Capitulo 20. Kris & Quentin

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Antes de empezar una disculpa por tardar en subir capítulo,  he tenido problemas con la historia y no he podido escribir con regularidad, en unos días publicaré el prólogo del tercer y último libro, espero que lo disfruten!!! :)

Su ropa y su cabello estaban totalmente mojados. Colgó el teléfono y se hizo hacia atrás el cabello. Delante de ella, el el pedestal de la estatua había una puerta. Una puerta que según ella no debía estar ahí. Estaba hecha de concreto. Jaló de la manija con toda su fuerza.
La puerta se arrastró con dificultad. Era muy pesada pero consiguió abrirla lo suficiente como para pasar.
Dentro había una habitación iluminada con luces tenues de color verdoso. Estaba asustada, temía por lo que hubiera dentro de aquel lugar. Tal vez era una trampa.
Miró a su alrededor. Frente a ella había un enorme cristal que no dejaba ver más allá. Y frente a este había un panel de control con varios botones. Uno de ellos tenia el símbolo un encendido. Después de pensarlo durante unos segundos presionó el botón.
Las luces se encendieron más allá del cristal. Ahogó un grito con su mano al ver lo que había detrás de este.
Quentin mientras estaba nadando, el agua era fría, pero amortiguaba el sonido de las explosiones de la ciudad. Su pesadilla se había vuelto más grande. Lo único que quería era largarse junto con Kris.
Salió a la superficie para tomar aire y vio que la estatua estaba más cerca de lo que creía. Se sintió aliviado. Quería abrazar a Kris y llevarla a un lugar seguro. En ese momento meditaba si la veía como una hermana, como una amiga o como algo más. Su sensibilidad se había activado con ella de una manera en la que nunca antes le había ocurrido.
Llegó a donde estaba la estatua. Había una especie de bosque crecido al rededor, obviamente con las ramas secas por la falta de sol.
Detrás de él la mayoría de los paneles había caído. No tardarían en caerse los que estaban sobre aquella isla.
Corrió entre la maleza seca y entre las ramas que rasguñaron sus brazos desnudos.
La estatua resultaba más imponente frente a él. Era gigante. Miró con detenimiento y con la poca luz que aportaban las llamas de la ciudad. Delante de él había una puerta semi abierta. Ahí estaba Kris. Lo sabía.
Corrió hacia esta y entró, vio la silueta adornada con luces verdes de Kris, caminó sin pensarlo más cuando ella lo vio y la abrazó, sin embargo ella no respondió como él hubiera deseado. Solo se quedó paralizada, sin mover ni un solo músculo.
-¿Que pasa?- preguntó Quentin.
Pero no fue necesario que Kris le respondiera. Miró detrás de ella y vio que habían unas máquinas enormes detrás del cristal, acompañadas por una especie de neblina que giraba en espirales al rededor de los Agentes.
-Nos engañaron- dijo al final Kris.
-¿De qué hablas?- preguntó Quentin.
-Lo que había dentro del Palacio no eran prototipos, eran solo algunas de las miles de copias que hay aquí.
De pronto una especie de láser apuntó hacia el centro de la sala en donde estaban Kris y ella.
Una imagen comenzó a volverse nítida delante de ellos. Era el holograma de una mujer. El holograma casi parecía una persona real salvo por que esta brillaba. La mujer tenía el pelo rubio casi blanco y corto hasta los hombros. Llevaba un traje elegante con falda y comenzó a avanzar por la sala.
-Mi nombre es Grettel y yo soy la coordinadora del proyecto de Biotechno.
-Al parecer por fin recibiremos respuestas reales- dijo Quentin a Kris que estaba abrazada a su brazo.
-El proyecto que existe en este lugar esta hecho con el fin de proteger, más no de destruir. Casi dos mil policías en América mueren diario en su labor. Esta es una alternativa hecha para salvaguardar la paz y para evitar más muertes de héroes nacionales e incluso internacionales. Los seres que observan aquí son los Agentes de Acero más avanzados que existen en este momento y son los que le dan el nombre a esta industria de orígenes Rusos.
>>Se llama Biotechno debido a que lo que están viendo son los primeros intentos de la nueva ciencia llamada Biorobótica...
La imagen desapareció de pronto y la puerta estalló en mil pedazos.
-¿Que ocurre?- preguntó Kris alarmada.
-Nos encontraron- respondió Quentin.
Esto alarmó a Kris en gran escala, los habían encontrado, habían cumplido el objetivo de no dejar a nadie vivo. Ahora los matarían.
-Ven, vamos adentro- dijo Quentin, que la tomó de la muñeca.
-¡No podemos entrar!- exclamó-, los Agentes de ahí adentro están activos. Nos matarán.
-Correremos el riesgo- insistió Quentin y abrió la puerta que estaba a un lado del panel de control y entraron en el cuarto de cristal.
Corrieron entre los enormes agentes, el cuarto era mucho más grande de lo que imaginaban. Aquella neblina se acercaba peligrosamente a ellos de vez en cuando, pero parecía pasarlos por alto.
Se tiraron en el suelo al final del cuarto y se escondieron detrás de uno de los Agentes.
Se escuchó una explosión y después el ruido del cristal quebrandose y cayendo al suelo hecho trizas.
-Activen a los Agentes, por fin nos los llevaremos de aquí- un hombre con el mismo acento de la mujer del holograma dio la orden-, ¿En donde están los Sobrevivientes del simulacro?- preguntó.
-Están posiblemente con los habitantes señor.
-Envía una tropa de soldados al Valle, para capturar a cada habitante que quede vivo.
-Señor,  su hija estará aquí en cualquier momento- dijo la mujer.
-Mejor para mi- contestó.
De pronto todos los Agentes se bajaron de sus bases haciendo ruidos roboticos.
Kris se asustó al ver esto. Ya no los protegía la sombra de ninguna máquina.
-Señor, aquí encontré a un par de habitantes- gritó un soldado.
En ese instante otro soldado le disparó en el pecho al que había alertado de su presencia al hombre que podía ver a lo lejos.
Le disparó a otros soldados más y después se giró para mirarlos.
-¡Corran! Vallan con el resto ahora- ordenó el hombre.
¿Que estaba pasando ahí? Se preguntó Kris y también se lo estaba preguntando Quentin.
Caminaron detrás del hombre que se abría paso disparando. Salieron por la puerta y otro soldado más le disparó al que los estaba protegiendo.
Kris tomó su pistola y de dio dos tiros al hombre frente a ellos, el cual cayó al suelo muerto.
-Corre, ¡Ya!- ordenó Kris.
Ese arma se había quedado sin balas y no tenia tiempo de buscar más. Salieron por la puerta del cuarto que ahora estaba rota.
Entraron a la zona de árboles del lado contrario del que habían llegado. Un hombre salió detrás de ellos y disparó. Le dio a un árbol.
Quentin tropezó y cayó de rodillas sobre una raíz.
-¡Levántate!
Kris se giró para ver que tan cerca estaba el soldado de ellos, era un francotirador que estaba alojado sobre el pedestal de la estatua. En ese momento una bala rozó su cintura y la hizo gritar.
Se giró y volvió a intentar levantar a Quentin, que aún no se había logrado poner de pie.
-¡Muévete ya! ¡Nos van a matar!
Quentin se giró sin levantarse del suelo y Kris vio una mancha negra creciendo en su pecho.
-No, no, no me puedes hacer esto- dijo y se escondió detrás del árbol que estaba al lado de ellos.
-¡Quentin! Eres lo único que me queda, no mueras- estaba gritando. Estaba en shock. Sus palabras no sirvieron. Quentin ahora estaba escupiendo sangre y tenía los ojos abiertos.
La vida se le escapó en un instante.
Otra bala la golpeó, pero eta vez en el hombro. Gritó, no sabia si por el dolor físico o por el dolor mental que todo le estaba causando.
Su visión se nubló por las lágrimas y delante de ella algo cobró forma. Troy estaba delante de ella.
-Sigue corriendo, pronto lo verás a él también,  pero no te perdonaré que te dejes morir- su suave voz resonó en su cabeza, hizo que Kris se secara las lágrimas y se pusiera de pie aun con dos heridas de bala.
Comenzó a correr y sintió un golpe en la pierna. Pero no le importó,  siguió corriendo mientras su pierna se llenaba de sangre. Sintió otro balazo entrar a través de una de sus costillas. Siguió corriendo aunque más lento. Se empezaba a sentir débil.
-Tu sigue corriendo ¡Tu puedes!- gritó alguien detrás de ella.
Miró delante de ella. Una luz había sido encendida delante de ella, ¿A caso ya estaba muriendo? Sintió un golpe más en la parte alta de su muslo y por fin se dejó caer siendo iluminada por esa luz blanca.
Frente a esta reconoció la silueta de Troy.
-Me prometiste que podría estar contigo- dijo con voz débil y con el sabor metálico de la sangre en su boca.
-Te lo prometí y así será.
Sintió como alguien la sacudía y la intentaba regresar en sí,  pero ella estaba muriendo, lo sabía. Ese era el final de todo. Por fin descansaría de aquella terrible pesadilla.
Cerró sus ojos y se dejó guíar por la mano de Quentin a través de aquel túnel místico que anunciaba la muerte.

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