Capítulo 7

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Llevaba varios días intentando buscar un momento oportuno para poder hablar con Lexa, pero parecía que no existía ninguno. La chica se iba a dormir temprano, así que no coincidían por la noche y cuando estaban en el mismo sitio, siempre estaba Alycia cerca, y obviamente, una conversación como aquella la quería tener en privado.

Además, ¿qué se suponía que iba a decirle? ¿Que se tenía que ir porque no podía estar todo el día pasándolo mal para no lanzarse a su cuello?

Sonaba tan infantil... Pero lo cierto era que es que lo que allí pasaba era mucho más que eso, porque Clarke no estaba segura que aquello no fuera recíproco, y si lo era, las posibilidades de que llegase a pasar algo estaban presentes, y eso no estaría bien. No si ella era la canguro de su hija.

Por otro lado, tampoco quería ponerla una mala excusa que, además, sería una mentira, como por ejemplo, que no era buena en su trabajo o que su hija no estaba contenta con ella.

De repente pensó en ella, en la pequeña Alycia. ¿De verdad quería hacerle eso? Hacía tiempo que no la veía tan feliz y todo era porque tenía a Lexa a su lado, y ella se la iba a arrebatar siendo egoísta.

La observó en el suelo del salón mientras ella y Lexa hacían un puzzle que la morena le había comprado, y Lexa se giraba de vez en cuando para sonreírle a Clarke, y ella no era de piedra, aquella sonrisa acompañada de esa mirada profunda la absorbía completamente.

¿A quién quería engañar? Le encantaba tenerla allí, ver cómo había traído color a su casa, a la vida de su hija y, por supuesto, a la suya.

-¡Mira mami! - La voz de la pequeña llamó su atención y vio cómo su hija le mostraba con entusiasmo el puzzle ya finalizado - Lo he hecho yo solita.

-¡Eh! ¿Y yo qué? - Protestó Lexa en tono de broma y a Clarke le pareció tan adorable que tuvo que contenerse para no ir y comérsela.

-Lo habéis hecho las dos perfecto, ¿queréis que pidamos algo de comida para celebrar vuestro triunfo con el puzzle? - Propuso la rubia.

-¡Comida china! - Gritó Alycia.

-¿Comida china? - La niña asintió - ¿Te parece bien, Lexa?

-Genial, me encanta la comida china - Se giró para guiñarle un ojo a la pequeña, que le chocó la mano.

Llevaban ya un rato esperando a la comida mientras veían la tele y hacían bromas entre las tres cuando sonó el timbre.

-¡Bien! - Alycia se levantó de golpe del sofá, y fue con su madre hasta la puerta para recibir al repartidor.

Clarke abrió la puerta y quien estaba allí no era precisamente el repartidor.

-¿Mami?

-Hola, tesoro.

-¿Nylah? - Dijo Clarke con una expresión confusa en su cara, y Lexa que se encontraba dentro, se quedó helada al escuchar aquel nombre.

-Hola, Clarke - Dijo mientras se agachaba para coger a la pequeña en brazos, que se había acercado a ella.

-¿Qué haces aquí? - Preguntó la rubia, aún muy extrañada por aquella visita.

-Pues vengo a ver mi pequeña - Le dio un beso a su hija.

-¿Pero no estabas en...?

-Sí, estaba viajando por Europa, pero he vuelto porque echaba mucho de menos a este bichillo - Dijo mientras su tono se volvía más entrañable y le hacía cosquilla a la niña que se revolvía entre los brazos de la rubia mientras reía - ¿Quieres venirte unos días con mami, cariño?

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