45. Alexis

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No me puedo creer que  esté  por hacerme  el amor.  Mi  cuerpo  arde  en deseos  y  lo único  que  ha hecho  ha sido  besarme  y  acariciarme  a  través  de  la ropa.
Mis  manos  vagan  por su  abdomen buscando  el  elástico  de  su pantalón  de  chándal, ¡Gracias  al cielo  ha  traído  ropa!  
-Te-dice  levantando  mi remera,  -Amo-,  mi  cuerpo  vibra  con  la declaración.   Cuando  estuvimos  juntos aquel fin  de  semana,  mantuve  una parte  de  mis emociones alejadas del asunto,  se  suponía  que  era sexo  sin sentimientos  y, se supone que eso hice  pero,  ahora,  me  dejo llevar por todo  lo  que  hace.
Una vez que  mi remera  está fuera,  envuelve  uno  de  mis pechos  con  sus labios  y  tiro  de su cabello  gimiendo, sus  manos se  deslizan  por  mi estómago  y  el  elástico  de  mi culotte,  ¡Ya! chillo  en  mi  cabeza.  
Reparte  sus atenciones  entre  mis pechos antes  de  trazar un  camino  de  besos desde  mi ombligo  hasta  el  elástico  de  la tela, se  detiene  y  me  mira, deseo quema  en  sus ojos. Con  sus dedos desliza mis  bragas fuera de  mis piernas, se  quita  el pantalón  y,  ¡Carajo!, está  desnudo,  
-¿No  esperabas que  duerma así o  sí?-pregunta  riéndose  seguramente  de  mi  expresión de  asombro, niego,  -Más libertad-admite  antes  de  besar mis  piernas, gimo  recordando  su boca en mi  sexo  aquella  vez.  Sus  manos abrazan  mis piernas mientras  él respira  entre  ellas, -Muero  de  ganas  por  comerte-dice,  mi  cuerpo  entero  se  arquea  con  lo que dice,  -Pero  voy  a  dejarlo  para  después-, besa  mi  clítoris y  sube  hasta  quedar  cara a  cara  conmigo,  -¿O quieres  que  vuelva ahí?-pregunta  divertido,  asiento,
-Después,  ahora  quiero  que  me  ames-admito.   Me  besa  con  pasión, su boca devora la  mía como  nunca antes  lo  ha hecho, deslizo  mis manos por  su  muscular espalda,
-Gracias gimnasio-murmuro  en  su boca, él  se  ríe. Con  un  ágil  movimiento  me  deja encima  de  él,  
-Gracias gimnasio-dice  apretando  mi  trasero  en sus  manos,  exploto  de  la risa y  lo  beso, sintiéndome  atrevida,   -Mmm...-gime,  -Si sigues  besándome  así  voy  a  venirme-me  rio  y  hago  que  vuelva  a cubrirme  con  su cuerpo, no  quiero  estar  arriba.  
Sus manos se  aferran  a  mi  cintura, lo  quiero,  lo  necesito. Busco  su  erección  con  una mano y  la  aprieto  entre  mis dedos  haciéndolo  gemir,  lo  guio  hasta  mi  entrada  y  ahí lo  dejo mientras él  me  besa,
-Apresurada-se  burla  mirándome  a los ojos,  se  queda así  unos segundos  y  luego  se  hunde dentro  de  mi, grito  frente  a la invasión, 
-¿Estás bien?-pregunta  sin  moverse,  asiento, deleitándome  con  la sensación  de  plenitud,  
-Más-pido,  él sale  y  vuelve  a entrar pero  esta  vez llegando  más lejos,  se  queda  ahí  para que  me  acostumbre  a  él, besa  mis hombros  mientras  incrusto  mis uñas  en  sus  bíceps,  
-Voy  a  moverme  Morena-anuncia, lo  miro  y  asiento, se  retira  y  vuelve  a  entrar, llenándome  aún  más. Y  así  lo  hace  en  cada estocada, llegando  más lejos  hasta  tocar fondo, no puedo  creer  que  su longitud  sea tal  que  llega hasta  donde  nadie más ha llegado.  
Incrementa el  ritmo  mientras mima  mis  orejas,  cuello  y  hombros con  sus labios,  deja de  apoyarse  en  una de  sus  brazos para  sostener  mi rostro  y  devorar  mi lengua.  Lo  amo, de verdad,
-Lex...-gime,  -Te. Amo.-, gimo  mientras  me  besa, estoy  a  punto  de  venirme.  Pongo  mis manos en  su  trasero  ayudándolo  a  moverse,
-Yo. A.  Ti-digo  con  la respiración  entrecortada,  
-Vamos-me anima,  -Dame  ese  orgasmo-pide  y,  me  deshago,  me  desplomo  bajo  uno  de  los mejor  orgasmos de  mi  vida, él se  incrusta  en  mis un  par de veces  más antes  de  chillar  mi nombre  mientras  acaba dentro  de  mi,  la sensación  es  exquisita y,  me  encanta,  me  encanta  que  nunca haya usado  un  preservativo,  me  encanta sentirlo  tan  libre  dentro  mío.
-Dios-exclama desplomándose  sobre  mi,  -Te  amo-dice, me  mira  y  sonrío,
-Te  amo-afirmo,  me  envuelve  en sus brazos y  me  acuesta  sobre  él,  
-Me  encanta-admite,  lo  miro,  -Me  encanta  que  te  amoldes  a  mi tan bien-sonrío pasando  mis dedos por su  barbilla,  
-A mi también-admito, besa mi frente  mientras acaricia mi  cabello, haciendo  que  me relaje sobre él.

¿Hay lugar para el amor? (Libro 2 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora