Capítulo 3

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Fruncí el ceño y reí. Wow, de verdad me había hablado. ¿Quien era este tipo? 

Abrí mi laptop y busqué su nombre en Google: "Jared Leto". Era cantante de 30STM, eso lo sabía y a pesar de que no tenía el gusto de conocer las canciones de la banda conocía su nombre. Me sorprendió la cantidad de películas conocidas en las que estuvo y la mas reciente había sido Suicide Squad la cual no había visto. Magg, de verdad eres una aburrida, lo sé. La verdad amo las películas pero con tanto estudio no tuve tiempo de ver Suicide Squad y en cuanto a su música... prefería las viejas bandas, The Beatles, Stones, The Doors, etc. 

Volví al teléfono y sonriendo le respondí 

M: Creí que te había dado el numero mal, mi plan fracasó. 

A los pocos segundos me respondió. 

J: Bueno... quizas este no es tu numero y en realidad me escribe un loco psicopata en pijama comiendo helado... 

Reí. Giré mis ojos y me senté en la cama, ¿Por que me habrá hablado?. Estaba por responder cuando en la pantalla apareció su nombre en grande y un "Llamando" Junto a un teléfono rojo y otro verde. Estaba llamándome. Rápidamente encendí la luz y respondí algo extrañada. 

-Hola...?- Dije frunciendo mi ceño. 

-Hola, ¿Hablo con un psicópata anciano y gordo?- 

Solté una risa y negué. 

-No, soy yo de verdad- Afirmé. 

-Ufff- Suspiró aliviado. -Creí que un loco tenía mi numero- 

-No- Reí. -Por suerte no es así- 

-Hey, que linda risa tienes- 

Me quedé algo confundida y me sonrojé. 

-Ehmm.. gracias supongo- 

-Escucha- Dijo con su voz grave y algo ronca. -Agendate mi numero y no olvides pasarme el video cuando lo hayas hecho- 

-Claro, no me olvidaré- 

-Genial- Hizo silencio por algunos segundos. -¿Saldrás esta noche?- 

-Si- Afirmé. -De mi cama al refrigerador y del refrigerador a mi cama- 

Soltó una risa muy bonita, podía jurar que estaba recostado en algún lado, tu sabes, cuando estas recostado tu risa se hace tan fuerte y natural, es casi adictiva. 

-Esta bien, es un gran plan a decir verdad-

-Sip, lo es, ¿Que hay de tí?- 

-Quizas voy a un bar con unos amigos y mi hermano pero... no lo sé, hace mucho calor afuera- 

-Hm si, suele pasar. Bueno- Me recosté otra vez. -Espero que lo que elijas sea la mejor opción- 

-Muchas gracias Magg...- Dijo con un tono suave, se notaba la sonrisa en su cara. 

-De nada. Bueno... nos ¿Hablamos luego...?-

-Hm... mejor nos vemos luego- 

Me quedé en silencio con una sonrisa. Reí un poco y mordí mi labio inferior mirando hacia el techo. 

-Esta bien... nos vemos luego Jared...-

-Adios Magg- 

Y colgué. ¿Por que siento que mi estomago va a explotar en cualquier momento por tantas cosquillas?, hacía mucho que no sentía ese extraño cosquilleo que sientes cuando algo te gusta tanto...No me gusta Jared igualmente. Es decir, no me puede gustar, solo... solo lo conocí hoy. 

Luego de unos minutos de refelxión, me fuí a dormir, me esperaba una larga mañana de trabajo. 

Me levanté a las 7 am como siempre para ir a Starbucks en el centro de Los Angeles, no era un gran trabajo pero me pagaban bien. Llegué y saludé a mi jefe y mis compañeros para comenzar a trabajar. 

La maldita frase "Buenos Días y bienvenido a Starbucks, ¿Que desea?" Ya me estaba volviendo loca. Atender la caja era el mejor puesto luego de encargado pero... a veces extrañaba hacer los cafés. 

Atendí a bastantes personas para ser sábado a las 8 de la mañana. Por fin tuve el primer receso y fui a unos sillones para el personal y me quedé escribiendo cosas para la universidad. 

Los 20 minutos mas cortos de mi vida claramente. 

Volví al puesto y cuando un chicos se acercó a la caja comencé con mi rutinario monologo. 

-Buenos Días y bienvenido a Sturbucks ¿Que dese...?- 

Levanté mi vista y me impidió poder seguir con la siguiente palabra. Una sonrisa, muy grande, y unos dientes perfectos y blancos interrumpieron mi concentración. Dos ojos celestes miraban directamente a los míos. Su cabello marrón hacia atrás algo revuelto hizo que lo reconociera al instante. Llevaba una remera roja musculosa con un pantalón de mezclilla. Creo que fue la única persona en mi vida a la que conocí un día y reconocí al siguiente. Siempre me olvido de los rostros de las personas. Era Jared. 

-¿Jared..?- Fruncí el ceño algo extrañada con una sonrisa. 

-El uniforme si que te queda bien- Dijo riendo un poco. 

Me sonrojé y negue mientras mordía mi labio inferior. 

-¿Que haces aquí?- Pregunté entre risas. -Esto si que es gracioso- 

-Bueno... el estudio donde estoy grabando esta a dos cuadras de aquí y vine por un té y una tarta de manzana- Sonrió. -Lo extraño aquí eres tú.- 

-¿Extraño?- Dije mientras miraba la caja y marcaba los productos que iba a llevar. -Tu trabajo es en un estudio, bueno, pues mi trabajo es aquí.- 

-Si si, lo entiendo solo que... siempre vengo aquí y me pareció raro que nunca te haya notado..- Dijo con una sonrisa de oreja a oreja abriendo su boca solo un poco. 

Sentí como mis mejillas se sonrojaban otra vez mientras intentaba concentrarme en la caja. 

-¿Puedo ofrecerte algo mas?- Le pregunté mirándolo. 

-No- Negó. -Eso está perfecto- 

-Serían 9 dólares con 75 centavos- Le dije sonriendo. 

El sacó su billetera y me dio un billete de 10 mientras se ponía sus anteojos se sol. 

-Quédate con el vuelto y..- Lo miré. -¿Quieres hacer de mi estadía en Starbucks mas satisfactoria y acompañarme mientras tomo mi té?- 

Levantaba sus cejas en juego y solté una risa. 

-Me encantaría que vuelva a elegirnos pero lamentablemente tengo que quedarme aquí así me pagan a fin de mes- Fingí un puchero. 

Jared bufó y giró sus ojos con fastidio. 

-Bien.- Me señaló con su dedo indice. -Pero la próxima mas te vale que me digas que si- 

-Veremos- Reí. -Ya vete- 

Jared sonrió e hizo una reverencia en juego. 

-Adios dama- 

Reí y fue a retirar lo que compró. Me quedé como 2 minutos mirándolo mientras caminaba hasta el costado del mostrador mordiéndome mi labio y sintiendo como se erizaba mi piel. 

Basta Maggie, tienes que trabajar. Jared retiró sus cosas y se fue del local no sin antes soplarme un beso mientras yo atendía a otros clientes. Salí de trabajar a las 12 del medio día y como siempre, no tenía planeado comer. Solo ingerí una barra de cereal la cual era suficiente para que no me desmaye. Ya con mi ropa puesta fui hasta la parada de autobús mas cercana y de repente, escuché mi teléfono sonar. 


19-30 (Jared Leto)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora