente siempre lo había hecho. No iba a ser la primera vez en no hacerlo.
-Si- contestó y colgó el teléfono.
Se escuchó un crujido aterrador en la parte de afuera del edificio. Corrió a la ventana y vio que varios paneles habían lanzado chispas y se habían desprendido del domo de tierra. Para después caer sobre los edificios pequeños que estaban a unas millas del edificio en el que vivía ella. Pero lo que más la perturbó fue ver un grupo de objetos que ella veía diminutos descender por los agujeros que habían quedado en el domo. Y de inmediato supo que eran Agentes.
Quiso llorar, estaba atrapada. No sobreviviría otra vez. Se obligó a pensar en Troy y en lo que él le había prometido en sueños.
Que sobreviviera hasta cumplir su objetivo pero ¿como sabría cuando parar?
Corrió hacia la entrada, en donde se encontró a Edith.
-¿Que esta pasando?- preguntó.
-Tu solo sígueme, tenemos que salir de la ciudad lo antes posible.
La tomó de la mano y corrieron hacia el elevador. La luz de los paneles había desaparecido y la del edificio se había casi extinguido. Delante de ellas estaba el elevador, marcando que estaba subiendo.
-Dime que hay otra salida- dijo Kris.
-Si, las escaleras están en la parte trasera.
Se giró y corrió hacia estas. La puerta del elevador se abrió y alguien gritó "alto" a lo cual Kris hizo caso omiso. El sonido de una metralladora disparando hacia ellas se hizo presente, pero para ese entonces Kris y Edith ya estaban bajando las escaleras.
-Tenemos que conseguir un arma- dijo Kris.
-Hay varias en el despacho de mi padre- contestó Edith.
Kris se sintió temerosa al recordar que en el piso de su familia esperaba el cadáver de su hermano.
A pesar de eso asintió y bajaron hasta el nivel en el que estaba el departamento de Irving, de donde Edith sacó una pistola y se la dio a Kris junto con varios cargadores.
Edith tomó otra y salieron del despacho.
Varios hombres las esperaban ahí, con las armas en alto. Kris reaccionó lo más rápido que pudo y abrazó a Edith para después lanzarse al suelo para cubrirse con la la pared que dividía la estancia con las habitaciones.
Kris corrió hacia el cuarto con Edith. Quien quedó petrificada al ver el cuerpo de su hermano a la mitad del cuarto. Gritó, Kris no sabia si era de dolor o de miedo. Pero le tapó la boca para que no la escucharan a pesar de que sabía que la encontrarían en cuestión de segundos posiblemente.
-Ven aquí- dijo Kris en voz baja mientras escuchaba los golpes en las puertas contiguas.
No hubo respuesta alguna de parte de Edith parecía petrificada.
No pudo hacer nada más por ella, la dejó ahí y corrió al armario para tirarse al suelo. En medio de la oscuridad sintió un agujero al nivel de su espalda baja. La puerta estaba abierta. Alguien había estado ahí después de ella.
Ese hecho dejó de importar cuando escuchó un golpe en la puerta del cuarto en el que estaban. No veía nada pero podía escuchar. Edith soltó un grito.
-¿En donde esta la otra perra?- dijo un hombre.
-No lo sé.
-De todas maneras te vamos a matar a ti y a ella.
-¡Espera! ¡Espera!- gritó Edith-, mi padre les ha estado ayudando con esto. No pueden matar a su hija.
Se escuchó una risa.
-Cariño, tu padre también está muerto- dijo en tono burlón.
Edith gritó otra vez, pero ahora si era un grito de dolor, el cual se vio interrumpido por un balazo.
Escuchó pisadas y se tapó las fosas nasales para no hacer ruido ni siquiera al respirar.
-Apuesto por el cliché- dijo un hombre.
Abrió la puerta del armario y Kris disparó a su pierna y después a su estómago.
Mientras todos preparaban sus armas para disparar ella se lanzó por la portezuela del armario y cayó un par de metros para después colocarse detrás de un contenedor extraño que con trabajo podía ver.
De pronto se sintió mal, se sintió completamente sucia. Había matado a Jayden, siendo que el verdadero enemigo era Irving. Siempre había sido él, tal vez Jayden ni siquiera conocía los negocios turbios de su padre.
Intentó dejar de pensar en eso. Volver a pensar en Troy.
Se secó las lágrimas y pensó tan fríamente como siempre. Pensó en una manera de salir de aquella habitación de Biotechno.

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