Capítulo 1

175 23 9
                                    

                                                                                    ***

Era tarde, y ya empezaba a desesperarme. ¿Por qué no podía ser puntual? Esa noche hablaría con él, respecto a sus visitas diarias; ya no podía seguir viniendo, yo sabía la verdad, siempre la había sabido. Tenía que dejar de estarme engañando a mí misma, él no era real, nunca lo fue. Un fuerte ruido me sacó de mis pensamientos, me volteé y ahí estaba él, luciendo sus atractivos shorts y su camiseta de la universidad a la que iría este año, aunque yo sabía que era todo parte de mi imaginación, a veces me lo creía.

—Catherine, ¿no dirás hola?

—Hola— dije en un toco un poco cortante.

—¿Te pasa algo?

—No, sólo que ya estoy decidida.

—¿Decidida a qué?

—A pedirte que no vuelvas, aunque no sé cómo funciona esto, de los amigos imaginarios.

—No soy imaginario, Catherine. Sólo porque te haya estado cuidando desde que tus padres murieron, no significa que lo sea.

—Creo que significa exactamente eso— tragué saliva, se me hacía casi imposible actuar así con Adam.

—Además, no soy sólo tu amigo, o tal vez yo fui el que se equivocó al pensar que éramos algo más que amigos.

—Adam, sabes que esto no funcionará.

—Haremos que funcione— Me dio un abrazo e intentó besarme, pero lo detuve.

—Adam, ¡no!, no quiero continuar con algo que sé que no funcionará.

—¿Por qué no?— conoces el motivo.

—Porque no quiero herirte ni salir herida.

—Deja de preocuparte y vive el momento.

—Pienso en el futuro...

—Quieres decir que soy inmaduro.— En realidad, sí lo era un poco, al pensar que esto puede funcionar.

—Eso no fue lo que dije...

—Fue exactamente lo que dijiste. Entiendo muy bien las indirectas.— Sí que las entiende.

—Adam...

Se alejó, antes de que intentara acercarme a él.

—Háblame cuando en realidad te apetezca y te hayas dado cuenta de tu error.

—No me iré.

—Pues yo sí.

—Deja de hacer esto.— Esto era típico en él.

—¿Qué cosa?

—Rogarme para que ceda y me quede de tu lado.

—No es lo que estoy haciendo.

—Sabes perfectamente que es lo que estás haciendo, lo haces todo el tiempo.

—Yo sólo se una cosa con respecto a ti.

—¿Qué cosa?— Ya me esperaba lo que diría a continuación, pero me gustaba esperar a que él terminará.

—Que no podría vivir sin ti.

Se acercó para besarme y ésta vez dejé que lo hiciera. Estuvimos así por un largo rato, tendidos los dos juntos en el suelo. He estado pensando y yo tampoco podría vivir sin él, al menos no de la misma manera, sería infeliz.

¿Él es real?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora