Lluvia.

1.2K 117 23
                                    




Pov. Jade:

Pasaron varios minutos antes de decir nada.

–Yo también estoy enamorada de ti, y no me importa que vuelvas a marcharte siempre y cuando sepa que estas a salvo, conmigo o sin mí, te amo, siempre –.

Los ojos de Perrie se humedecieron y pude sentir una vez más sus eternas ganas de llorar, pero se contuvo de nuevo y tragó saliva. No sabía cómo sentirme al escuchar aquella historia, sabía que Perrie había sufrido en un pasado, pero jamás me imaginé que hubiese estado en la cárcel o metida en alguna mafia, me sentí estúpida y mala persona por enfadarme de tal manera, ahora comprendía a Leigh-Anne, y porque no me lo contó, tener que explicar algo así debía de ser algo muy difícil, y no sabía de qué manera reaccionar, Perrie aseguró que iba a odiarla pero no es así; no la odio, mucho menos, ha sido capaz de contarme una parte de ella que estoy segura de que muchas personas desconocen, ahora estoy más segura que nunca de que estoy enamorada de ella.

–Así que... ¿Estoy enamorada de una chica mala? –, Perrie comenzó a reír y con eso reímos ambas.

Después de varios segundos nos miramos y fue cuando el tiempo paró a nuestro alrededor, todo dejó de tener importancia, solo ella y yo.

Posé mi mano sobre su mejilla y la besé cuan dulce pude, atrapando sus labios con fiereza, pero con cuidado, acarició mi pierna con ternura provocando un pequeño escalofrío que recorrió toda mi espalda, apretó mi piel clavando sus uñas, y entonces un calor infernal se concentró en un lugar indebido. Aparté su mano colocándola sobre mi cintura, y sonreí contra sus labios, su lengua jugó en mi boca provocando mil emociones juntas al mismo tiempo, la mía también se unió al juego. Me moví un poco para tener más proximidad, y entonces aparté mis labios y hundí mi rostro en su cuello, disfrutando de su dulce aroma, sintiéndome completa a su lado. Rodeé mis brazos sobre su cuello y la abracé con todas las fuerzas que tenía, mi abrazo fue correspondido. Sentí la respiración caliente de Perrie sobre mi clavícula al sentir un beso húmedo sobre ella.

Sentí como Perrie se aferró a mí, como nunca antes. Sentí su corazón palpitar contra su pecho, y el mio a ritmo sonoro. No mintió cuando dijo que me amaba, lo sabía porque mi corazón se encontraba en el mismo estado, desbocado y sin control.

Perrie decidió llevarme a cenar. No sabía dónde ni porque, pero quiso, después de contarme todo aquello sentí su rostro relucir más que nunca antes, trataba de no sonreír, pero le era inevitable, aún estaba cansada y la cabeza de vez en cuando me dolía descomunalmente, fuimos a un simple restaurante y cenamos tranquilamente, ella y yo, solas, sin nervios ni miradas tímidas, sintiéndonos cómodas la una con la otra, disfrutando de nuestra compañía mutuamente, Perrie escogió lo que íbamos a comer, dijo que me arriesgase, no me arrepentí de haberle dejado elegir, pescado y patatas asadas, acompañado por una ensalada de tomates y lechuga fresca, también bebimos vino tinto, estaba exquisito.

–Se hace tarde, mañana tengo que ir a trabajar y sigo cansada –. Bostecé estirando mis brazos, una lagrima por culpa del cansancio rodó por mi mejilla.

–No tienes por qué seguir yendo a ese sitio, hablaré mañana con la escuela de Nueva York para que nos busquen otro trabajo, y si no yo lo haré por las tres –. Miró para ambos lados, y sujetó mi mano, acariciándola con su dedo pulgar, nerviosa –No tienes por qué seguir en ese sitio infernal con ese idiota, te encontraré algo mejor –.

–Perrie... no quiero estar de trabajo en trabajo, pagan bien y... –.

–Te puede hacer daño, sabe que te amo y hará lo posible por dañarme, y ahora mismo no hay nada que me duela más que tú, no puedo permitirlo, simplemente llama y dile que has encontrado una oferta mejor, o... –.

I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora