Anduvimos en silencio durante el resto del camino hacia el pub, yo metida en mis pensamientos y Josh parecía preocupado. Me sentí un poco culpable. A lo mejor se pensaba que me había enfadado con él. Pero no tenia ningunas ganas de charlar.
Cuando entramos en el local, lo observé atentamente. A pesar de las muchas veces que había entrado en este sitio, siempre me chocaba la agradable sensación de comodidad que invadía mi cuerpo, como si siempre fuese bienvenida. John, un camarero joven que estaba detrás de la barra colocada en la parte oeste del pub, me saludó.
La estancia era amplia con las luces tenues, dándole un aire misterioso al sitio. En las esquinas había colocadas mesas y mesitas rodeadas de sofás y puffs. Más al centro había mesas de madera con sillas a juego alrededor. Al fondo del local había un gran escenario, en ese momento desierto y con los focos apagados. Al ambiente lo acompañaba una suave y dulce voz femenina que provenía de los altavoces, que enseguida identifiqué que era de Alessia Cara.
Josh y yo tomamos asiento en unos bancos forrados de tela con una mesa entre ambos. Estábamos situados al lado de una ventana que daba a la calle enfrente del pub. Enseguida vino John y nos atendió.
- Sinceramente - dijo Josh en cuanto el camarero se fue - ¿estás enfadada conmigo por lo que te dije entes?
Intenté esbozar una sonrisa.
- Claro que no, no seas tonto. Solo que... - cambié de opinión - no quiero hablar sobre este tema ahora.
- Vale, pues hablemos sobre otro tema...Mmm ¿Qué opinas sobre que el mercado laboral haya incrementado un diez porciento sobre lo normal en los impuestos de fertuación, mientras que el año pasado solo fue impostado sobre un cinquenta...?
- ¿Fertuación? - pregunté riendome.
-No es tan sencillo hacerse el listo contigo, ¿sabes?
Sonreí con suficiencia.
-Oye...- comenzó él - quería hablarte... sobre algo.
Enseguida percibí el cambio que se produjo en su voz, y no me gustó nada.
-¿Va todo bien?-pregunté.
-Sí, sí... es solo que... - estaba muy incómodo y evitaba mirarme a los ojos - Es que mis padres...-entonces me miró de nuevo-No, en realidad no quería hablarte sobre eso - cerró los ojos y suspiró.
No me gustaba nada verlo así, tan angustiado y nervioso. Pero también sentía mucha intriga por sus palabras e intenté ayudarle.
-Josh, ¿cuál es...?
-Me gustas. Mucho - soltó, como si hubiese dejado caer una granada. Su repentina oleada de valor desapareció tan rápido como apareció y su rostro se volvió de un preocupante color blanco antes de que volviera a farfullar -. Bueno, quiero decir que ya sé que tú no... en fin ya me entiendes, espero. Porqué ni yo mismo me estoy entendiendo. Dios, debería haberme callado. Bueno voy a callarme ahora antes de que lo fastidie más aún - clavó la vista en la mesa, muerto de vergüenza.
Yo estaba sin palabras. "No- se lamentaba una vocecita en mi interior-. No, no, no."
Sin duda, aquel era el peor día de toda mi semana.
Abrí la boca para decir algo, pero no salió ningún sonido de mi garganta. ¿Cómo podía explicárselo? ¿Cómo decirle lo que pienso -qué ojalá sólo se tratase de un mísero sueño, que estaba deseando que suene de una vez el maldito despertador, que en ese instante me gustaría que todo lo que me rodea desaperezca- sin hacerle daño? ¿Cómo contarle que Josh para mí era, desde siempre, mi hermano, mi mejor amigo, mi familia incluso, sin destrozarle el alma? ¿Cómo debería explicarle que yo no era capaz de enamorarme por... por razones que él mismo conoce mejor que nadie, sin romperlo desde el punto más vulnerable?
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Los Guardianes I: Alas Blancas
Fantasía"¿Crees en los ángeles?" Ashley Blowfire no se ha planteado esta cuestión hasta que conoce a Jev Ravenhill, el mismo individuo que la arrastra y la sumerge en la despiadada vida basada en las continuas luchas entre seres angelicales y demoníacos . E...