I'm in love with a dirty | Jerrie thirlwards

Conversacion absurda.

Pov. Perrie:

Dos semanas después...

–Definitivamente odio este trabajo. –Solté el delantal sobre el mármol de la cocina.

–¿Soy la única que tiene pensamientos positivos a cerca de este trabajo? –Leigh alzó las manos quejándose por mi queja.

–Bueno tú eres negra, te tendrán miedo, y por eso no te dicen nada. –Me reí con eso, recibiendo un golpe de mi hermanastra en el hombro.

–Eres la persona más idiota del mundo. –Reí por un momento, y me dirigí al sofá.

–Tranquilízate, haremos menos horas cuando comencemos las clases... –Miró su reloj y después el calendario que había en la nevera. –No quiero comenzar a sumar, pero queda muy poco. –

–Dios, no aguanto más. –Caí de espaldas en el sofá, y encendí la televisión.

Pov. Jade:

–¿Dónde se supone que vamos? –Murmuré subiendo al coche.

–Sorpresa, es uno de mis sitios favoritos de toda Nueva York, no quiero decirte nada hasta que lo veas. –Harry, cerró la puerta después de que yo entrase. Y comenzó a conducir, en dirección desconocida, aunque, todas las direcciones eran desconocidas para mí en esta ciudad.

Esta vez traía un coche, creo que mencionó que se lo dejo su padre... O posiblemente, que lo cogió prestado, no presté mucha atención, solo lo prefería antes que la moto.

–¿Puedo hacerte una pregunta? –Habló, después de casi media hora de silencio en el coche.

–Lo que sea. –Sonreí, y él me miró un segundo, haciéndome saber que me escuchó, para después volver su mirada a la carretera.

–¿Pasa algo entre Perrie y tú? –Preguntó apretando el volante, incomodo. –Quiero decir, el otro día casi me obligas a besarte porque ella estaba delante, y jamás hablas de lo que haces en casa, ni como si vivir con dos "Amigas" –Hizo las comillas con solo una mano. –Fuese una tortura, y tampoco hablas de Perrie, y es obvio que no tienes una buena relación con ella, pero tiene que ser por algo. –

–No pasa nada entre nosotras. –Me miró deprisa con el ceño fruncido. –En ningún sentido, pasa algo entre nosotras. –Alce las manos algo cabreada. –Y no tiene que haberlo, ni es mi amiga. –Me cruce de brazos, indignada.

–Cuando me llamaste el otro día, el sábado, porque necesitabas despejarte, me dijiste que te habías peleado con alguien, ¿Fue con Perrie? –Asentí. –¡NO, NO, QUE MIERDA! –Salté prácticamente al escuchar a Harry gritar.

–¿Qué pasa Harry? –Hable asustada.

–¿Cerrados Lunes, Miércoles y Jueves? –Golpeó el volante. –¿Cuándo se ha puesto esa norma? –

–Bueno, Harry tranquilo. –Reímos los dos, el lo hizo frotando sus manos contra sus ojos. –Cambio de planes, pasaremos la noche en mi apartamento, Perrie y Leigh-Anne estarán dormidas, así que puedes llamar a Lauren, por ejemplo a alguna amiga o amigo para que vengan. –Me encogí de hombros, Harry asintió y dio la vuelta con el coche.

–Si están durmiendo, ¿Cómo pretendes llevar personas? –

–No hay quien las despierte. –Dije mientras se encaminaba al apartamento, fue un viaje estupido. –Puede haber un jodido terremoto y esas dos seguirían durmiendo como lirones. –Hice reír a Harry, me alegraba saber que aún hacía reír a las personas.