Bajamos de la camioneta y ahora el cielo se oscurece con sus nubes grises, no hay rastro del sol y no me cabe duda del porqué. El lugar está lleno de personas con ropa sucia y desgastada, muchos tienen en sus rostros los rastros de la guerra y los niños están llorando.
Edward se abrocha su gabardina hasta el cuello para tapar su saco lleno de medallas y toma mi mano sin mirarme.
−Es por acá –habla con volumen alto y mamá asiente.
Ella se pone a un lado mío y caminamos hasta la enorme fila de personas que están subiendo por las escaleras mal hechas que dirigen al enorme barco.
Suelta mi mano y tiemblo.
−Esperen aquí, no se muevan –me mira a los ojos con un rostro serio, yo solo me quedo observando como camina hacia el barco.
Apenas él camina unos metros de la fila hacia el barco y un hombre que está arriba baja a toda prisa, saluda a Edward y asiente cada vez que él le dice algo, el hombre quita su gorro de su cabeza y lo sostiene en su pecho con ambas manos mientras sigue asintiendo. De repente ambos giran hacia donde mamá y yo estamos, Edward nos apunta con su dedo índice y el hombre hace los ojos pequeños para seguirnos mirando. Ellos caminan hacia nosotras.
Mamá me toma fuerte de la mano.
−Ella es Olivia y su madre –Edward le informa al hombre de ropa llena de grasa de motor.
−Mucho gusto, damas –hace una pequeña reverencia.
−Mucho gusto, señor –mamá responde.
−Si ellas no llegan con bien sabes lo que pasara.
−Sí, sargento, yo entiendo perfectamente.
−Quiero que les des una habitación para ellas solas.
−Señor, eso estará muy complicado... −Edward le interrumpe.
−Te he dicho que quiero una habitación para ellas solas –su tono se transforma y el hombre se hace pequeño frente a él.
−Entendido –susurra el hombre –Síganme, señoritas.
−N-no –niego rápidamente –Haremos fila como los demás que están aquí –miro a Edward.
−Olivia, no, sigue a este hombre, por favor –me habla con un tono más relajado.
−Por favor, déjame estar aquí solo unos momentos –lo miro suplicándole mi último deseo, él cierra sus ojos y expulsa el aire por sus labios rosados.
−Llévate a la señora –Edward le informa al hombre –Ella subirá en unos momentos.
−Está bien, sargento, pero que sean unos momentos porque el barco no tarda en partir.
−Claro, en seguida yo la llevare hasta ahí.
−Hija –mamá me toma de la mano preocupada.
−Voy a subir, mamá, solo dame unos momentos a solas, te lo suplico –la miro asustada y un poco aturdida, ella aprieta sus labios.
−Vamos, señora, tengo que subirla al barco –la toma del brazo y camina junto a ella, mamá gira para verme.
Ella camina cada vez más hacia el barco que la pierdo de vista.
Entre tanto ruido puedo escuchar el silencio y entonces mi cuerpo gira despacio, lo veo entre la oscuridad del sol escondido.
−Vas a subir, ¿verdad? –susurra acercándose a mí.
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I live for you, Olivia ; harry.
Storie brevi❝Tus ojos verdes y la Guerra Mundial son lo más frío y hermoso que he visto❞ Prohibida la toma o copia de algún contenido de esta historia. Todos los derechos reservados, 2016 ©