Letters for a blind || Phan

XXIV

A la mañana siguiente desperté debido a la luz solar que entraba por la ventana de tu habitación, apenas abrí los ojos noté que no estaba en mi habitación.
Por un momento había olvidado que estaba durmiendo con Phil Lester.
Cuando giré mi cabeza hacia un lado para corroborar la información, y poder confirmar si esto era real; y ahí estabas, dormido, con una expresión tan angelical e inocente.
A los pocos segundos noté un brazo alrededor de mi cintura obviamente perteneciente a la persona que se encontraba a mi lado. Ya no podía seguir con esta escena, juro que jamás había visto algo mas tierno en mi vida.
No pude contenerme y empecé a acariciar tu sedoso cabello, mientras podía detallar cada centímetro de tu perfecto rostro, y la verdad es que jamas iba a cansarme de admirarte.
En un momento pudiste sentir mis manos acariciando tu cabello y lo próximo que hiciste fue acercarme mas hacia a ti para poder estar uno aun mas cerca del otro, permanecimos así un pequeño lapso de tiempo, cuando decidiste por fin abrir tus hermosos ojos color zafiro.

"Desearía despertar cada día con un Daniel junto a mi"

Cada vez que decías "Daniel" podía sentir cada fibra de mi cuerpo estremecerse, pues solo las personas muy cercanas a mi lograban conocer mi nombre completamente.

Al levantarnos del lugar donde ambos habíamos estado durmiendo decidiste que era una buena idea hacer pancakes, pues según lo que decías era la comida mas "romántica" si, tal vez sonaría tonto, pero si salía de la boca de Phil, nada podría ser tonto.
Al final tú terminaste haciendo todo, debido a que cada vez que entraba a la cocina hacia un nuevo desastre, así que decidí solo acompañarte, mientras podía verte cocinar.

¿Alguien podría imaginarse la hermosa imagen de Phil Lester cocinando cada día? Vivir junto a el, y poder disfrutar cada día de la belleza de él.

Si, ya para este punto tenia pensado mudarme contigo, Phil.

Al terminar de desayunar tuve que irme, te había dicho que me preocupaba que si mi madre llegase yo no estuviera allí, pero la verdad es que simplemente me daba vergüenza quedarme mas tiempo. Así que solo opté por irme de nuevo a mi hogar.

Al salir de la casa pude darte un pequeño beso en los labios, tal como haría una pareja al saber que su esposo va a trabajar, tan solo imaginar esa imagen hacía que las miles de mariposas que se encontraban en mi estomago volasen sin ritmo alguno.

Ya afuera decidí tomar la ruta corta hacia mi casa, algún tipo de atajo que yo había descubierto.

Grave error.

—Daniel J. 26/11/09

~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~

→Si te está gustando la historia, puedes votar y agregarla a tu biblioteca para ser informado cada vez que se actualice algún capitulo, y si tienes alguna opinión/duda sobre la historia no dudes en dejar un comentario. ¡Gracias por leer!←