EL DESASTRE DE MI VIDA | Kai y tu | 🔞

Capítulo 27

-(__), espera- susurró Jongin intentando detener sus manos.

Ella le miró fijamente a los ojos. -He estado esperando muchos años- susurró a medida que se acercaba al oído ajeno, poniéndose de puntillas ya que no alcanzaba la zona. -¿Tú me esperaste cuando te lo dije yo?-

Jongin se quedó completamente mudo. El alcohol que consumía en su cuerpo iba echándose a un lado. - (__), no quiero tener relaciones así, no estás bien ahora, ¿verdad?-

-¿Acaso es diferente a como te sientes tú?- comentó en su defensa, atacando directamente a su cuello con una breve pero intensa mordida. Oyó a Jongin quejarse con levedad y sonrió en su interior. -Ahora vayamos a mi dormitorio-

(__) empujó a Jongin en dirección a su habitación. No pensaba en nada más, sólo en seguir lo que había empezado. En cuanto llegó, empujó de nuevo a Jongin hacia su cama, donde éste cayó casi sentado. (__) se sentó en sus piernas a horcajadas mientras rodeaba su cuello con sus brazos; además una de sus manos sujetó el cabello ajeno con fuerza para que le mirase.

—¿No te parece divertido?— susurró mientras se movía lentamente.

—En absoluto— respondió con el mismo tono de voz.

—Entonces eres libre de irte cuando quieras.

En cuanto terminó de hablar, (__) se quitó la ropa, quedando solamente en ropa interior. Fue rápida. Enseguida se ocupó del pantalón contrario, lo desabrochó y empujó su torso hacia atrás hasta que la espalda conectó con la cama. Ella se encargó del resto, ahora ambos sólo estaban en ropa interior. Se situó de nuevo encima suya y comenzó a besar su cuello mientras movía su trasero adelante y hacia atrás; sentía cómo el pene de Jongin iba despertándose gracias a sus movimientos.

Acto seguido Jongin sujetó la cintura ajena intentando detenerla. —Déjalo ya, no continues— murmuró.

—¿Por qué? ¿Acaso sientes cómo tu cuerpo se va calentando aún si tu mente no quiere?— se acercó de nuevo a su oreja. —Déjate llevar— susurró antes de morder levemente el lóbulo de la oreja. —Creo que algo parecido me dijiste a mi, ¿no?—

Jongin frunció el ceño y sacó fuerza para darle la vuelta a la tortilla. Ahora era él quién estaba encima de ella, apoyando las rodillas sobre la cama, y sujetándole las manos ejerciendo presión. En ese momento, ambos se miraron en silencio; la habitación estaba oscura y la única luz que había era el mero reflejo de las farolas de la calle a través de la ventana.

A pesar de que (__) había tenido un comportamiento dominante, en ese instante lo perdió todo. El volver a sentirse casi indefensa ante él, el volver a sentir sus manos presionadas por las suyas..., y el volver a sentirse atraída incluso después de todo..., era terrible. El miedo se apoderó de su cuerpo y sin querer se vio reflejado en su rostro: cerró lo ojos y frunció el ceño.

Y fue en ese momento en el que Jongin se asombró. Soltó rápidamente sus manos y se levantó de la cama, echando su cabello hacia atrás. —Lo siento— murmuró.

Ella permaneció en silencio, aunque en realidad era porque tenía un nudo en la garganta. Aún estaba de la misma posición, a diferencia de Jongin, el cual recogía su ropa para vestirse en otro lugar con la intención de marcharse. En el momento que casi se iba del dormitorio, decidió mirarla por última vez, y fue ahí cuando dejó caer la ropa para acudir a su lado; (__) se había sentado en el borde de la cama, cabizbajo y llorando en silencio.

Jongin flexionó sus piernas delante suya, acunó su rostro entre sus manos y la besó profundamente sin decir absolutamente nada. Tan sólo se podía oír la fusión de ambos labios. Poco a poco Jongin fue acomodándose y además deshaciendose de las últimas prendas. El calor iba consumiendo sus cuerpos hasta el punto de sentir el deseo carnal.

Fue lento, muy muy lento. Jongin entró en su interior haciendo largas pausas para evitar el mínimo dolor, cosa que finalizó en unos minutos, llegó a meterla entera. —Tranquila— susurró cerca de su oído mientras salía y entraba con lentitud.

Minutos después, en la habitación solamente se oían los gemidos mudos de placer. Él, como si de su musa se tratara, la miraba, la besaba y la penetraba tan consciente del momento, que deseaba detener el tiempo. Los rincones a los que él accedía y rozaba, despertaban gustosamente, evidenciando el éxito con su humedad.
Una y otra vez se tensaban, (__) llegaba a estremecerse de gusto. Sus bocas marcaban el ritmo de intensidad. Al morderse y respirar agitadamente, también lo era la penetración.

Sus manos sujetaban las de ella, entrelazando los dedos mientras Jongin le mordía los pezones. Ella quería más, deseaba más y subió sus piernas, abrazándole, para que su miembro llegara hasta el fondo. Todo. Lo quería todo dentro y que le llevase al clímax. Entre gemidos suaves, lenguas tensas, labios carnosos y maestría, llegó. Llegó y lo disfrutó. Cosa que igualó Jongin poco después de haber salido de su interior. Se masturbó delante suya y eyaculó gustosamente.

Jongin permaneció ahí, sentado al borde de la cama intentando regular la respiración.

—Quédate— el silencio fue interrumpido por (__). —Sólo esta noche..., quédate— descendió el tono de voz.

Después de unos minutos, ambos dormían en la misma cama después de tantos años. Jongin la abrazó con fuerza por la espalda, pues sabía que sería la última vez..., sabía no volvería a estar así nunca más.

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