VI. River flows in you

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N/A: La canción es en piano, por eso no hay letra. Les recomiendo que pulsen play al vídeo en el punto del capítulo en que la melodía se desenvuelve.

VI

Oh, diosa del arco iris, cómete un snickers

El reloj marcaba las siete cuando llegaron al edificio de departamentos. Diez espacios en el minutero después, seguían sin poder ingresar. El recepcionista armó un lío con fundamentos. Nico no había pisado el edificio hacía más de un mes y no podía permitirse el lujo de dejar que un grupo de adolescentes extraños ingresara a su departamento abandonado. Will intentó explicarle que todos eran cercanos y que podía apostar su cabeza a que Nico aprobaría su ingreso, pero el hombre estaba reacio a hacer ningún tipo de negociación.

Will volvió con los demás con los hombros caídos y la mandíbula tensa.

—Es inútil, no nos dejará pasar.

—Siendo francos, de estar en su lugar, yo tampoco nos dejaría pasar —puntualizó Caroline—. Somos un grupo de adolescentes de aspecto sospechoso intentando entrar al departamento de un desaparecido a los ojos de la ley. Y para colmo, venimos a llevarnos su auto. De ser descubiertos, ni con suerte escapamos del correccional de menores.

—Ojalá Piper estuviera aquí. —Will suspiró.

—Podría intentarlo yo —sugirió Blake—. Si me concentro podría reducir su tenacidad e inculcarle algo de flexibilidad y confianza. Luego intentaría pedírselo de nuevo.

—No. —Caroline observaba al recepcionista con los ojos ligeramente entrecerrados. El hombre había colocado los pies sobre el mostrador y hablaba por teléfono—. Tengo una mejor idea.

Agarró con sus pálidas manos las muñecas de sus dos compañeros y los arrastró al callejón contiguo al edificio, cerca de un contenedor azul colmado hasta el tope de fundas negras se encargaban de ejercer el trabajo de ambiental hediondo, quizá Caroline los llevó allí para camuflar su olor de semidiós. Retrocedió tres pasos de ellos, sin quitar sus ojos de ninguno.

—Solo traten de no llorar y seguirme la corriente.

Blake y Will tuvieron que rodear sus rostros con sus brazos para cubrirse del torbellino de niebla blanca que se formó alrededor de Caroline. En cuanto el torbellino se disipó, no fue a su compañera de misión a quien hallaron en medio del callejón.

Blake retrocedió un paso.

—Por los dioses...

Will no fue tan sutil. Gritó, pero su grito se quedó atascado en su garganta, a medio salir. Señaló con los ojos desorbitados a la nueva figura, incapaz de formular palabras.

—El disfraz psicológico —Nico di Angelo se miraba con satisfacción los brazos y el resto del cuerpo—.  Ese es el poder que heredé de mi madre. Es similar su capacidad de representar los seres más influyentes en la vida de las personas que la observan, pero a menor escala. A diferencia de ella no puedo crear una ilusión en la que cada quien vea algo diferente, solo puedo crear ilusiones que afectan a todos por igual. Es lo mismo que hice con Marissa Sanders.

Eso explicaba muchas cosas. Concentrándose un poco, Blake pudo distinguir la diferencia entre el disfraz psicológico y Caroline. Deseó tener la facultad de compartir su visión con Will, que parecía estar a punto de correr a abrazarla o echarse a llorar. Podía sentir cómo la voz de Nico entumecía su razonamiento.

Trace your song  [Rebellious gods' rise #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora