εννέα

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Jason esperaba impaciente en su casa para que su hermana llegase, no había llegado y ya era tarde para que estuviera tan noche afuera.

Suspirando pesadamente, tomó el teléfono inalámbrico y arrepentidos e con cada tecla ir presiona llamó a la única persona que quizás si sabía dónde estaba.

Atrás en el fondo se escuchaba como música de discoteca se hacía presente, —¡No Dylan ya!— exclamó una voz risueña. El ánimo y coraje se le fueron hasta el suelo y el centro de la tierra.

Con una voz risueña por fin contesto, —¿Bueno?, ¿Quién es?—. Jason se debatía por decirle algo o colgar el teléfono ya antes de que se pudiera en vergüenza.

Un Ding lo saco de sus pensamientos, el reloj marcaba las doce de la madrugada ya. —¿Piper, Thalia está contigo?—

Lo único que se escuchaba era el sonido de unas bocinas destruyendose con cada ola de radio. Después de unos segundos, un poco aturdida respondió. –Eh... Algo así— respondió un poco dudosa.

Frunció el ceño.

—¿Cómo que algo así?, Es si o no Piper, no pienses que tengo todo el tiempo del mundo.— dijo mientras se sorprendía de la nueva valentía que tuvo.

El tartamudeo un poco antes de responder.

—Si se, pero no te puedo decir— Jason comenzaba a irritarse.

—Lo siento Jason, pero ella me pidió que fuera un secreto—.

Jason tan si quiera se despidió. Colgó el teléfono para ir corriendo hacia su auto y conducir hacia la casa de Percy.

~

Jason llegó a la mansión blanca la cual disparaba luces de colores por todos lados. Percy bajó del asiento de co-piloto.

Al caminar unas cuantas cuadras entro a la mansión sin preguntar si podía. El ambiente tenía un olor cargado a licor, parejas demostrando su "amor" donde se veían en los sofás, rincones y hasta en el piso de la pista de baile.

Jason hizo una mueca de asco.

Una embriagada Piper lo jaló de la camisa azul bebe que traía puerta hacia los cuartos de arriba. Percy siguiéndolo de cercas.

—Se metió a este cuarto.— apuntó hacia una puerta de color crema como las demás, —Y no ha salido en todo lo que resta del maldito día— dijo antes de irse.

Jason tocó.

No se escucho un pasen ni nada... Pero él entró.

Lo que no se espero es ver a Nico y su hermana en la cama semidesnudos, besándose como si no hubiera un mañana.

Antes de tan solo decir algo, lo jalan por de atrás de la camisa y cierran la puerta de inmediato.

—¿Qué rayos crees que haces?— pregunto Piper.

Jason la vio con ojos desorbitados, a pesar de que su aliento llevaba un olor a alcohol tremendo, seguía con su fragancia de perfume seguramente caro importado de Francia.

—¡di Angelo se está cogiendo a mi hermana!, ¡Suéltame!— grito Jason mientras trataba de abrir la puerta.

—Eh... Te espero en el auto— dijo Percy mientras se iba.

—¡Déjalos!— dijo Piper mientras se reía.

—¿¡Para que?!, ¡Para que se destrocen el corazón a la vez!— grito mientras ella se volvía sería.

Enojado y sin voltear una vez más, el de fue corriendo con todos sus sentimientos mezclados.

















Gina Triste Vainilla

Las Peligrosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora