«08»

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Su cabeza está en mi pecho mientras mis dedos se enredan en su suave cabello ahora imperfectamente despeinado, él me abraza por la cintura encima de las sábanas blancas suaves como la seda y el edredón de algodón puro.


−Siempre te amé, Olivia –lo escucho hablar bajamente, su tibio aliento cae sobre mi piel y me eriza los vellos del cuerpo –Incluso más que a mi propia madre, por eso ella te odiaba tanto –ríe y su pecho convulsiona en el mío –Por las mañanas cuando despertaba lo primero que decía era "¿Hoy puedo salir con Olivia?" y ella siempre torcía los labios, por las tardes estaba contigo y al dormir le decía "¿Mañana puedo salir con Olivia?", yo veía el fuego en su mirada pero no comprendía porque, hasta ahora.

−Edward –acaricio con temor la piel de su rostro.

−Sé que te odiaba porque yo te amaba más que a ella, porque prefería gastar mi tiempo junto a ti que estar en casa aprendiendo como ser perfecto.

− ¿Por qué nunca me lo dijiste? –siento algo recorrer mi garganta que me impide hablar con claridad.

−Porque nunca lo vi hasta que me fui de ahí y no volví a verte hasta ahora –su voz suena adormecida –Los días eran grises y lentos, no hablaba con nadie y papá me hizo parte del ejército alemán sin pedirme mi opinión, mamá dijo que era mi destino ser el soldado más grande que Alemania pudiera tener y que estaba orgullosa de mi.

−No sigas si no... −me interrumpe enderezando su cuerpo, ahora esta su rostro frente al mío y clava su mirada como clavos en la madera.

−Jamás cruzo en por mi mente que te volvería a tener, ni siquiera pensé que sería en una situación como esta –las yemas de sus dedos sostienen mi mentón –Pero no importa lo que esté pasando aquí, en este momento, voy a sacarte convida de este asqueroso lugar, no permitiré que ellos te toquen, ni siquiera soporto que te observen.

−Huye conmigo, salgamos de aquí y... −su dedo índice pasa sobre mis labios y guardo silencio.

−Yo no puedo salir de aquí, no puedo irme sin que me busquen o me maten al poner un pie fuera de Alemania, pero tú mi Olivia, lo harás.

− ¿Vas a dejarme ir?, ¿vas abandonarme de nuevo?

−Cuando la guerra termine yo iré a buscarte en cualquier parte del mundo en la que te encuentres. Quiero pasar mis días enteros junto a ti, quiero casarme contigo –ríe al ver mis ojos con atención –Sé que esto suena estúpido, pero yo estoy seguro de lo que te estoy diciendo, ¿tú lo estás? –asiento con la cabeza, ni una palabra puede salir de mis labios –Hoy por la madrugada conseguí un barco en el cual van a huir miles de judíos con dirección al continente americano, pude separar un lugar para ti y para tu madre.

−No, Edward, ven conmigo, no tienes que quedarte aquí, nadie se va a enterar –siento agua tibia correr por mis mejillas, sus ojos verdes brillan y hacen contraste con el rojo del fuego de la fogata.

−Ellos van a matarme, cualquier soldado me matara si saben que soy del ejército alemán –veo los pómulos de las mejillas marcarse.

−Nadie lo sabrá –tomo su rostro con fuerza, mis dedos se encajan en su suave carne pero no me interesa lastimarlo, solo quiero tomarlo para que no se aleje de mí.

−Mi Olivia –él está sonriendo y yo me hundo en mis lágrimas –Nunca voy a conocer a otra persona como tú, nunca existirá alguien que se te pueda comparar y que pueda querer más –cierro mis ojos cuando sus dedos quitan las lágrimas que brotan y caen por mi cara –El sol se esconderá pronto, tienes que regresar a la cabaña para que estés lista y le digas a tu madre sobre esto, ¿me entiendes? –asiento –Ahora ve y date una ducha caliente.

−Tú también eres lo que más amo –susurro.

−Yo lo sé –ríe sin ganas y da un beso lento sobre mis secos labios.


Se sienta en la orilla de la cama, lo veo ponerse los pantalones y después los calcetines mientras yo estoy enredada entre las suaves cobijas que me rodean.

Tengo miedo de que esta sea la última vez que lo vea, de perderlo en una guerra y me lo arrebaten como cuando me quitaron a papá, no podría soportarlo una vez más. Pero también quiero salir de aquí con mi madre y ponerla a salvo.


Sé que Dios no es bueno porque si lo fuera no permitiera que pasara esto, el jamás nos hubiera abandonado y nos hubiera dejado a nuestra suerte.

Veo el cielo gris por la ventana que está cubierta por una tela delgada color beige, ¿quién gobierna el mundo?, ¿por qué permite que nos maten y nos torturen de esta manera?


−Saldré un momento para ver si todo está en orden, vuelvo enseguida, ¿bien? –se abrocha los últimos botones de su saco, él luce completamente diferente ahora, luce como uno de ellos cuando hace cinco minutos era solo un joven indefenso atrapado en el amor –No salgas por ningún motivo de aquí hasta que yo regrese –esa voz autoritaria me habla y me quedo quieta sobre la cama, solo observándolo –Luces hermosa –sonrío tímidamente y él termina por ponerse la gabardina dándose la vuelta, saliendo de la habitación.










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N/a: Gracias por leer y por votar en esta historia, espero poder subirles mañana, las aprecio mucho, hermosas. xox

Posdata: Les deje un gif de Olivia estando con Edward en multimedia.

I live for you, Olivia ; harry.Where stories live. Discover now