•••Capítulo 13•••

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Un zumbido en mi oído derecho me hizo despertarme bruscamente.

Al despertarme vi un insecto monstruoso a mi lado volando y al parecer quería atravesarme con su filoso aguijón.

Hacia movimientos peligrosos y se acercaba peligrosamente a mi. De un momento a otro Matt se movió para acomodarse y eso hizo que se olvidara de mi para prepararse para atacar a Matt.

Entré en pánico.
No tenía ni idea de que hacer.

Si me movía, se acercaba a mi.
Si lo dejaba, se acercaba a Matt.

Y la verdad que parecía venenoso, muy venenoso.

Toqué a Matt disimuladamente con el pie, lo pateé unas nueve veces hasta que se comenzó a despertar.

-No te muevas-. Dije susurrando.

-¿Por qué?

Le hice un gesto con la cabeza en dirección al bicho enorme y con signos de peligro a mi derecha.

Y en eso oigo un grito a mi izquierda, era Maggy que se había despertado y exclamó con miedo al ver la cosa gigante volando a nuestro lado.

Matt comenzó a hiperventilar.
¡Yo estaba esperando que fuera un caballero y matase a esa cosa!

Entonces tuve una idea, tomé mi mochila con el pie y por una ranura se asomaba la tapa de mi repelente contra insectos.

GLORIA.

Lo tomé con un movimiento rápido y empecé a rociarlo en el animal volador. El insecto al principio parecía ceder pero luego de unos segundos esto pareció enfurecerlo más y se empezó a acercar a mi.

Mi corazón iba a salirse de mi pecho y el maldito conductor ni cuenta se estaba dando.

Matt estaba tocando desesperadamente la ventanilla que separa el asiento del piloto de los de atrás. Tal vez para evitar una situación como esta.

Como no había otra opción todos, excepto Cameron que seguía dormido, terminamos golpeando el cristal como si de eso dependiera nuestra existencia.

Matt estaba rojo y llorando, yo estaba medio muriéndome del miedo y medio muriéndome, pero de la risa.
La escena era tan cómica que ya no tenía fuerzas para seguir tocando y me tiré al suelo.

Los chicos al verme riendo se quedaron paralizados, pero luego, al ver que no paraba, se les contagió y todos terminamos en el suelo del jeep como retrasados.

Luego de unos tres minutos me acordé de que había una criatura voladora a menos de dos metros de nosotros. Pero al mirar ya no estaba.

-Agradézcanme-. Dije rodando los ojos.

-¿Por?-. Preguntó Matt.

-Si mi risa no hubiera empezado esa cosa nos hubiera matado a todos.

-Pero no lo hizo-. Dijo Maggy con su odio de siempre.

La ignoré y miré a Cameron de reojo.
Aún dormía.

Respiré hondo y miré al señor que conducía el vehículo. Se veía muy feliz y estaba cantando una canción que no se oía detrás.

Luego de unos minutos el jeep fue disminuyendo la velocidad y se estacionó al lado de una cabaña de madera.

Nos avisó que podíamos bajar.

Tomé mi maleta y bajé después de Matt. Maggy y Cameron seguían dentro.

-¿Por qué tardan tanto estos dos?-. Preguntó Matt cansado.

-No lo sé...-. Me asomé y me quedé impresionada con el moretón que tenía Cameron en el brazo.

Entré rápidamente y aparté a Maggy.

-Creo que nuestra amiguita no nos picó a nosotros, pero no se fue sin vengarse-. Dijo Matt examinando la picadura. Estaba muy alterada y roja.

Maggy había salido para avisarle al conductor. Yo tomé un botiquín que había en la parte superior del jeep. Saqué un frasco de alcohol y un algodón.

Pero antes de pasarlo por la picadura me llegó a la mente que podía ser venenoso o algo.

El conductor llegó y negó con la cabeza.

Me apartó del medio y nos hizo salir. Luego de unos treinta segundos empezamos a escuchar gritos desde dentro.

-¿Deberíamos entrar?-. Preguntó Maggy supuestamente preocupada.

-Mejor no...-. Dijo Matt al oír el llanto de Cameron. Auch.

Al pasar un rato el ruido cesó y nos quedamos mirándonos. El conductor salió y tras él un adolorido chico con el brazo vendado.

-De nada-. Dijo el conductor sonriente-Ahora deben entrar ahí y ganar esta competencia...oh, en realidad no se suponía que dijera eso...adiós chicos-. Dijo dejándonos solos en medio de la nada con una cabaña y nuestras maletas.

-Que hermoso-. Dije con sarcasmo.

Maggy se cruzó de brazos y miró a Matt.

-¿Y ahora qué?

-¿Qué tal si entramos?-. Dijo con ironía.

-Sí, que buena idea-. Dije siguiéndole el juego.

Al llegar frente a la puerta la empujé y se abrió inmediatamente.

Habían dos camas casi pegadas a la izquierda, cuatro canastas vacías y botellas sin agua en una mesita al lado de las camas, palos de madera y una caja de fósforos.

-Dos camas, genial-. Dije rodando los ojos.

-Yo elijo la de la derecha-. Dijo Maggy sin preguntar.

-Maggy, somos CUATRO y solo hay DOS camas, no puedes elegir una.

-En ese caso...yo escojo a Cameron-. Dijo con una sonrisa asquerosa.

Respiré profundamente y observé a Matt a quien al parecer se le ocurrió la idea de salir a explorar el mundo solo.

El estaba agachado mirando algo en el suelo y lo topé para asustarlo, pero no se inmutó.

-Hola-. Dije con ánimo.

-¿Aún te gusta él?-. Preguntó sin voltear.

-¿Qué?

-Cameron...¿Te sigue gustando él?

-Matt, ya hablamos de esto antes...

-Dime sí o no.

-No lo sé...

Matt río sin ganas y se volteó con una sonrisa.

-¿De que te ríes?

-Prefiero reírme cuando no sé que hacer, si lloro gastaría agua y por lo visto aquí no hay-. Dijo levantando ambas cejas y dirigiéndose a otro lado.

Lo seguí igualmente y empecé a caminar a su paso.

-¿Y ahora a dónde vamos?

-Tengo sed.

-Matt no estoy segura que esto sea correcto...

-¿y?-. Dijo arrancándole dos naranjas a un árbol y pasándome una.

-Gracias-. Dije abriéndola con fuerza y mordiendo una parte.

Seguimos caminando en silencio por más o menos unos veinte minutos. Hasta que llegamos a un lugar hermoso.

-Aquí-. Me señaló hacia un amplio lago.

Campamento De PerrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora