FINAL

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Vance Joy - Georgia

Maia's POV

Una mentira puede ser solo el inicio de una nueva vida. Quizás el comienzo de algo mucho mejor.

Eso lo había comprendido con solo 19 años cuando escape de mi casa buscando algo mejor, algo que me hiciera feliz.

Por muchos años pase odiando mi vida. Detestando las injusticias que se cometían, pero jamás hice nada al respecto. Nunca me detuve a preguntar ¿Por qué actuaban así? Simplemente lo aceptaba a pesar de que no me parecía correcto.

Y ahora comprendo que tomar esa actitud es aún peor que cometer injusticias, era quedarme en silencio mientras veía que a mi alrededor se maltrataba, se mentía y nadie parecía molestarse. Mis padres controlaban cada aspecto de mi vida y yo era una marioneta a su merced. Nunca me atreví a reclamarles. Nunca quise poner en duda su autoridad y eso solo me llevaba a un abismo oscuro del cual no podía salir.

Ahora me cuesta creer cuanto he cambiado. Todo lo que ha sucedido en mi vida desde que deje atrás todo lo que consideraba mi mundo, cuando deje los lujos y comprendí que a veces el dinero solo empobrecía el alma.

Es difícil mirar al pasado o bueno a mí se me dificulta ya que la Maia del pasado es una niña asustada que no podía decir lo que pensaba o lo que sentía. Ahora ya no era esa niña asustada. Había madurado. Había aprendido y ahora puedo decir que era inmensamente feliz con lo que era y con lo que tenía.

De a poco iba recuperando a mi madre ahora me acercaba más a mi hermano, había conocido a mi sobrino y pasaba tiempo a su lado, de a poco iba aceptando que ahora tenía dinero pero que con él podía crear conciencia en las personas que podía ayudarlos, que podía emplearlo en buenas causas. De a poco iba aprendiendo lo que era amar a alguien, lo que era entregarse por completo a alguien.

"¿Qué hiciste que?" decía Sebastián a Adriana.

Estábamos en casa de los chicos conversando y Adriana empezó a contarnos sobre el trabajo de su madre, también nos contó sobre lo que había averiguado y de que le había pedido que sacara a la luz el sin número de fraudes que aquel hombre dueño de una multinacional había cometido a lo largo de los años. Por lo que nos había comentado su madre tenía el suficiente material para hundirlo en la cárcel.

"Sé que hice mal actuando a sus espaldas, pero no quería que esto se quedara en el olvido, yo fui testigo de cuanto lucharon, de todo lo que hicieron. Pasaron muchos meses recolectando firmas, hicieron protestas, lograron captar la atención del público y todo ¿Para qué? Para que un estúpido con poder les corte las alas...no me parece justo chicos es por eso que decidí hacer algo al respecto..."

"Creo que fue fantástico" sonreía Marco

"Pienso lo mismo" decía Sebastián y Val asintió al igual que yo.

"Ahora solo debemos esperar"

Juntos salimos hacia el centro de la ciudad queríamos comprar el periódico en donde saldría el reportaje así que compramos varios ejemplares y nos dirigimos hacia la plaza donde los vendedores del lugar se habían concentrado a impedir que los trabajos comenzaran para derribar el mismo. No recordaba que aquel día se realizaría la demolición y eso solo me molesto más. Ese era el fin, nuestra lucha parecía no haber servido.

"No pueden dejarnos sin este espacio" reclamaban, pero la maquinaria continuaba avanzando.

"Señores no pueden hacer esto" intervino Sebastián.

"Son órdenes" se excuso el trabajador.

"¿Y sus principios? ¿Creen que es justo dejar a cientos de personas sin empleo?" era lo mismo que yo me preguntaba en donde quedaban las creencias y los valores. el dinero los compraba y era doloroso saber que la sociedad actual no se molestaba por aquello.

El Libro de las MentirasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora