Capítulo 4

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                                                                                       ***


—Jack, tú casa es algo peculiar —comenté, impactada al ver tantas pinturas, pinceles, y lienzos por doquier. Lo que me dejaba con la duda, aunque obvia, de si Jack, era un artista.

—Me alegra que lo hayas notado, tengo una pequeña fascinación hacia el arte —suelta, mientras rodea sus ojos alrededor de la casa.

—¿Podrías hacerme un retrato?

—Sin duda, que puedo. Pero, ¿qué recibiría a cambio?— No tenía nada para darle, y tampoco estaba interesada en el retrato, sólo quería asegurarme de que no mentía.

—Olvídalo, Jack.

No pude evitar rodar los ojos, era una costumbre hacerlo, al instante percaté su sonrisa, yo le divertía.

—Catherine, tú y yo no somos tan diferentes—dijo mientras miraba por la ventana.

—¿A qué te refieres?


No tenía idea de a qué se refería. Aunque al parecer, él no iba a decírmelo, pienso que tendré que descubrirlo por mí cuenta. Hasta ahora, acabo de notar, que no había conocido a Jack, al menos no su verdadero yo, este Jack, es diferente al que he visto en la escuela.


—Catherine, hasta ahora, no había tenido la oportunidad de hablar contigo abiertamente, de lo que me arrepiento, aunque es algo que se puede solucionar. ¿Qué te parece si te hago una especie de guía turística por aquí, mientras conversamos un poco?—musitó, demostrando así su emoción; me limité a asentir, esto me ayudaría a conocerlo más profundamente.

Nos encaminamos a la entrada, lo que me extrañó fue lo que sucedió a continuación.

—Todo tiene un comienzo, así que la entrada será el mío.— Acercó su mano a mi espalda, y me dio un empujoncito, guiándome a la siguiente parada.

El interior de su casa, en sí, era una verdadera obra de arte. En cada rincón, se podía observar un poco de él. En la mayoría de sus obras, pude presenciar a una joven, de cabello rojizo, ojos verdes, pero en cada una de ellas se la podía ver diferente, en algunas se la podía ver tomando una fotografía, en otras tan triste, que me producía un pequeño daño emocional. El arte de Jack, era algo que no había conocido jamás, me transmitía algo, enseñaba una parte de él. No pude resistirlo mucho más, así que lo hice.


—¿Jack?—le dije, casi en un susurro.

—¿Sí?, Catherine.— No sabía cómo cuestionar la pregunta, por lo que pasaron unos minutos, hasta que simplemente la solté.

—¿Quién eres Jack?, en la escuela dejas ver a un chico del montón, pero al ver tu arte, puedo ver que eres mucho más que eso.

—No lo entenderías, Catherine. No es algo, que se pueda tomar a la ligera, sólo déjalo ir.— Me volvía loca por conocer al chico que tenía en frente, no al del montón, sino a este chico, frente a mí.

—Entonces, háblame de tu arte—exclamé decidida a obtener respuestas.

—Primero, prepararé chocolate caliente, ¿quieres un poco?— cuestionó, encaminándose a la cocina.

—Sería estupendo, gracias.— En estas fechas, hacía mucho frío, un chocolate caliente siempre era la mejor opción. Recuerdo que de pequeña mi padre solía prepararlo, en estas fechas.

¿Él es real?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora