Capítulo 5. Alison

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-Alison, despierta, el edificio tarde o temprano caerá- gritó Nedd.
La visión borrosa de Alison pronto se hizo más nítida. Seguían dentro del compartimiento de la mesa. Alison abrió la puerta después de recobrar el sentido y miró hacia abajo, donde ahora estaba el ventanal por el cual se colaba el aire.
-Tenemos que movernos. Llevaré las armas, tu lleva la linterna.
-¿Que hay de la abuela?- preguntó Nedd.
-Esta muerta- respondió invadida por la vergüenza de tener que decirlo tan fríamente.
-Bien, ¿como abriremos la puerta?
Estaban delante de ella, pero Alison había tenido que brincar con todas sus ganas para poder alcanzar a su hermano.
Alison disparó hacia la perilla de la puerta y esta por la gravedad se abrió. Alison tenía muy buena puntería, nunca le había hallado función a su habilidad hasta ese momento.
Nedd saltó sobre la puerta, que saltó un poco por el peso de su cuerpo y después se quedó parado sobre la pared de afuera. Afortunadamente su departamento era el último en la fila.
Pronto, su hermana se encontraba a su lado, cansada y asustada, ese escenario era alucinantemente horrible.
-Tendremos que escalar hasta las escaleras del edificio- explicó Alison a su hermano.
-Bien, pero primero subiré por ese hacha, puede que nos sirva- dijo su hermano.
-Con cuidado.
Nedd trepó por los marcos de las puertas y las lámparas de pared que se encontraban entre cada puerta.
Llegó hasta la vitrina en la que estaba el hacha y con el puño rompió el  vidrio.
Gritó, pero alcanzó a quitar el hacha de la vitrina, esta cayó a un lado de Alison y después su hermano fue el que cayó.
-Demonios ¿Estas bien?- preguntó Alison asustada.
-Me duele mucho, no pensé que fuera a pasarme algo.
Nedd le mostró sus nudillos amoratados y bañados en sangre y llenos de pequeños vidrios.
-¿Crees resistir? O puedo ir por algo al departamento.
-No, no, es arriesgado- su cara de dolor hacia que a ella también le doliera, tal vez era la sincronía que se supone, que las personas tienen cuando son gemelos.
Nedd desenterró el filo del hacha de la pared y se puso el mango del arma en el cinturón.
-Vamos a subir de nuevo- ordenó Alison a su hermano y subió por los marcos de las puertas nuevamente.
-Si hubiera cuerdas seria mas fácil- comentó Nedd desde un marco más abajo que ella.
Alison no contestó, estaba sumida en sus pensamientos y deseos de llegar a la cima del pasillo, el cual era largo, lo que significaba que subirían durante varias horas hasta la escalera de servicio que estaba en el otro lado del edificio.
-Podremos- hizo una pausa por el esfuerzo que le provocaba subir de una entrada a otra-, descansar en la pared del elevador.
-Buena idea- contestó Nedd al ver que el elevador estaba próximo a donde ellos estaban.
Llegaron a la pared del elevador,  tenía un metro y medio de largo,  suficiente espacio para que los dos se recostaran a descansar. Subieron un último salto como si hubieran llegado a la cima de una montaña. Alison se tumbo y se recorrió hasta la helada puerta de hierro del elevador y su hermano se recostó exhausto a su lado.
Nedd miró hacia abajo y vio que lo que la pared en la que habían estado de pie, ahora se veía como un pequeño recuadro sombrío por la falta de luz en el lugar.
Las pocas luces que se encendían en el lugar parpadeaban débilmente y solo habían unas pocas puertas abiertas que mostraban cuartos destruidos y una ligera luz del amanecer.
-¿Crees que consigamos salir?- preguntó Nedd dudoso.
-Si- Alison estaba segura-. Subiremos y caminaremos a lo alto del edificio para poder bajar sobre la parte que aún sigue en pie.
-Bien, debemos continuar- Nedd se levantó después de cinco minutos de descanso.
Continuaron subiendo, cuarto tras cuarto. Puerta tras puerta.
-Demonios- dijo Alison al ver que delante había una pared sin puertas ni lámparas.
Después de un momento de pensar como saldrían de ahí, le habló a su hermano.
-Préstame el hacha- ordenó.
-¿Que? ¿Por qué?- titubeó Nedd.
-No hay más puertas.
-No, es muy arriesgado hacer lo que estás pensando- claro que había deducido lo que tenía en mente: escalar con ayuda del hacha.
-Vamos, no podemos quedarnos aquí esperando a que este maldito lugar se venga abajo- gritó a Nedd.
Sus brazos comenzaban a cansarse de estar en la misma posición. Pronto cederían y ese seria su final.
-¡Hazlo!- la ordenó y Nedd sacó con trabajo el hacha de su cinturón. El mango era lo suficientemente largo como para que Alison la alcanzara solo bajando su brazo.
-Cuando termine de subir te la lanzaré. Tu resiste. Rompe una puerta y recargate sobre el marco.
El asintió y rompió una puerta, como su hermana se lo había dicho y se recostó sobre este.
Alison tomó con fuerza el hacha e hizo un agujero en la pared. Subió su pie en la hendidura que acababa de hacer. Se impulsó y clavó el hacha lo más alto que pudo. El filo quedó enterrado a cinco centímetros del vértice de la pared. Tiró un par de veces para asegurarse que mientras escalada no se safaría. Se colgó únicamente de las manos y comenzó a poner una sobre otra, algunas astillas se clavaron en sus palmas y sus manos estaban húmedas,  pero nada le impidió poner ambas manos en la pared de arriba y cargar su peso con las manos hasta estar a salvo.
Respiró hondo tumbada sobre la pared color gris. Se giró para mirar hacia abajo. Su hermano estaba descansando con los ojos cerrados.
-Nedd, creo que puedes subir con el hacha en ese lugar.
Su hermano abrió los ojos y parpadeó un par de veces para después erguirse y enterrar el pie en el mismo lugar que su hermana y tomar el hacha del mismo modo. Pero el hacha hizo crujir la pared y una grieta apareció frente a él. Era más pesado que su hermana. Era evidente que pronto se rompería y se caería el hacha junto con él.
-Sube rápido- pidió Alison asustada.
Nedd comenzó a subir igual que Alison y cada vez el hacha se jalaba más hacia abajo.
El hacha se safó de la grieta y Alison alcanzó a tomar la mano de su hermano. El  u al era más pesado que ella, eso la hizo caer sobre la pared, pero aun así lo sostuvo.
-Alison, si me sigues sujetando te caerás conmigo- gritó Nedd.
-No te voy a soltar- contestó Alison.
-No te pido que me sueltes, solo que te apartes un poco.
-¿Que?- gritó Alison.
Pero de pronto vio que su hermano blandía el hacha hacia ella y se apartó en medio de un grito ahogado.
La punta baja del filo se clavó en la pared sobre la que estaba Alison y él subió por el mango nuevamente. Cuando estuvo en donde estaba su hermana. Alison lo abrazó.
-Bien, ahora solo falta cruzar las escaleras.
Caminaron sobre la pared agachados, debido a que la pared paralela a la que estaban parados estaba solo a un metro de distancia.
Caminaron así y saltaron un par de pasillos más hasta llegar a una puerta de plástico rígido, la cual abrieron con solo oprimir la barra de apertura.
-¿Que demonios?- dijo Nedd al pararse sobre el muro de piedra gris frente a un enorme caracol hecho de un sin fin de barrotes del tamaño de cuarenta pisos.
Lo cruzaron de salto en salto. Sujetándose de los barrotes de arriba cuando no podían pisar abajo. Fue arriesgado, pero al final ninguno salio herido.
Ambos llegaron al  piso aun erguido. Con las paredes negras por la tiza del fuego y arrancadas por una fuerza sobrehumana.
Los vidrios estaban rotos y delante de ellos se encontraba recostado sobre otro edificio
-Demonios. El edificio completo debe sobre salir todavía detrás del condominio cuatro- dijo Alison al ver la imagen casi apocalíptica que estaba delante de sus ojos.
Por lo menos ahí el suelo estaba debajo de ellos y no a sus lados, había escaleras verticales y un sin fin de paredes rotas que acortarian el viaje hacia ellas.

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