¿En serio?

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Antes de comenzar a escribir otro capi, quiero agradecerle un montón a mis amigas todo el apoyo que me dan con esto de wattpad, pero sobre todo a mi gran amiga Macarena, porque se que últimamente lo pasa mal y quiero que sepa que la apoyo como nadie en este planeta y que TODOS los capítulos siempre van a estar dedicados a ella por ser una bellísima persona en este mundo y, aunque ella no lo crea, no hay nadie que sea mejor que mi queridísima amiga Maca. TE ADORO PRECIOSA.

Bueno ahora aquí les dejo el capi. Besitos!!!!!

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 Acabo de sentarme al lado de Marcel. Hoy estaba algo alicaído y tenía un moratón en la muñeca, pero en vez de preguntarle decidí que él me preguntara sin tener necesidad de arrancarle las palabras de la boca. Marcel era un chico realmente cayado pero con migo ya tenía confianza asique no le veo el problema a contármelo.

Belén: Hola Marcel.

Marcel: Hey - ese "hey" no ha sonado muy alegre - ¿Qué tal Belén?

Belén: Muy bien, ¿y tú?

Marcel no me respondió y se hizo el silencio.

Belén: ¿Mmmmmm? - Le animé a que hablara.

Marcel: Bien..., supongo.

Belén: ¿Supones?

Otra vez el silencio, asique ya que él no me iba a contar nada, decidí preguntarle directamente, no podía seguir así.

Belén: Marcel dime de una maldita vez lo que te pasó ayer. - No me contestó - Que ya nos conocemos Marcel.

Marcel: Emmm... Pues... Yo... - Se aclaró la garganta.

Me lo contó todo con detalles. También me dijo que no quería llegar a casa por lo que su padre pudiera llegar a decirle. Le invité a quedarse a dormir en mi casa y aceptó encantado. Nos íbamos a ir a clase cuando Abraham pasó por nuestro lado y no se le ocurrió otra cosa que insultarnos llamándonos "nerds". Ya ves tu. Menudo bobo.

Al segundo me guiñó un ojo. ¿Me había guiñado un ojo? Belén, ¿porqué deliras? Muy mal.

Marcel: Belén dime que Abraham no te a guiñado un ojo y que es mi mente enferma.

Belén: Pues... Eso mismo me estaba diciendo yo a mi.

Marcel: Prefiero no pensarlo.

Belén: Coincido con tu decisión.

La verdad es que preferiría no pensarlo pero se me hacía imposible. También Preferiría que no hubiera ocurrido. ¿En serio? ¿Me había guiñado un ojo? No podía dejar de pensar en ello.

Marcel y yo estuvimos todo el día comentando lo que había pasado. No nos lo creíamos ninguno de los dos, pero lo que pasó continuación fue la gota que colmó al vaso.

Miradas de complicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora