Me desperté cuando unos insistentes rayos de sol iluminaron mis párpados. Cerré con fuerza los ojos y me tumbé bocabajo con un gruñido amortiguado, aún grogui, mientras los recuerdos del día anterior florecían lentamente ne mi mente.
Al cabo de un rato, abrí los ojos, adormidos. Una lucecita parpadeaba en mi móvil, indicando que tenía un mensaje. Lo cogí, temiendo lo que pueda encontrar, y abrí el mensaje.
Era de Josh. "Evidentemente, imbécil", pensé sarcásticamente mientras una leve mueca de dolor cruzaba mi rostro; seguía sintiéndome fatal por lo sucedido en la tarde anterior. No conmigo misma, claro, pero aún deseaba que sólo hubiese sido un sueño. Respiré hondo y leí el contenido. Si se trataba de unas terribles consecuencias, era mejor terminar con ello cuanto antes, en vez de alargarlo indefinidamente.
El mensaje fue enviado en la noche anterior y decía:
ashly, siento lo d antes. no deberia aberte presionado tanto. lo dije sin pensar en las consecuencias. perdona si te e molestado, i no se si es demasiado pedirte q sigamos siendo amigos. bueno, llamame si aun te apetece ablar con migo.
Me quedé un poco anonadada. ¿En serio se pensaba que yo estaba enfadada con él? Suspiré y volví a desplomarme sobre los cojines de mi cama. Cerré los ojos mientras una egoísta vocecita susurraba en mi mente: "Podría ser peor..."
En ese instante otro pensamiento cruzó mi mente. Abrí los ojos de golpe y miré fijamente mi mesita de noche, el lado de la cama. Seguía allí, intacto. Así que no lo había soñado. Sentí ilusión y la desesperación a la vez mientras observaba el Libro Rojo a unos centímetros de mí. Me producía una sensación extraña. Sentía como si aquel libro emanara alguna especie de halo de fuerza y poder que me atraía. "A lo mejor me estoy volviendo loca", pensé tranquilamente.
Me quedé mirándolo maravillada. ¿Qué tendrá escrito dentro? Estaba increíblemente intrigada.
Después de varios minutos, durante los cuales estuve mirando fijamente el libro, salí de la cama para desayunar. Aunque antes de hacerlo, cogí el teléfono para llamar a Josh.
-¿Queeé? -preguntó una dormida y molesta voz.
-Josh, soy yo.
-¿Ashley? -exclamó con agitación.
-¿Te he despertado?
-No, no... -mentira- ¿Leíste mi mensaje?
-Sí, y claro que no estoy enfadada contigo. No seas tonto. ¿Porqué iba a estarlo? No podría enfadarme contigo, y menos aún por una tontería así -me mordí la lengua con fuerza. "Idiota, idiota...". Para él no debe de ser una tontería. "No haces más que cagarla"- Lo que quiero decir es que... que todo está bien, supongo.
-Claro -pareció igual de avergonzado por esa situación que yo- así que... ¿amigos?
-Bueno, en mi opinión, necesitas algún amigo que te enseñe las normas ortográficas, ya que dudo que un profesor de lengua pueda aguantar una catástrofe así...
-Sí - rió nerviosamente-, qué suerte que te tengo a ti, una amiga de verdad, dispuesta a sustituir a mis antiguos profesores particulares de lengua fallecidos...
-Espera, ¿fallecidos? Eso no estaba en el contrato.
-¿Qué?, No, claro que no. Yo nunca he dicho eso. Creo que oyes voces...
Los dos reímos. Me sentía muy aliviada y agradecida.
Josh me propuso quedar por la noche y acepté encantada.
Más tarde, antes de desayunar Miranda me llamó, algo muy poco normal. Decidí que era algún tipo de señal de que hoy no sería un día tan horrible como ayer...
Muajajá rió la estúpida vocecita.
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Los Guardianes I: Alas Blancas
Fantasy"¿Crees en los ángeles?" Ashley Blowfire no se ha planteado esta cuestión hasta que conoce a Jev Ravenhill, el mismo individuo que la arrastra y la sumerge en la despiadada vida basada en las continuas luchas entre seres angelicales y demoníacos . E...