29. Jackson

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Nate  me  presta  su  Toyota  el jueves  por la  mañana. No  puedo  buscar a  Alexis  del aeropuerto  en una  motocicleta.  
Una vez que  estaciono  el auto  corro  dentro  del aeropuerto  y,  espero. Tengo  unas  ganas increíbles de  verla,    solo  han  sido  cuatro  días  pero, han  sido  los  más largos de  mi  vida.
-¡Jax!-, la escucho  llamarme  pero  no  la  veo  entre  la  multitud  que  se  agolpa en  la  puerta de salida,  -¡Jax!-, no  la  veo,  muevo  los ojos  sobre  toda la  multitud  buscándola  pero,  no  la encuentro, de  repente,  se  cuelga de  mi cuello  por un  costado,  
-Lex-exclamo  abrazándola,  -No  podía  encontrarte-,
-Salí  por  otro  lado,  sabía que  pasaría  eso-dice  señalando  al amontonamiento  de  gente frente  a  nosotros,  me  rio  mientras envuelvo  su cintura  entre  mis  brazos  y,  entierro  mi nariz  en su cuello,
-Te  extrañe-dice  devolviéndome  el  abrazo, resoplo  en  su hombro  aliviado,
-No  tienes  idea  cuanto  te  extrañé  yo  a  ti-admito,  -Vamos, debes  estar hambrienta-, asiente  con  una  sonrisa,  rodeo  sus  hombros  con  mi brazo  y,  tomo  su valija  con  la  otra  mano,
-¿Cómo  estuvo  Nueva York?-pregunta,
-Igual, nada interesante  paso-admito,  -¿San  Diego?-,
-Playa,  playa  y  más playa-dice  haciéndome  reír,  
-¿Eso  fue  todo  lo  que  hiciste?-pregunto,
-No  había que  más hacer,  no  estabas ahí  y  me  aburrí  un  poco-admite,  exploto  de  la risa, lo  abro,
-Que linda eres-digo  antes  de  darle  un  corto  beso. Saco  las llaves del auto  del bolsillo,
-¿Y  esto?-pregunta  mirándome  sorprendida,
-Nate-admito,  ella se  ríe  y  pone  los  ojos en  blanco, se  sube  mientras  cargo  su valija.
-Pensé  que  vendrías en  la  moto-dice  cuando  me  subo,
-¿Cómo  íbamos  a  llevar la  valija?-ella se  ríe  con  ganas,
-Buen punto-admite,
-¿Italiana?-pregunto,  
-¡Si!-acepta,
-Ayer  vi un  lugar nuevo  y  quiero  hacer  eso  que  me  enseñaste  de  elegir cualquier  cosa-, sonríe  de  oreja  a  oreja,  -¡Eres  hermosa!-, se  sonroja,
-Vamos-dice acercándose a mi y pegando sus labios a los míos.
-Hagamos  algo-dice  cuando  nos entregan  los  menús, la miro,  -Escoge  cualquier  cosa  y eso  comeré  yo,  yo  elijo  cualquier cosa  y  esa  será  tu cena-,
-Bien-acepto,  -Pero  si  tiene  hongos  no  lo  como-, le  sonrío  y  ella  explota  de  la risa,  
-Bien, sin hongos-.
No tengo  idea  que  es  lo  que  ordenamos pero  eso  es lo  que  hace  las  cosas divertidas, porque  Alexis termina  odiando  su comida y  se  come  medio  plato  de  la  mía.
-Por  favor-dice  cuando  la  acompaño  hasta  la puerta  de  su edificio,
-Lexi-protesto  riéndome,  
-Hoy,  mañana no  molesto-dice  haciendo  pucheros,
-De  acuerdo  pero  me  iré  temprano-,
-No  importa-dice,  -Con  que  duermas  conmigo  va a  estar bien-,  me  rio,
-Dame  las  llaves  del garaje,  no  voy  a  dejar  el auto  de  Nate  en  la calle-,  asiente  y  camina hasta el garaje para abrirme la puerta, corro al auto y lo entro.

¿Hay lugar para el amor? (Libro 2 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora