Juventud Inesperada

Se supone que ya no.

Se supone que ya no te piense, y no lo hago. Es sólo que me imagino el ¿qué sería de mi vida si estuvieras todavía en ella? Éramos tan perfectos, con defectos claro, pero perfectamente imperfectos. Nuestra confianza sobre pasaba los límites, era algo hermoso. Pero todo es pasado. Y sí, juré que no volvería a escribir de ti pero es inevitable porque no puedo contenerme de escribir lo que a veces pienso de lo más bello de mi vida, tenerte a ti.
Te digo que soy muy feliz y que ya no me importas como antes pero hay veces en las que sí me haces falta, bueno no, mejor, me hace falta una persona como tu, y ni como tu, mejor, me hace falta una persona que sea conmigo como lo eras tu. Las noches que me dedicabas mientras te contaba de mis tonterías, las miradas que me regalabas, tus besos, tus palabras. Extraño esas salidas al cine, o las visitas que me dabas. No te extraño a ti, extraño los momentos vividos contigo. Que ahora sé que se los regalas a alguien más, pero que nada me hace más feliz que eso.
Era todo tan lento pero tan rápido, el tiempo a tu lado no tenía especificación. Aún recuerdo los poemas que te recitaba, las veces que descansé sobre tu almohada y el sinnúmero de peleas que tuvimos. Todo nos hacía grande. Y sin darme cuenta fue una rutina que me gustaba.
Pero como siempre, nada es eterno. Todo tiene final pero no siempre lleva punto. En este caso, nuestra historia finalizó con puntos suspensivos, suspensivos por los recuerdos que perduran en mi ser.