•••Capítulo 17•••

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Matt

Llevábamos como 10 metros caminando y ya Megan había resoplado más de quinientas veces, me iba a volver loco si seguía así.

—¿Puedes parar?—. Pregunté con desesperación.

—¿Parar qué?—. Dijo con un tono de voz dulce e inocente.

—Sabes de qué estoy hablando—. Le dije intentando mantener la calma.

—Nop, no tengo ni la más remota idea de qué será—. Dijo suspirando otra vez con limpidez fingida.

—Está bien...mejor sigamos—. Dije encogiéndome de hombros y sonriendo mientras seguía caminando.

Megan empezó de nuevo pero esta vez la ignoré por completo, empezó a pisar más fuerte y cuando la vi de reojo estaba más que roja. Me reí fuerte para que me escuchara y seguí guiando a la manada.

Después de algún tiempo escuché voces.

—Shhh—. Dije poniéndome el dedo índice en los labios para que hicieran silencio.

Miré a mis alrededores y me moví un poco para acercarme a el sonido.

Caminamos un poco más y vi a Cameron y a Maggy de brazos cruzados llamándonos a mi y a Megan, ups.

Megan se notaba avergonzada e iba con la cabeza gacha mientras le pasaba por el lado a los demás.

—Permiso—. Dijo rozando levemente mi hombro.

Reaccioné y le tomé la mano. No pronuncié una palabra, simplemente la guiaba y ella se dejó llevar.

Megan

Estaba muy enojada, no, estaba furiosa.

La ira me estaba quemando viva y Matt seguía haciéndose el lidercillo, idiota.

Iba a resoplar por decimo sexta vez, sí, las conté, pero Matt me interrumpió con un estúpido pero sexy "Shhh"

Lo miré con una ceja levantada y le pasé por el lado sin hacerle caso, la brisa estaba fresca.

Pero él me tomó de la muñeca y caí en la tentación, me dejé llevar por su delicado tacto, no me puede resistir no me odien.

Las yemas de sus dedos rozaban mi piel sin hacer presión, como queriéndome decir que era libre de soltarme si lo quería, pero yo no quería soltarme, quería seguir junto a él.

—¡No se vayan a perder de nuevo, par de retrasados! —. Gritó Cara con una sonrisa en el rostro, una sonrisa real.

—¡No te preocupes, esta vez mando yo!—. Dijo Matt burlándose pero a la vez me miró con sigilo para ver si no me enojé.

Le sonreí y seguimos caminando, esta vez con las manos agarradas firmemente.

Tomamos el mismo camino que el primer día, el lago estaba igual de hermoso.

Nos sentamos en la misma roca que aquel día pero esta vez yo me recosté en sus muslos, cerré los ojos y me dejé llevar por el sonido del agua cuando Matt movía sus pies dentro y la brisa de la tarde.

Luego de un rato Matt me tomó de la otra mano y la soltó de repente.

—¿Qué pasa?—. Pregunté extrañada.

—Aún lo tienes—. Dijo refiriéndose al anillo que me regaló hace dos días.

—Como no tenerlo, es hermoso.

—Yo también tengo uno, en realidad lo tenía hace mucho, y ese que tienes, aunque no me lo creas, mi padre me lo compró hace seis años junto con este y me dijo que cuando encontrara a "La indicada" se lo diera cuando yo pensara que fuera el momento oportuno.

"He pensado en dárselo a muuchaas chicas, demasiadas, pero algo me decía que no eran ellas. Hasta que te conocí"

Dijo mientras me miraba dulcemente, me sentía tranquila y en paz cuando estaba junto a él y hasta ahora no me había dado cuenta.

Me incorporé para acercarme más a su rostro, pasé mi mano suavemente por su mejilla y me acerqué cada vez más, pero sin prisas ni adelantos, solo disfrutando el momento.

Nuestros labios se tocaron y los empecé a mover al compás de los suyos, yo acariciaba su espalda mientras el mi cabello, me sentía completa y feliz.

Cuando nos separamos abrí mis ojos y el aún los tenía cerrados, con una gran sonrisa, entonces me acerqué y le dije al oído:

—Te quiero princesa.

Matt al principio se quedó estático y luego me miró con una cara de pánico, la risa salió como un misil de mi garganta, ¿Cómo rayos pude convertir un momento tan hermoso en esto?

Seguía riéndome y ya mi abdomen estaba quemando pero es que...princesa tuve que decir, y seguí riéndome hasta que la cara me dolía.

Matt me sonrió y me besó la frente cuando mi ataque cesó. Princesa hahaha.

Me limpié las lágrimas y dejé salir los restos de felicidad que me quedaban.

—Tenía que haberte grabado, te pusiste pálido—. Dije todavía bromeando con Matt.

—Estaba muy emociando y tu sales con el princesa, por Dios—. Dijo riendo conmigo.

—Pero lo primero si fue verdad, en verdad te quiero—. Dije poniéndome algo más seria.

—Yo también te quiero, no sé como en menos de un mes he llegado a sentir tantos sentimientos por alguien, eres especial y no quiero pensar en el día que por alguna razón no volvamos a hablar.

—Hablando de eso...¿Qué haremos cuando acabe, quiero decir, el campamento?, yo vengo de Los Angeles.

—Yo de Inglaterra...pero mis abuelos viven en Los Angeles, podría chantajear a mis padres.

—Eso no está bien...Sé que queremos que esto funcione pero, ¿En verdad debemos empezar algo que sabremos que nos herirá al final?

—No pasa nada con intentar.

—Sabes que sí, sabes que cuando el día llegue tendremos que separarnos y seguir nuestras vidas, no es justo que nos pongamos en esta situación, para ninguno de los dos...

—¿Y que sugieres entonces?—. Dijo Matt con temor.

—Creo que tendremos que seguir siendo amigos, sí, ya llevamos un tiempo siéndolo, podemos seguir, ¿cierto?

—...Yo...claro que no, Megan. ¿No lo ves? Tenemos que aprovechar cada segundo, cada minuto juntos, porque la vida es muy corta para no arriesgarnos, luego cuando el tiempo pase vas a pensar y a arrepentirte de todo lo que no hiciste en tu juventud por razones estúpidas, y no quiero arrepentirme...

—¿Entonces...debemos correr el riesgo?

—Hazlo por la futura Megan, la que no se va a arrepentir.

—No, lo haré por esta Megan, la que quiere estar contigo ahora—. Dije dándole un abrazo fuerte y aspirando su olor, si que lo extrañaría.


Campamento De PerrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora