Capítulo 6

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Tenía a Brant a centímetros de mi. No me gustaba esta situación porque me sentía incómoda. Me estaba mirando fijamente hasta que sus ojos bajaron a mi boca. Se iba acercando poco a poco pero de repente, alguien tiró de mí.

-Joder tía, ¿has visto a Roxan? Ha pasado ya tres horas y no aparece.

-No...-Aiden parecía nerviosa y desesperada- ¿vamos a buscarla?

Asintió.

Miré a Brant y le dediqué una pequeña sonrisa de disculpas, pero por su parte solo recibí una cara seria.

Aiden y yo estuvimos buscando por toda la fiesta. Preguntando uno por uno si alguien la habia visto. Pero no obtuvimos resultados. Decidimos buscar en la residencia. Pero tampoco habia rastro de Roxan. Justo cuando ibamos a entrar en una de las torres pude ver dos figuras en la puerta principial de la academia. Aiden y yo nos ibamos acercando hasta ver a una chico de espaldas hablando con una chica. Cuando llegamos a ellos, el chico sin mirar atrás salió por la puerta.

-¡Roxan!- gritó Aiden- joder tía que susto pensábamos que te había pasado algo. ¿Qué haces aquí?

-Lo siento chicas-Roxan nos sonrió amablemente a ambas- me encontraba cansada y cuando iba a dirigirme a la residencia el chico que estaba hace segundos conmigo me preguntó varias cosas.

-¿Y qué te preguntó? -dije un poco interesada.

-Sobre un libro sagrado.

-¿El Ofurius...?-preguntó Aiden.

Roxan asintió.

-Ah y ahora que recuerdo...también me preguntó si se encontraba bien aquí una chica recién llegada-Roxan se quedo pensativa durante unos segundos- pero no me dijo su nombre.

¿No será...?

-¿Y quién es el chico misterioso? - parece que Aiden me leyó el pensamiento.

-No lo sé. No me dijo su nombre.

Ya era tarde por lo que nos fuimos cada una a su respectiva habitación.

**

Hoy era sábado y no teniamos clase por lo que aproveché para ir a la biblioteca. Necesitaba investigar sobre esas bolas rojas.

Apenas había gente en la biblioteca. Por su puesto, la gente está aprovechando para dormir más tiempo. Olvidandome de mis pensamientos me acerqué a la señora  bibliotecaria.

-Perdone,¿podrías decirme donde está la sección sobre objetos mágicos?

-En la segunda planta tercer pasillo-dijo la señora si ni si quiera despegar un ojo de su libro.

Cuando llegué empecé a mirar libro por libro que había en la primera estantería. Cogí ocho libros y me senté en una pequeña mesa alumbrada por una lampara araña que colgaba en el techo. El primero solo hablaba sobre escobas mágicas que dejaron de fabricarse hace tres años, el segundo sobre objetos mágicos malignos ... No encontré absolutamente nada. Decidí buscar en los estantes del fondo. Había una gran escalera corrediza que pasaba por los estantes. Justo cuando iba a coger un libro me resbalé de la escalera. Dios mio no.
No llegué a tocar el suelo, mas bien estaba en los brazos de alguien.

-Que oportuno-sonreí- muchas gracias Jack.

Ni si quiera me contestó. Solo se limitó a responderme con una sonrisa forzada y se dirigió a su mesa para seguir con lo que estaba haciendo. Le seguí y me senté a su lado. Entonces Jack dejó de leer y me miró.

-¿Necesitas algo? -acomodó sus gafas.

-Esto... Necesito que me digas si sabes algo sobre unas bolas rojas.

-¿Las que te teletransportan?

-¡Sí , sí!

Jack se me quedó mirando por unos segundos hasta que mostró una sonrisa triunfadora.

-Pues no. No sé nada de eso-cogió de nuevo el libro - y ahora si me permites me gustaría seguir con mi lectura.

No podía creerme que fuese tan grosero. ¿Qué le había echo yo? Cogí mi bolso y me dirigí hacia la salida. Ni si quiera me había despedido de él.
Cuando salí de la biblioteca me choqué con alguien haciendome caer al suelo.

-Lo siento Victoria, ¿estás bien?

-No pasa nada enserio -Jacob me tendió la mano para ayudarme a levantar.

-Te estaba buscando y pensé que estarías aqui y vaya he acertado.

-Pues ya me ves, ¿para qué me buscabas?

-Acompañame, quiero que lo veas por ti misma.

Jacob me guió hasta la entrada del bosque. De repente me entró un escalofrío por todo el cuerpo recordando lo que me dijieron sobre el bosque la otra noche. Jacob pareció haberme leído el pensamiento por lo que me cogio de la mano y me sonrió cariñosamente.

El bosque no parecía como lo habían descrito. Todo era verde y lleno de flores. Creo que era lo más bonito que había visto desde que llegué aquí. Los grandes árboles que habitaban creaban grandes sombras impidiendo que los rayos de sol transpasasen. Si mirabas detenidamente podías ver pequeñas mariposas volando por las flores, si escuchabas con atención podías escuchar el canto de los pájaros incluso el suave movimiento de las hojas de los árboles.

Estaba maravillada por este lugar. Podía sentir la paz aquí. Desvié mi atención de los setos que habían por el camino para fijarme en una roca grande que tenia a unos metros de mí. De lejos podía ver a un chico sentado en aquella roca pero no podía ver su cara. Conforme nos ibamos acercando a la roca podía ver mejor al chico pero era imposible saber de quien se trataba ya que estaba de espalda a nosotros. Cuando llegamos a él miré a Jacob preguntandole con la mirada que hacíamos aquí. Pero solo me sonrió. Por fin el chico se giró hacia nosotros y nos sonrió a ambos.

-Christian...-fue lo unico que pude decir.



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