Capítulo 12

25 3 0
                                    

- ¡¡Esto es completamente ridículo Beau!!

No podía dejar de reír, sentía que mi tripa iba a explotar. Beau no dejaba de hacer el tonto cada vez que pasábamos por delante de alguien y todo el mundo nos miraba como si fuésemos raritos. No recordaba haberme reído tanto desde.....¡nunca!

- No, para nada es ridículo, ni se te ocurra volverme a llamar ridículo, un gallifante encima de un escritorio escribiendo una crítica gastronómica es ridículo, yo soy perfectamente normal ¿vale?

Nuestras carcajadas se escuchaban por todo el pasillo. Beau seguía cargandome en brazos.

- ¡Oh oh oh viene otra persona, mierda bájame Beau por favor!- rogué.

- Ah no, nononono, señorita, el caballero insiste en llevar a la princesa hasta su destino

Escondí la cara en el pecho de Beau mientras que pasaba el chico que estaba frente a nosotros mirándonos con cara rara como el resto de ingenuos que nos veían. No tardamos en llegar a la tal cafetería, que más bien era una vieja y sucia habitación con una camilla y varias botellas de H2O. Beau me llevo hasta la camilla y me sentó. No pude evitar emitir un pequeño alarido al notar la fuerte mano de Beau agarrándome justo la parte herida de mi brazo.

- Perdona Dakota- dijo con preocupación.

- Nada, tranquilo- intenté esconder el dolor en una sonrisa amable.

- Vale vale vale.... voy a prepararte un coctel de....- rebuscó algo entre los cajones hasta que lo encontró- ¡esto!

Entre sus dedos pulgar e indice había atrapado un pequeño pétalo violeta, proveniente de una flor, de bordes dentados y venas verdes claras. Era la flor más rara que había visto jamás y la más atrayente. Su colores eran hipnotizables.

- ¿Qué es?- pregunté exteriorizando lo que me carcomía por dentro.

- Es Osadía, una planta que crece en las montañas, la planta que consigue hacer desaparecer los efectos del virus.

Recordé aquella noche de espaldas a la hoguera hablando con H, él me había hablado de aquella flor pero yo no le había prestado la suficiente atención y tampoco habíamos podido profundizar sobre el tema, pero lo recordaba.

Entonces lo ví claro, mi familia, el clan, podían salvarse y las montañas.....¡era el destino de H!. Él necesitaba la cura pero...¿para qué? Él no estaba enfermo o quizás.....

- Pero ¿esta planta te cura?

- No no no no, no te equivoques Dakota, solo quita los síntomas, por desgracia no hace desaparecer la enfermedad de tu cuerpo, pero estamos trabajando en ello, puede que encontremos la respuesta en las montañas.

Asentí intentando asimilar todo aquello. Había una cura, podríamos salvarnos, lo sabía, sabía que había un modo.

- Ten, bebete esto

Beau me tendió un vaso con un líquido espeso en su interior.

- No tiene buen sabor pero te quitará esa fea afonía.

Miré el líquido con desconfianza, no tenía muy buen aspecto, eso era cierto pero si Beau tenía razón y realmente quitaba los síntomas debía intentarlo, así tendría suficientes fuerzas com para seguir mi camino hacia las montañas y encontrar la cura definitiva. Me lleve el baso a la boca y de un trago me lo bebí todo. Noté como el líquido me bajaba por la garganta pegándose a las paredes de mi esófago hasta que, de repente, llegó a un punto y se detuvo en seco. El líquido comenzó a reptar por una de las paredes como si tuviese vida propia y de repente desapareció.

Mis últimas palabras. #ROAWARDS2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora