έντεκα

558 33 38
                                    

—¿¡Que mierda me vez!?— le gritó Thalia a un chico de nuevo ingreso. El tipo solamente se encogió en su lugar.

—T-t-t-tengo u-u-u-una c-c-c-c-arta p-p-p-p-ara c-c-c-c-c-c-alypso— tartamudeo el chico de hermosos ojos verdes.

Annabeth decidió tomar esto en sus manos antes de que Thalia lo mate en medio estacionamiento.

—Haber, dámela— ofreció su mano.

El chico sin embargo, negó con la cabeza. —Me dieron i-i-i-i-instrucciones exclusivas solamente para entregarle a e-e-e-e-e-e-ella—.

Hazel entró a acción, —Tranquilo, no te vamos a hacer nada— dijo mientras le acariciaba su cabello rubio cenizo. —Solo entrega la carta y es todo—

El chico siguió negando.

—¿Quien debe de enterarse que nos diste la carta?— le susurró Piper en oído sugestivamente.

—Nadie— respondió el ya más calmado. Piper sonrió, habían ganado esto, —Pero me gusta ser honesto por eso no lo hago— respondió decidido el champiñón.

Thalia gruño.

—Tranquilas chicas— comunicó Annabeth, —No lo dejaremos salir de aquí sin entregarnos esa carta— sonrió diabólicamente Annabeth.

Ella, Piper y Hazel tenían el 1er periodo libre. A Thalia le daba igual entrar a clases o no. Y Calypso siempre llegaba tarde. Bueno... ahora que lo piensa Annabeth... la mayoría de las veces llega tarde.

—¡Hey chicas ya llegue!— grito Calypso feliz justo cuando toco el timbre. El chico parecía agitado y mortificado por no llegar a clases a tiempo.

—¿Quien es este?— pregunto Calypso al ver a sus amigas rodeando un pequeño de nuevo.

Enseguida sus amigas dejaron de rodear intensamente al pobre champiñón.

—Este tipo reclama tener una carta para ti de parte de un completo desconocido— Calypso comenzó a sonreír de oreja a oreja.

—¿Festus?— pregunto con emoción y alegría Calypso.

El chico asintió aliviado de al fin tener una respuesta alguna.

—Ten toma, se me hace tarde para clases— dijo el chico tomando su mochila del suelo y trotando hacia ella entregándole la carta. —¿Como se llama la chica de ojos azules?— pregunto curioso.

Caly sonrió, —Thalia, Thalia Grace— el chico sonrió tímidamente, Calypso lo vio mezclarse entre la multitud.

—¡Es dos años mayor que tú!— grito mientras reía internamente.

—¿De quien es la carta?— pregunto Annabeth mientras las demás la respaldaban. Calypso intento mostrar valentía ante sus sentimientos de terror.

—Es de alguien— respondió indiferente.

—Mira Calypso, ya me tienes harta. Sin novio, sin obedecer órdenes, sin atender a las juntas... Lo siento, pero no lo siento. Tengo que sacarte de nuestro grupo y remplazarte— dijo Annabeth con su mirada clavada en la de ella. Sus ojos grises penetrándole temor.

—¡No me puedes remplazar!— dijo frustrada Calypso.

—¿Ah no?, Ja, mírame— camino pasando por ella chocando su hombro a propósito contra el de ella. Su sorpresa era tal que se resbaló la carta de las manos.

—¡Piper!— grito Annabeth a la vez que tomaban con fuerza los brazos de Calypso.

—¡NO, ESPEREN!— grito desesperada la chica de cabellos mieles.

—Vamos a ver que tenemos aquí— dijo Annabeth mientras abría la carta lentamente. Calypso pudo liberar un brazo e intento alcanzar su nota. Sin embargo, su intento fue en vano.

—¡Thalia, sostenla bien!— ordenó Annabeth hacia su amiga.

—¿Oh Wow, ahora eres una maldita copia barata de Drew?— contesto Calypso.

El fuego en los ojos de Annabeth era de espantarse.

Ella sonrió cínicamente mientras abría bien la carta y la leía en voz alta.

—Querida Caly,
Te veo después de la salida.
Tu amado Leo— un "¡No!" Se pudo escuchar por parte d Hazel.

—Así que con Leo— dijo mientras hacía bola la nota y la tiraba hacia el pavimentó mojado.

—Caíste tan bajo— dijo Annabeth mientras la tomaba de cara, —Demasiado bajo— contestó con sorna para después ordenarle a Thalia que la dejase.

•••

—¡Hey!—grito Leo hacia Percy y Jason.

—¿Si?— contestaron los dos a la vez.

—Va a caer una, ¿quieren ver el espectáculo?— pregunta con una sonrisa divertida.

—¿Quien?— pregunta claramente impresionado Jason. Percy se atreve a decir su sospecha.

—Calypso— dicen a la vez Percy y Leo. Jason abre los ojos y sonríe demoniacamente.

Los tres llegan a la cafetería alta y aprecian como le es arrebatado un collar del cuello de Calypso a la fuerza por Annabeth y Thalia.

—A partir de ahora ya no más perteneces al grupo de las 5P— anuncia Hazel en voz monótona pero muy clara para que todos escuchasen.

Calypso ve por el rabillo de su ojo a Leo y corre -gatea- hacia el desesperadamente. Leo la ve con asco y decepción.

—¡Leo, mi amor!— grita feliz, —¡Diles que somos novios, que yo nunca fui tu amante, ni una cualquiera contigo!— pide Calypso llorando de rodillas.

—Es simple hecho de estar con alguien como ese es suficiente— anuncia Annabeth.

Y para rematarle...

—Calypso, ¿de que rayos hablas?. Yo nunca te insistí en ser mi amiga con derecho... Ja! Es más, tu fuiste la que llegaste a mi de rodillas pidiéndome tener relaciones contigo— todos estaban impactos.

—¡No digas mentiras!, ¡Tu y yo somos novios!— dijo mientras le agarraba el brazo.

Leo la empuja al suelo y todos los populares se quedan en un finito silencio.

—¿Cuando te dije si quería ser mi novia?— Calypso parecía querer morir.

—Llévense la— ordenó Annabeth hacia Ethan y Dylan.

A empujones y moretones. Todo se resolvió.

Unas solas palabras tienen una cantidad de tanto poder.

Dicha poder puede ser utilizado para el bien o el mal.

El diablo no cayó por si solo del cielo.

Como tampoco en el pecador hacia el infierno.

—¡ME VENGARE DE TODOS!— grito desesperada...

—Únete a nosotros— pidieron con sorna...

—Los veré en el infierno a todos— pensó con hostilidad...
























Gina Destrozada Vainilla

Las Peligrosas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora