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Hoy hiciste algo que realmente me sorprendió.

¿Recuerdas que dijiste que debía esperarte en algún lado?

Decidí optar por un banco que se encontraba en el parque donde habíamos quedado en encontrarnos.
Tenia mis audífonos puestos y solo esperaba a que llegaras.

Sentí unos brazos rodeándome por el pecho y alguien depositando un pequeño beso en mi mejilla, muy cerca de mis labios.
Y como ya había sospechado eras tu.

Unos nos miraban con ternura.
Otros les disgustabamos.
Hasta algunas madres apartaban a sus hijos de la vista hacia nosotros.
Pero si puedo decir la verdad, ya estoy cansando de seguir lo que la gente diga.
Ya estoy cansado de preocuparme por todo.
Estoy cansado de tratar de ser otra persona.

Jamas conocí a esa parte de Phil Lester, esa parte tierna y dulce, y como me hacia sentir.

Luego de que pasara dicha escena nos dirigimos a tu auto, al lugar donde querías llevarme

Mentiría si dijera que no tenía miedo.
¿Y si me pedías ir mas allá?
¿Como reaccionaria?
¿Te rechazaría como lo había echo la primera vez?
Debía estar preparado si pasaba.
Si, ya se que había aceptado que no había nada de malo en gustarme las personas de mi mismos sexo.
Pero eso no quitaba que seguía siendo cobarde

El lugar al que me llevaste era hermoso.
Era algo parecido a un restaurante, pero con la variante de que se encontraba al aire libre.
Según habías dicho ese era tu lugar donde ibas a despejar tu mente.
Tu lugar, básicamente.
Pero ahora querías que fuera de los dos, según por lo que pudiste decirme.

Pasamos toda la comida entre risas, miradas y uno que otro tímido beso que era necesario. Y claro tus lindas mejillas sonrojadas también se hicieron presentes.

Luego de la cena dijiste que me llevarías a casa, pues no querías que me pasara algo en el camino, ya era algo tarde. Pero personalmente lo vi mas como una excusa para poder llevarme a mi casa, pero no lo se.

Cuando llegamos a casa, bajaste de tu vehículo hasta mi puerta.
Ya estando ahí nos miramos.
Una mirada que quería decirlo todo pero tenia que permanecer callada.

Fue en ese momento cuando decidiste besarme.
En realidad fue algo repentino.
No lo esperaba.
Pensé que siempre serias ese lindo chico tierno y tímido.
Pero esta parte de ti también me gustaba.
Y en una gran proporción.

Tomaste mi mano para que pudiera salir del auto. Ya afuera no la soltaste.
La dirigirse a tu pecho y lo último que supe era que nuestros labios estaban juntos.
Fuiste muy rápido al hacerlo.
Besabas mis labios como si los ansiaras mas que a nada en el mundo. Y yo lo hacia de igual forma, porque era así. Era lo que más ansiaba en todo el mundo.
Era algo que ambos habíamos estado esperando durante todo el día y por fin pudo pasar.

No separamos y ambos teníamos las mejillas sonrojadas, nos despedimos y pude adentrarme a mi casa. Como era de esperar nadie se encontraba dentro, me dirigí hacia mi habitación, fui hasta mi cama y me acosté en ella, y fue cuando ese pensamiento paso por mi cabeza.

No habíamos llegado mas allá.

Aun no nos encontrábamos en una relación.
Seguíamos siendo esa clase extraña de amigos.
Amigos que se besan y se aman.
Si, tal vez no estaba preparado para que pasará.
Pero no significaba que no quería que lo hiciera.
Y tampoco podría obligar a Phil a hacer nada

Y pasó esa pregunta en mi cabeza

¿Y por que no pedírselo yo?

-Dan James Howell  22/11/2009

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