El sonido de una estupia alarma despertó a Emily ¿quién podría trabajar un domingo? pues absolutamente nadie está más jodido de la cabeza que su pareja, un obsecivo total por su trabajo. Con ganas de arrancarle la cabeza al primero que se le atravesara se levantó y comprobó lo dicho, se había levantado incluso antes que el despertador. Se puso el primer polerón que pilló y fué en busca de Logan. Si esque ya no se había ido...
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Un ronquido casi como un rayo despertó a Amy, envuelta en unos fornidos y fuertes brazos de su marido, suspiró, nunca había imaginado una vida tan buena como la que tenía ahora. Casa no enorme, pero acogedora y el amor de un hombre incondicional, pero como dice el dicho "Nada es para siempre" o "Nada es perfecto"; eso era exactamente lo que le asustaba, simplemente quería parar el tiempo en ese preciso momento, para siempre. Aprovechando el maravilloso domingo, se aferró a aquellos brazos y volvió a sumergirce en un gran sueño.
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El sol entraba por la ventana, éste mostrava el comienzo de un gran domingo libre de trabajos, Danielle giró sobre las sabanas para encontrarce con la almohada, vacía y con un hueco en medio, pero todavía se sentía ese calor diciendo que no hace mucho huvo alguien ahí. Con mucha pereza y lentitud se arrastró por la cama hasta estar de pie o al menos lo intentaba. Cogió del perchero su bata y fué en busca de su esposo.
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Tratando de acomodarce sus desordenados rulos dorados, Emily fué en busca de el gran empresario Logan o como ella le decia "señor numeritos", es que cada vez que traía trabajo a casa, eran taaaaantos números, digitos, metros cuadrados, medidas de construcciones nuevas, bla, bla, bla... Eran todo un dolor de cabeza. Y aún más el desorden que quedaba después de todo eso, sin mencionar quien era la que tenía que limpiar...
Al lograr hacerce una coleta alta, o por lo menos decente, la rubia se fué hacia la cocina, repleta de objetos tecnológicos por todas partes, apretar un botón ¡Tin! y listo. Al escuchar la ducha sonando se dió cuenta de que no se había marchado. Miró a su alrededor buscando un desayuno perfecto, pero rápido. -Unos waffles con miel y café cargado- para él y -Simples tostadas con mermelada y un té de hierbas- para ella.
Acomodó los platos en la mesa y suspiró, valla trabajo hacer eso en menos de 15 minutos, pero olía delicioso. Escuchó pasos dirigiendoce hasta la cocina y dio la mejor sonrisa de apúrate-muero-de-hambre.
Por la puerta apareció Logan con sus perfectos ojos azules y con olor a la loción de afeitar.
- ¿Y esto? - preguntó.
- Pareces sorprendido. - contestó ella, en el fondo dolida.- Es un desayuno de nuestra primera semana...
-Oh, lo siento querida, cómo lo siento, lo olvidé. - dijo abrasándola.
- No importa. - sonrió ella incómoda. - por lo menos disfrutemos de esto juntos.
- Lo siento Emily, tengo una reunión en 15 minutos, voy tarde, con el tráfico y todo eso, desayunaré en el trabajo.
- ¿Alguien más va a ese trabajo los domingos? - susurró, pero al parecer él no la escuchó.
- Me voy linda, no me esperes. - y se fué.
- Si, yo también te amo. - dijo sentandoce a comer. - pero no me voy a amargar todo el dia.
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Unos besos por toda la cara la despertaron nuevamente. Poco a poco fué abriendo los ojos y al tenerlos completame te abiertos, se encontró con una espléndida sonrisa, con una hilera de dientes perfectos.
- Feliz semana-versario, mi amor. - le susurró él.
- Feliz semana-versario para ti también, amor. - dijo antes de darle un beso.
- ¿Sabes que haremos hoy? - dijo él. - te tengo toda una tar... -lo interrumpió el telefono. Dudó entre contestar e interrumpir ese momento.
- Vé contesta, puede ser importante... - él suspiró y se levantó para contestar el telefono de la pared.
- ¿Si?, - hablaton del otro lado. - si habla Jackson. -...- ¿Logan? -...- si, estem... estamos de aniversario... -...- ¿si? -...- que cagada la tuya -...- no pue... - lo interrumpieron.- okey comprendo. -...-me debes una. -...- si, si , si. -...- eres una patada en el culo -...- si, losé. -...-Adiós. - y colgó.
- ¿Te tienes que ir cierto? - él asintió apenado. - ¿A que hora llegarás? - preguntó tomando sus gafas de la mesita de noche, para colocárcelas.
- Ni la mas mínima idea. - respondió.
- No importa. - sonrió forsadamente. - el trabajo es trabajo ¿no?
- Amy...
- No te preocupes, Jack, voy a estar bien, para no aburrirme puedo abrir la tienda. - le sonrió a medias.
- ¿Te he dicho que eres la mejor?
- Muchas veces...
- Te lo vuelvo a repetir, eres la mejor. - la besó y corriendo se metió en el baño, para salir mas o menos 20 minutos después bañado y afeitado. La castaña le entregó una bolsita de papel que llevaba: un ponquesito y un café caliente. - ¡Te amo! - le gritó antes de salir. Sonrió. En eso sonó nuevamente el vendito telefono el telefono. Se acercó a él con un plato de ponquesitos que habían quedado.
- Habla Amy. - dijo cojiendo uno de los ponquesitos. -...- ¿Emily? -...- si lo sé, acaba de volar hacia allá. -...- habriré la tienda por un rato. -...- claro, ven y llama a Dany. -...- si yo igual, adios.
{***}
Al salir de su habitación Danielle recorrió toda la casa buscandolo, hasta que un olor a café y tostadas le llenó las fosas nasales. Se dirigió hacia la cocina y ahí estaba su amado esposo de espaldas, sólo vestido con unos baqueros cortos y la espalda al descubierto. Sirviendo café en dos tazones.
- ¿Es real lo que veo? - bromeó ella, rodeando su ancha espalda con sus brazos, éste se sobresaltó un poco, pero luego le besó la coronilla. - ¿Realmente, Luck Murray, está cocinando?
- ¿Que tiene de raro querer hacerle un maravilloso desayuno a mi esposa, como aniversario de una semana desde nuestro matrimonio? - dijo haciéndoce el ofendido.
- Nada, esposo. - le besó el hombro. - Lo que me sorprende es que no hayas quemado la casa. - rió suavemente.
- ¡Ouch! Eso dolió.
- La verdad duele, dicen. - la castaña sonrió inocentemente.
- Pues, - puso los tazones en la mesa de la cocina. - veamos si me dice la verdad ahora, esposa mía. - se dió la vuelta y la tomó, como aquel día de su matrimonio hasta la el sillón en "L" y suavemente se puso encima de ella a hacerle cosquillas. - dígame, señora mía, ¿me quiere?
- ¡Al...to!, ¡alto!, ¡de...tente, L-Luck! - apenas alcansaba a decir. Muerta de la risa.
- Pues dí la verdad, querida Dany.
- Ya, ya te digo. - él se detuvo. - ¿Sabes cuál es la verdad? - le susurró y él se acercó. - no te quiero. - le besó la mejilla. - te amo... -terminó dandole un beso en los labios.
Unos minutos depués sonó el teléfono interrumpiendolos. - Anda a responder. - le dijo ella, él se iba a levantar pero, ésta lo agarró del cuello y lo beso. - ahora si puedes. - Le sonrió. Él se levantó perezosamente y contesto el telefono de la pequeña mesa entre los sillones.
- ¿Diga? -...- ¿Ahora? -...- ¿me estás jodidendo? -...- si, lo sé, per... - lo interrumpió.- joder, si, voy. -...- si claro, adiós. - colgó.
- Debes ir... - no preguntó, confirmó.
- Logan y su manía lo conoces...
- Anda, ahí veo que hago para distraerme. - le sonrió, tratando de ser los más confiable posible. Él suspiró.
- Bueno pero no te salvas a la vuelta, eh. - se fué a cambiar y en unos pocos minutos ya estaba listo. - Te amo. - la beso el los labios y se fué. Ella suspiró...
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Recien Casadas. {OneShot}
RomantizmTres mejores amigas viven nuevas experiencias luego de su triple matrimonio, junto al que creen que es su media naranja. Te invito a leerla☆