Sin día, 18 años...
Camine durante un buen rato bajo la obscuridad de la noche, tras un largo momento perdí la noción del tiempo, realmente estaba confundida, no sabia en que pensar, mi padre el hombre que me vio crecer, el hombre de carácter fuerte y mente conservadora, era el sujeto más traidor, mentiroso y repugnante que había visto, aquel chico con el que estaba era muy joven probablemente sólo necesitaba dinero y papá se lo dio pero a cambio de algunos favores, o de un solo favor, no se si mi padre siempre tuvo esas preferencias, si fue así probablemente mamá las conociese, y si no el pudo decirle, se que ella hubiese entendido.
Una mezcla de aromas entre rosas, jazmines, perfumes y lociones baratas inundó mis fosas nasales, estaba llegando a la parte más baja del barrio donde vivía, era una avenida larga donde por las noches mujeres de todos tamaños, formas, colores y hasta olores solían venderse por un par de billetes. Mi mente estaba tan mal que no preste atención al auto que se detuvo frente a mí, y al no ponerle atención se fue hacia el lugar donde estaba una mujer como de 70 años qué vestía de una manera extravagante, su cabello era de un color rosa fosforescente y tenía puesto un abrigo largo como de piel de leopardo, con unos tacones enormes plateados. Esta mujer me hizo una señal para que me acercara ella, y sin pensarlo fue a paso lento a ver qué se le ofrecía.— Mi niña no te había visto por aquí, pero al parecer este hombre te quiere y va a pagar un buen dinero por ti. Por ser tu primera vez, en este lugar te quedarás con la mita de la ganancia. Irán al Motel "El Mar", reservarás la habitación, cumplirás con lo que él te ordene y te regresará aquí, cuando estés de regreso hablaremos de tú futuro, anda sube con él a su auto y trátalo bien— paso su mano sobre mi hombro, y me empujó ligeramente hacia dentro del auto. Miré al hombre y era realmente mayor que yo podría tener entre 30 y 40 años, algunas canas asomaban y entra su cabellera marrón obscuro, vestía con traje color olivo y una camisa color mostaza ligeramente abierta, una mano pequeña reposo sobre mi pierna izquierda, recargue mi frente sobre el frío vidrio del auto mientras veía las luces pasar sin saber realmente dónde íbamos, el auto se detuvo y un gran anuncio de luces LED me deslumbro con unas letras enormes azules decía "Motel El Mar" me bajé sin esperar al hombre y camine hacia la recepción, pedí una habitación para dos personas, pero el hombre dijo que quería la mejor habitación del hotel, nos dieron un par de llaves y de camino al elevador el tomó mi cintura, una vez en el elevador me dijo que al entrar en la habitación quería ver mis pies, yo sólo asentí con la cabeza sin verlo a los ojos.
El hombre abrió la puerta de la habitación, dejé mi mochila aún lado de la puerta, me quite los zapatos, me bajé los vaqueros los cuales deje sobre mi mochila, la blusa que traía también quedó sobre la mochila, me quedé solo en ropa interior, me senté en la orilla de la cama y mire al tipo fijamente, él se sentó en el suelo frente a mí vio mis pies. Los tomó, revisó minuciosamente, los olió, dio una lamida pequeña, los besó lentamente, me dijo que me hiciera a un lado, subió su gordo trasero y lo puso sobre aquellas sabanas blancas, saco un condón y me dijo que se lo pusiera, abrí el envoltorio metálico y de su interior saque el preservativo de color café, tome con torpeza la parte superior del condón y lo puse sobre la cabeza del pene, lo deslize hasta la pelvis, era un pene microscópico, una vez hecho esto me incline en la dirección del miembro con toda la disposición de hacerle un felatio pero me tomó bruscamente del cabello con sus manos y me dijo que no, que prefería que lo tocará con mis pies, de momento me pareció muy extraño, pero me acerqué lentamente y mis pies tocaron el fino látex el cual emana un dulce aroma, el hombre estaba recostado mientras yo lo tocaba con mis pies, después de unos minutos, ya me dolían los muslos, el tomó mis pies, los lamió, se metía mis dedos a su boca, los succionaba, realmente quería dejar aquel lugar estaba mal todo era bastante bizarro, al lamer la abertura de entre mis deseos el hombre me saco de mis pensamientos, su lengua giraba en círculos o lineas largas paralelas desde mi talón hasta la punta de mis dedos.
Giro mi cuerpo y me colocó boca abajo, me pidió que no me moviera que estaba apunto de terminar, se quitó el condón y lo aventó cerca de mi rostro, escuchaba como se masturbaba y sin esperar mucho un gemido horrible resonó en el silencio de la habitación un líquido caliente cayó sobre la planta de mis pies, me dijo con una voz ahogada qué untara el semen en mis pies, dicha acción la realice, levanté la vista y el hombre se estaba vistiendo como si nada hubiese ocurrido, se estaba terminando de abrochar los botones de la camisa.—Pequeña vistete, mientras bajaré a pagar la habitación— me dijo el hombre mientras salía de la habitación sin mirarme, realmente no sabía qué ocurría con aquel sujeto, podría ser que se sintiera mal por haber hecho eso o tal vez estaba casado y no sabría que le diría a su mujer.
Me vestí lo más rápido que pude y entré al pequeño baño de la habitación para lavarme los pies y las manos, necesitaba quitarme aquel olor asqueroso.
Hasta ese momento comencé a caer en cuenta lo que había hecho, acababa de vender mi cuerpo y quien sabe por cuanto, todo eso me paso por no prestar la atención suficiente y estar inmersa en un millón de pensamientos.
Estaba sentada en la orilla de la cama esperando como si nada hubiese pasado, mi mente estaba realmente hecha una mierda, de pronto el hombre entró y me ordenó que saliera de la habitación que me dirigiera al auto pues me llevaría a aquel lugar de donde me recogió, intenté buscar su mirada pero fue en vano, al subir al auto recargue mi rostro contra el vidrio y tras unos minutos de un duro viaje llegamos a aquel barrio, bajé del auto; el hombre me dio la mano y tenía en ella había un fajo de billetes no tan grande pero llenaba mi mano, nuevamente el olor perfumes y esencias inundada mi nariz al grado de hacer que me ardiera.
La mujer exuberante se acercó a nosotros y le pidió el pago por mí compañía, el hombre entregó varios billetes a la mujer, esta tomó algunos y los demás me los entregó, dijo que la siguiera y me llevó varias cuadras adentro esa calle, hacía un edificio abandonado y bastante sucio, mientras caminábamos la mujer me dijo que este sería mi hogar y que a partir de mañana tendría que ganar el dinero por mi propia cuenta que tendría que acercarme a los autos y venderme, ella me enseñaría lo básico y yo tendría que apañarmelas después.
Estábamos paradas frente a una puerta de metal toda oxidada que tenía el número 4.— ¿Tú?
— Nadine señora — respondí algo ofendida con dicha expresión.
— Mi niña necesitas un mejor nombre si quieres sobrevivir a este trabajo. Piénsalo y mañana por la mañana me dices, esta será tu habitación. puedes decorarla a la manera que gustes pero todo será bajo tu sueldo, me toca el 70% de tu ganancia, la cuota diaria es de mínimo 3 hombres, las chicas están acostumbradas a bañarse a mediodía, a las 6 de la tarde deben de estar listas y arregladas con el atuendo del día, depende de qué tan solicitada estés será tu pago, el cual no va a exceder del 50%, los preservativos y anticonceptivos correrán por tu cuenta, ya sabes a que hotel los llevarás, si ellos quieren pagar otro hotel está bien pero de tu dinero no saldrá nada no seas estúpida, si algún hombre quiere sobrepasarse contigo queda en ti no involucres al demás grupo. Entendido o tienes alguna otra duda.
— ¿Entonces esta será mi habitación? Es que mira yo realmente llegué aquí por accidente tuve una discusión con mis padres y— la mujer me interrumpió y dijo:
— No me interesa saber más de ti corazón báñate y descansa que mañana empiezas a trabajar— salió de la habitación cerrando la puerta de un portazo.
Qué mierda estaba ocurriendo conmigo en que momento termine este lugar, todo estaba saliendo mal pero lo bueno es de que aún tenía la tarjeta de aquel hombre que era bastante misterioso y eso eso me excitaba demasiado. Deje mis cosas aventadas y vi cuanto dinero había ganado, al parecer el pago del día fue de 1000$ y lo que el hombre me entregó fueron 500$ más, en total tendría 1500$, no estaba tan mal. busqué entre mis cosas y sólo había 20$ más; vaya que esto iba a comenzar mal pero bueno algo que definitivamente tendría que hacer de primer momento sería comprar un colchón nuevo este estaba del asco. Cerré los ojos y caí en un sueño profundo.
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Diario de una puta.
Teen FictionTodas las noches eran las mismas. Los clientes llamaban, nos citábamos en algún motel barato, follabamos, pagaba por mis servicios, subíamos a su auto, me bajaba en alguna esquina y esperaba la llamada de algún otro necesitado. Todo era rutinario...