Capítulo 1

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A la edad de diez años, aquella jovencita, hermosa como una llamativa piedra de jade, perdió a su familia en un accidente; un gran incendio le arrebató a sus seres queridos. Ella, siendo cuidada por asistentes sociales, se llevó un reconocimiento muy característico.

La chica que sobrevivió al catástrofe.


Una de sus dificultades resultó ser la confianza, básicamente carecía de ésta y por ende, era notorio la escasez de amistades. Sin embargo, eso no le preocupaba lo más mínimo. Ocho años después, en su mayoría de edad, consiguió establecerse en un hogar que quedaba relativamente cerca de sus estudios.

Todo iba sobre ruedas hasta que un joven se reincorporó más tarde. Kim JongIn, ese era su nombre. Un chico sumamente atractivo con cerebro de mosquito y que por desgracia, acabó tomando asiendo junto a ella.

•••


- Hey, ¿qué tal estás?

La chica, con el mentón apoyado sobre la palma de su mano y los codos sobre la mesa, ignoraba completamente a su nuevo compañero y continuó atenta a la clase.


- Vamos no seas así...¿cómo decías que te llamabas?

- (__).

- Es un bonito nombre.

La fémina lo miró ciertamente molesta. - Kim, ya que soy su compañera haz el favor de comportarte y atender. - ordenó en voz baja.

- Necesitas enrollarte más.

JongIn se mantuvo en silencio durante toda la clase pero justo cuando iba a sonar el timbre, éste escribió algo en un pequeño papel y lo metió en el estuche de (__), no obstante, ella no se molestó en ver qué era, no le importaba.

Toda la semana fue como vivir en un rompecabezas, lo que hacía cuestionar a la joven qué clase de maldad hizo en su vida pasada para merecer a alguien tan tonto a su lado, literalmente. Fue un día, cuando estaban recogiendo para marcharse, que JongIn tuvo la pequeña oportunidad de hablarle.

-¿Por qué me estás ignorando?- protestó.

- ¿Mhm? No seas tan inmaduro, sabes perfectamente que no estamos en la misma onda.

- Puedo actuar de otra forma si es lo que quieres. - aseguró con una suave sonrisa.

(__) rodó los ojos a la vez que suspiraba levemente, cogió la mochila y comenzó a caminar hacia la salida, pero cuando pasó por su lado, el chico la detuvo situando su mano sobre la zona del abdomen.

- ¡No me toques!

- Hey, calmate. - dijo situándose frente a ella.

- Si tienes algo que decir, sólo dilo, no quiero seguir viendo tu cara de gilipollas.

- Gilipollas. - susurró posando ambas manos sobre su cintura, caminando hacia atrás hasta chocar contra la mesa, ya que era la que estaba detrás suya.

Me avergonzada la situación. Afortunadamente todos se habían marchado y la puerta estaba cerrada. En cuestión de segundos intentó separarse, pero resbaló torpemente y situó sus manos en cualquier lugar para no caer. Notó su pene al instante.
En el momento que iba a caer, Jongin la agarró el trasero para evitar el desastre.



-¿Qué coño pasa contigo?- gritó enfurecida y cabizbajo. - No vuelvas a tocarme. -

Se fue de allí rápidamente y se aventuró por las solitarias calles..., pero se percató de algo, sentía que alguien la estaba siguiendo, por lo que miró disimuladamente hacia atrás. Era él. Se paró radicalmente y giró para cantarle las cuarenta.

-¿Enserio? ¿Me estás siguiendo?-


Él suspiró brevemente. - ¿Ves esa calle recta?- señaló con la mirada.

- ¿Ahá? - alzó ambas cejas.

-Vivo en esa casa del fondo, el unifamiliar.

La chica suspiró profundamente, caminó tan sólo un poco más y entró en su casa. Era todo muy surrealista. (__) se tiró sobre la cama, pensativa, y giró la cabeza hacia la ventana, ya que la cama estaba prácticamente pegada a ésta y terminaba casi en el suelo. Tenía unas vistas espectaculares, sobre todo al atardecer..., pero ahora había algo más que eso, pues conocía el hogar de Jongin; aquella calle recta daba justo al unifamiliar.

Algo frustrada, recordó aquel papel que había metido en su estuche, está vez decidió echarle un ojo.


Era su número de teléfono.

EL DESASTRE DE MI VIDA | Kai y tu | 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora