prólogo

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La primera vez que había visto la estatua en la fuente, no tenia ni idea de lo que era Vincent. Ahora, cuando miraba la belleza etérea de las dos figuras conectadas, el apuesto ángel, con sus rasgos duros y oscuros, centrado en la mujer que acunaba en sus brazos extendidos, que era todo dulzura y luz, no podía faltar el simbolismos.

La expresión del ángel parecía desesperada. Obsesionado, incluso. Pero también tierno. Como si el estuviera mirándola para salvarle y no al revés. Y de repente todo, el nombre de Vincent para mi me vino a la mente: mon ange. Mi ángel. Me estremecí, pero no de frío.

Jeanne había dicho que mi encuentro había transformado a Vincent. Yo le había dado una "nueva vida". Pero, ¿estaba esperando el que yo salvara su alma?

Mi Vida Por La TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora