No te puedes ir

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Ya era sábado por la mañana y hoy era la fiesta. Quedé con Marcel para arreglarnos en mi casa, aunque creo que a Marcel le hacía más ilusión maquillarme y peinarme que la propia fiesta. Me levanté y decidí ducharme ya. Tenía el vestido, precioso, era de palabra de honor rosa palo, con el corte por encime de las rodillas y la cola por debajo de los gemelos, también tenía flores bordadas en la parte de arriba. Decidí que me pondrí la chaqueta negra de cuero para convinarla con unos zapatos con algo de tacón negros y un bolso también negro.

Estaba deseando que Marcel llegara, en verdad, porque queríq verlo más arreglado que de costumbre, también quería ver como quedaba el maquillaje de mi querido Marcelino.

~*~

Ya son las cinco de la tarde y quedé con Marcel en que vendría a y cinco o y cuarto. Me estoy poniendo muy, pero que muy nerviosa.

¡Ding dong!

Ahí está Marcel, espero que me ayude. ¿Y si no me ayuda? ¿Me dajará tirada? Venga Belén abre ya y no le hagas esperar más... ¡No! No abras, que seguro que no te maquilla bien para que Edwar no te vea bien.

Y así seguía yo durante cinco minutos devatiendo mentalmente lo que Marcel va ha hacer hoy. Llaman otra vez y abro como acto reflejo. Mierda.

Marcel: Hola, ya era hora ¿no? Que llego pronto y me habres media hira después - esto lo dijo mirando su reloj de muñeca.

Belén: Lo siento. Es que estoy nerviosa.

Subimos las escaleras hasta mi cuarto y marcel se sentó en mi cama. Yo le miro con el ceño frucido porque tiene cara de preocupación. Si es que... No tendrías que haberle abirto la puerta Belén. Marcel interrumpió mis pensamientos.

Marcel: Belén te tengo que decir una cosa.

Me agarró de las manos y me miró a los ojos. ¡Oh no! No Marcel tu eres gay, eres gay.

Marcel: Mañana me voy a Estados Unidos a seguir allí con mis estudios.

Ufffff. Menos mal. Solo se va a Estados Unidos y no me pide nada... Un momento ¿¡Qué!? No se puede ir, él es mi amigo, no puede irse.

Belén: ¿Q-qué? No puedes irte. No puedes dejarme sola en este maldito instituto. - se me pusieron los ojos rojos y las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos - no puedes irte Marcel. Por favor no te vayas.

Marcel: Lo siento - agachó la cabeza - es que... Ya no aguanto más aqui. Mis padres me odian, asique lo mejor es irse.

Belén: P-pero... - me interrumpió.

Marcel: Te vandré a visitar de vez en cuando y hablaremos por el móvil y por skype, no te preocupes - dijo secando las lágrimas de mis ojos con un dedo.

Belén: P-pero... - me volvió a interrumpir.

Maecel: Te lo juro. - hizo una pausa - Bueno y ahora deja de llorar que tenemoa que prepararnos para una buena fiesta. Me sequé las lágrimas de los ojos y le sonreí. Él me devolvió el gesto.

Miradas de complicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora