26. Isadore

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Agradezco  que  Tobias  haya  dejado  el auto  en el  estacionamiento  del aeropuerto, quiero  ir mi  casa  o  a  la suya,  cualquiera, lo  necesito  y  ahora.
-¿Te  dejo  en  casa?-pregunta mientras salimos del  aeropuerto
-Solo  si te  quedas, si  no  llévame  a  tu  casa-,  él se  ríe,  
-¿Dónde  te  gusta  más?-, besa el dorso  de  mi  mano,  
-La  tuya-,  él sonríe,
-Bien  señorita,  mi  casa  entonces-.
Sé que  él  también  siente  lo  mismo  que  yo  en  este  momento,  esas  dos palabras  me dieron  una  visión  panorámica de  la relación  y,  estoy  enamorada  y,  él  me  ama. Nunca nadie me  lo  ha dicho, es el primero  y,  el corazón  se  me  acelera con  tan  solo pensar que  lo  ha dicho  y,  que  lo  ha  hecho  sin que  yo  se  lo  pidiera, lo  ha hecho  porque  lo siente.
Con  su  mano  en  mi  espalda, me  guía hasta  el ascensor  del garaje  de  su edificio, no  es la primera  vez que  vengo  asique  todo  esto  ya  me  es  familiar.  Lo  que  no  me  es familiar es  la  forma en la que  me  besa,  como  si  fuese  la  primera,  con desesperación, pasión  y  amor, sí, amor.
Dejo  todo  en el hall  de  entrada  mientras él  cierra  la puerta,  cuando  se  voltea  a mirarme  sé  exactamente  que  por  mi  mente  pasa  lo  mismo  que  por la de  él.  Me  rio,  me  quito las sandalias y  corro  hacia su  habitación, lo  escucho  reírse  mientras  me  persigue,  
-¿Dónde  crees  que  vas?-dice  cuando  me  atrapa,  me  rio  como  tonta  enamorada,  -Yo  sé a dónde  deberías  estar-dice,
-¿Dónde?-,
-Aquí-anuncia dejándome  sobre  la  cama, se  quita  las  zapatillas y  sube,  empujándome contra  el colchón. Lo  beso  mientras su  manos vagan  por  mi cintura,  
-Te  amo  mi  amor-susurra  besando  mi cuello,  se  me  pone  la piel de  gallina,  
-Tobi-lo  llamo,  
-¿Ajá?-,  enredo  mis dedos  en su pelo  cuando  siento  su  aliento  a  través  de  mi remera, cerca  de  mi estómago, quiero  decírselo  pero  no  me  animo  asique  lo  obligo  a  besarme  y,  cómo no  me  animo  a  abrir  la  boca, trato  de  poner  en  actos lo  que  mi  mente  piensa. Tiro  de  su remera,  obligándolo  a  quitársela,  me  mira  unos segundos  y  sonríe,  pasa sus dedos por  mi rostro  muy  delicadamente,
-Eres  hermosa-dice  haciendo  que  el  corazón  me  dé  un  vuelco, toma  el borde  de  mi remera y  la saca por  mi  cabeza, estampillando  su boca  contra  la  mía después. Sus dedos se  deslizan  suavemente  sobre  toda  mi piel,  haciendo  que  lo  desee  aún  con más intensidad. Incrusto  mis uñas en  su  espalda  mientras él  desliza mi  jean  fuera  de  mi piernas. Besa  mis  muslos un  par de  veces antes de  besar mi  estómago,  
-Mi amor...-susurra,
-¿Hum?-, se  separa de  mi y  me  mira, lleva las  manos  a  su jean  y  lo  desprende, quitándoselo  luego.  Me  siento  sobre  la  cama  y  lo  beso, lo  amo  y  quiero  demostrárselo,  
-Te  amo-le  digo,  él sonríe  contra  mis labios  y  me  empuja de vuelta  contra  el colchón,  
-Yo  a  ti  mi amor-dice.  Desliza sus dedos  en  los  elásticos de  mi corpiño  y  lo  desprende, liberándome  de  él.  Estimula cada uno  de  mis pechos  con  su boca  y  sus dedos,  mientras empujo mis  manos dentro  de  su calzoncillos para alcanzar su  trasero,  gime  en  cuanto  lo  hago,  
-Un...-susurra  mientras  pasa sus labios  por  mi  estómago,  -Espectáculo...-, respira  sobre mi ombligo, -Eso eres-dice deslizando mi ropa interior, lo ayudo a sacarla.

¿Hay lugar para el amor? (Libro 2 de 3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora