Capitulo 5

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estaba tan conmovida que no lo podía dejar por un
momento. Finalmente, después de permitir al personal de
la cafetería utilizar la mitad de su botiquín de primeros
auxilios en mí, insistí en que podía hacerlo en mi casa por mi propia
cuenta y me tambaleé hacia atrás, sintiendo mis piernas como bandas
de goma. Mamie estaba saliendo por la puerta principal cuando llegué.

-¡Oh, mi querida Katya! -chilló, después le expliqué lo que
había sucedido, y dejando caer su querido bolso Hermès7 en el suelo,
echó sus brazos sobre mí. Luego, recogiendo nuestras cosas, me llevó
de vuelta a casa, me metió en la cama e insistió en tratarme como si
fuera una tetrapléjica en lugar de su ligeramente raspada nieta.

-Ahora, Katya, ¿estás segura de que estás cómoda? Puedo
traerte más almohadas si quieres.

-Mamie, estoy bien, de verdad.

-¿Todavía te duele la rodilla? Puedo poner algo más en ella.
Quizás debería estar elevada.

-Mamie, la trataron con un millón de cosas de su botiquín en la
cafetería. Es sólo un rasguño de verdad.

-¡Oh, mi querida niña! Pensar lo que podría haber sucedido -
presionó mi cabeza en su pecho y acarició mi pelo hasta que algo en mí
se rompió y empecé a llorar.

Mamie me arrulló y me abrazó hasta que grité.

-Sólo estoy llorando porque soy débil -protesté por mis
lágrimas, pero la verdad era que me estaba tratando igual como hubiera
hecho mi madre.

7
Hermès: marca de moda muy conocida sobre todo por sus bolsos.

Cuando Georgia vino a casa, escuché a Mamie contarle sobre mi
"experiencia cercana a la muerte". Mi puerta se abrió un minuto
después y mi hermana corrió dentro mirándome tan blanca como un
fantasma. Se sentó silenciosamente en el borde de mi cama mirándome
fijamente con los ojos grandes.

-Está bien, Georgia. Sólo estoy un poco arañada.

-Oh, Dios mío, Katie-Bean, si algo te hubiera sucedido... eres
todo lo que me queda. Recuerda eso.

-Estoy bien. Y nada va a sucederme. Me mantendré lejos de los
edificios cayéndose a pedazos por ahora. Lo prometo.

Forzó una sonrisa y extendió su mano para tocar la mía, pero
mantuvo su mirada fija.

Al día siguiente, Mamie se negó a dejarme salir de casa,
insistiendo en que me relajase y me "recuperase de mis lesiones".
Obedecí, siguiéndole la corriente, y pasé la mitad de la noche leyendo
en la bañera. No fue hasta que me hube perdido en el agua caliente y
con un libro, que mis nervios se apoderaron de mí, y me senté allí,
temblando como una hoja. No me había dado cuenta de lo tan asustada
que me había dejado el estar cerca del edificio en ruinas hasta que metí
mi cabeza en la bañera durante varias veces con agua caliente para
calmarme. En última instancia, me quedé dormida con pequeñas
plumas de vapor elevándose desde el agua a mí alrededor.

Cuando pasé por la cafetería al día siguiente, estaba cerrada, y la
acera de enfrente del edificio estaba acordonada con una cinta de
policía de plástico amarillo. Los trabajadores en mono azul eléctrico
estaban elevando el andamio para que los constructores empezaran a
estabilizar la fachada. Tendría que encontrar otro lugar para mi lectura
al aire libre. Sentí una punzada de decepción cuando me di cuenta de
que ese era el único lugar en el que tenía la oportunidad para ver a mi
obsesión reciente. ¿Quién sabía cuánto tiempo pasaría antes de que me
encontrara con Vincent otra vez?

Mi Vida Por La TuyaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora