Déjame Tranquila

Capítulo 11

Puedo escuchar algunos ruidos fuera de mi habitación. Abro los ojos. Estoy aturdida y todo me da vueltas. Rápidamente, un dolor instantáneo se planta en mi cabeza y me obliga a apretar mis sienes.

-Dios mío- me quejo- qué es éste dolor- tartamudeo.

Me levanto lentamente. Resaca aclaro, pero no me acuerdo de nada. Sólo de haber cenado, la discusión con Taylor y Johnson... y ya. Nada más.

-Qué habré hecho- suspiro.

Me recojo el pelo en un moño y salgo para bajar sin desayunar porque no tengo hambre. Bajando las escaleras me topo con Kayla quien sube para acabar de prepararse... ¿ropa?

-Buenos días- me acerco para darle un
beso pero ella aparta la cara- ¿dónde vas?
-Me voy este fin de semana a casa de Madison- dice tajante.
-¿Enserio?- me cachondeo- ¿Qué pasa?
-Una no te rías bonita- me mira de reojo- dos, tu sabrás que habrá pasado. Con esto de no abrirte te has quedado sola.

¿Qué?¿Pero que dice? Estoy asustada porque no me acuerdo de nada. Bajo al sofá y me siento durante un buen rato. Miro algo en  la tele para distraerme un poco e intento recordar, pero nada. No me acuerdo de nada. Estoy haciendo zapping cuando la puerta suena muy fuerte. Voy y abro para encontrarme a una Madison con los ojos rojos y llorosos.

-¿Estas bien?- frunzo el ceño.
-Tu que crees retrasada- entra pegándome un empujón y se tira a Kayla quien ha bajado para recibirla.
-Eh, que te pasa- dice acariciandole elpelo.
-Es Jaack- llora- dice que ha pasado algo y que ahora no puede continuar estando conmigo. Que necesita un tiempo- succiona por la nariz- y yo lo quiero mucho.

Kayla me mira con cara de pocos amigos y se la sube al cuarto para intentar tranquilizarla.
Subo rascándome la cara y toco en la puerta de Matt.

-Pasa- grita para que pueda oirlo. Dentro están él y Johnson con el ordenador- que quieres- me mira.
-Esque... verás- miro hacia abajo y me restriego las manos de lo nerviosa que estoy- quería preguntarte que pasó anoche. Yo... yo no me acuerdo de nada.
-¿No? Pues fue una noche movidita- gruñe.
-Yaa... bueno esque creo que me pasé - me disculpo.
-Y tanto que te pasaste, ¿no crees?- levanta una ceja y me mira seriamente.
-Bueno, ¿me lo vas a contar?- me cruzo de brazos.
-No- dice tajante.
-Matthew, cuéntamelo- le escupo.

Cierra la tapa del ordenador y se sienta en la cama.

-¿Piensas llorar si te lo cuento?- me pregunta seriamente.
-Me estás asustando - tiemblo.
-Yo también me asustaría de lo que te puede llegar a pasar si se entera quien no se tiene que enterar- sé que va enserio porque no se está riendo. Ni lo más mínimo.
-Por favor Matt.
-Anoche te emborrachaste. Mucho. Demasiado...
-Vale si, dime algo que no sepa- revoloteo mis brazos.
-Te liaste con Gilinsky y ahora el ha dejado a Madison- me mira y directamente vuelve a sus cosas del ordenador.
-¿Qué?- digo- no puede ser.

Miro hacia todas partes porque se me cae el mundo encima. Le he puesto los cuernos a Ethan. Con Jack. Y ahora Madison está así por mi culpa. Y yo no me acuerdo de nada. Salgo del cuarto con la boca abierta y los ojos cristalizados. Me cruzo a Kayla, pero lo único que me dice es que se va. Llego a mi cuarto y cierro la puerta, automáticamente me siento en la cama, me aparto el pelo de la cara y me restriego las manos por la cara mientras mis lágrimas caen.

-No ha podido pasar, eso es mentira- me miento a mi misma.

Tocan a la puerta y entra solo la cabeza de Matt.

-Ah y ese tal Ethan te llamó bastantes veces, creo que le gustará que le llames- cierra la puerta y se va. Tal cual.

Cojo el móvil temblando. 30 llamadas perdidas de Ethan. Marco su número y llevándome la mano a la boca.